18.12.13

Verán, tengo un trabajo que...

Hay vidas profesionales aburridas. No lo dudo. La mía no lo es. Es cierto que acabé en el tipo de trabajo que tengo por azar; hay menos voluntad en nuestras vidas de lo que nos gustaría imaginar. 

Cada día una experiencia nueva. El almuerzo del lunes. Se nos fueron las horas hablando del futuro de los automóviles. De cómo, aquí también, vamos a pasar del producto al servicio. Cómo se va a revolucionar nuestra forma de concebir la conducción. Y cómo las grandes compañías de seguros de autos estarán  muertas en pocos años: no habrá riesgos en realidad que asegurar. Es la destrucción creativa del capitalismo, que acabó con Nokia a cambio de generar Google, y que vio hundirse a Kodak mientras Apple reventaba el mercado... 

Y uno se levanta de la mesa feliz de haber reflexionado, y de haber caído en cosas que ni siquiera imaginaba al sentarse. Somos, está claro, la gente que nos rodea. La gente con la que almorzamos. Las personas que nos estimulan. 

La gente, en fin, que nos importa...

PS: de camino al levante, a estas horas.

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