21.1.14

Libros que envejecen mal (I)

El camarada Antuán me pasó El efecto Zp, de un tal Juan Campmany. Un libro cruel: publicado en 2005, cuando éramos pocos los que preveíamos que detrás del presidente Zapatero no había nada, es un panegírico lamentable y jabonoso del que acabó siendo el peor presidente de la democracia española. Además de una reivindicación desvergonzada de una de las campañas más rastreras que ha protagonizado nunca un partido político: la de la tensión en la calle a cuenta de lo que fuera: el agua, la universidad, Iraq. Todo con tal de ganar. 


Lo más lamentable, a mayores, es que lo único interesante del libro es lo que el autor, encantado de haberse conocido, por cierto, cuenta de su experiencia publicitaria, más allá de la política. En cuanto entra en arena, todo es un conjunto de tópicos que en 2005 eran muy divertidos pero que la realidad ha demostrado patéticos. Y al fondo, esa manera de fijar el marco que tan bien maneja la izquierda. Aunque todo sea pura espuma: los presupuestos de los gobiernos de Aznar eran autoritarios (¿?) y antiguos (¿?). La respuesta del gobierno español al incidente de Perejil fue bochornosa (¿?). Los del PP “mienten y saben que mienten” (porque son así de hijosdeputa, les faltó añadir...) y Zapatero demostró desde el inicio que tenía una “sólida, fiable y coherente alternativa en materia económica” (¿?) frente a la política económica del PP. Los años del gobierno popular habían sido grises y fríos (¿?). Jaime Mayor, después de obtener el mejor resultado de la historiadel PP en el País Vasco había quedado “quemado en las elecciones de mayo de 2001” (¿?). La mala gestión del PP en la crisis del Prestige fue “a sabiendas” (¿?). 

En fin, Campmany y su tropa, los tal DDB, eran la gente del “mírame a los ojos y dime que eres de derechas”. La fatal arrogancia, lo hubiera llamado Hayek. Los que detentan (y nunca se ha usado mejor el concepto) el monopolio de la compasión, como quizá hubiera escrito Aron

Así son.

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