20.5.14

Historias mínimas, y necesarias (II)

El libro de Juaristi sobre la historia del País Vasco. Tantos mitos obligan a reivindicar el valor de la verdad frente a la superchería. Una lengua que viene de la prehistoria, aseguran sin rubor. Una lengua sin origen ni filiación conocida, proclaman mientras suena de fondo la sintonía de Expediente X
Es todo mentira, por supuesto. Habla el doctor en filología Jon Juaristi:

"El eusquera presenta semejanzas muy evidentes, sin embargo, con la onomástica de inscripciones aquitanas de la época romana [...]. De ahí que la hipótesis más plausible sea la que emparenta el vascuence con el antiguo aquitano. Sin embargo, el eusquera presenta suficientes rasgos morfológicos románicos y vocabulario de origen latino como para no identificarlo como una forma evolucionada de la lengua de los aquitanos de la época de Julio César. Es más probable que procediera de una lengua mixta, una especie de pidgin o papiamento creado a partir de la fusión  de una dialecto aquitano del Pirineo con el latín (o con un protorromance), que habría funcionado como una lengua franca de grupos en diverso grado de romanización cultural antes de convertirse en una koiné regional". Juaristi, Jon: Historia mínima del País Vasco. Turner, Madrid, 2013. Página 36 y 37

De hecho, continúa el autor, su caso es similar al del rumano: una situación en la que la lengua del colonizador está en contacto con otra u otras de diferentes familias...

Frente al mito, el logos.

1 comentario:

Juan de la Cuesta dijo...

Hace mucho, mucho tiempo, que los arqueólogos encontraron mucha similitud entre el alfabeto vasco y las inscripciones bereberes del norte de África... la reconquista amigo, y el refugio perfecto de unas tribus enfrentadas con los árabes, empujadas a HISPANIA, mal que le pese a los vascos. El famoso Rh agurllido por el cabezota y cura frustrado Arzallus tiene, según los especialistas, mucho que ver con el presentado por los bereberes... joder, no hay peor ciego que el que se niega a ver...