15.2.16

Esto es un caserío y además es mío

Todo está en los imaginarios. Todo. Ahí están los apellidos. Otra convención más. Cada uno de nosotros tiene cientos de ellos. Y todos son igual de antepasados nuestros, pero sólo recordamos dos. O cuatro. Sin embargo, en relación a los tatarabuelos, uno es tan descendiente del padre del padre del padre del que hereda el primer apellido, como de la madre, de la madre de la madre, de la que hereda el décimosexto. Todo lo demás es imaginación y folclore. 

O uso político interesado, como ocurre en el País Vasco y en Cataluña. No hay más que leer el interesante artículo de Barbería el otro día en El País sobre los auténticos ocho apellidos nacionalistas...


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