11.9.15

Bajando, libro en mano (II)

Hay algún otro elemento molesto en el libro de Magalahes. Esta idea tan cómoda, cuando uno escribe desde la seguridad de un trabajo, de que los europeos no somos humanos sino consumidores de años. (pagina 51) que ronda todo el libro. Esa acusación, fácil de hacer cuando uno ha estudiado y trabaja con el intelecto, de que hemos olvidado la dimensión espiritual y nos hemos hecho cómodos. Y ya se sabe que la comodidad es pecado. Esto es fácil decirlo cuando uno da clase en la universidad y sabe o intuye que en ese mundo en busca de destino iba a jugar un papel destacado. 

Bendita modernidad que ha permitido a las gentes de Tras os Montes, de Sanabria, mandar a sus hijos a la universidad y desesclavizarlos de la tierra que los ató durante generaciones.

El ciudadano se ha embrutecido, dice. No, para nada. se ha cultivado, se ha refinado. "Es mucho más divertido hacer algo verdaderamente útil", señala el autor. Y yo me pregunto ¿Cultivar trigo de sol a sol, por ejemplo, es algo más útil? 

  

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