2.10.13

Puntualizaciones, sobre los inicios de los papelillos...

Una buena novela ha de tener un buen inicio. Un principio bien escrito, digo. A mí, que leo papelillos muy de tarde en tarde, me enamoran los buenos comienzos, ya lo conté alguna vez. Quizá porque a mí, también, muchas veces en la vida me llamaron traidor. Y yo también, que no soy el más listo de la clase, he acabado por entender que “nunca estamos infinitamente lejos de aquellos a quienes odiamos. Por la misma razón, pues, podríamos creer que nunca estaremos absolutamente cerca de aquellos a quienes amamos”.


 En esto también me ha gustado el tango (de la guardia vieja) que se bailan durante treinta años Max y Mecha en la última novela de Pérez Reverte.  No me digan que no es un inicio hermoso por meláncolico: “En otro tiempo, cada uno de sus iguales tenía una sombra. Y él fue el mejor de todos.”

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