Algo
de cine.
Daban
en televisión Dublineses,
la última película que rodó en vida John Huston. Sigo sin
entender la traducción del título al castellano. La película se titula Los
Muertos en inglés, y está basada en el
relato de Joyce, no en el libro en su conjunto. Una obra de arte, en la que
se los sentimientos se mezclan en cascada. La cena. La insoportable Molly
Ivors, que no cesa de llamar west
briton a Gabriel Conroy al que reprocha que no conozca “su propio
país”. La epifanía que supone “The Lass of Aughrim”,
con esa magnífica escena de Gretta al pie de la escalera. La confesión
melancólica del recuerdo de Michael Furey y de la que
ya hemos hablado alguna vez, cuando Gabriel empieza darse cuenta de que no
va a disfrutar de su primera noche a solas con su mujer en años, sin la pesadez
de los niños. Cuando uno es Gabriel, ha de soportar resignado que en el corazón
de su persona amada yace un Michael. Cuando uno es Michael, sospecha cada noche
que en el corazón de la persona que ama pesa más su recuerdo que el del Gabriel
con el que se casó.
Y la
nieve. Una nieve que lo va cubriendo
todo. No sólo una Irlanda cada vez más
pacata por identitaria, sino también el corazón de Gretta en unos últimos
minutos de la película demoledores, con el magnífico soliloquio de Gabriel.
Toda la película resumida en esa frase magnífica de Joyce, cuando confesaba que la historia es una pesadilla
de la que estoy tratando de despertar…
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