18.3.13

Comunicación y política (IX)


El ensayo de Luis Arroyo sobre la comunicación política y su incursión en el mundo de los erizos y los zorros. Un buen resumen de las tesis de Tetlock y de los ensayos de Kahneman. Los erizos son los que ven el mundo dentro de un marco coherente y tienen explicaciones para todo. Son los tertulianos, los todólogos de mi adorado Roger. No reconocen los errores; son obstinados y desprecian a cualquiera que matice algo. En seguida tachan al discrepante de derrotista. O de payaso. O peor aún, de contrarrevolucionario. Son esa gente que cuando te pregunta algo ya sabe la respuesta y que no paran de dar lecciones en cualquier aspecto de la vida.
Frente a ellos están los zorros. Pensadores complejos. No creen en una sola fuerza dirigiendo la historia. No creen en la miseria del historicismo contra la que clamó Popper. Creen en los matices. En la complejidad. En la dificultad.

A veces uno se sorprende de ver a un zorro en una tertulia televisiva, por ejemplo. Suele durar poco. No es su entorno. De la misma manera, a veces, los erizos se cuelan en un periódico serio, y ahí tampoco suelen durar mucho.

Es una batalla perdida. Al final, ganan siempre los erizos. Los cerebros humanos prefieren los relatos coherentes a los relatos sofisticados. Lo más sencillo es dividir al mundo en putas y maricones, me contó una tarde de agosto un maestro, y Lisboa resplandecía.

Tardé años en darme cuenta de la razón que tenía…

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