31.3.13

El cine como un viaje


A veces hay cine que te sorprende. 
Cogí el otro día con La Razón la película 16 calles. Sonaba a polis, disparos y Nueva York, con Bruce Willis al fondo. No había oído hablar de ella, pero el binomio Willis y Nueva York sigue generando un influjo poderoso en mí. Empecé a verla sin ganas. Aguanta me dijo el Coronel, compartiendo alguna confidencia de domingo por la tarde. Y aguanté. Hace un papelón Willis, en la piel de un policía derrotado. Hay algo estéticamente irresistible en estos perdedores a los que ha acabado derrotando la vida en general y nadie en particular. Buen papel de Def, al que no conocía, y brillante también Morse. La película se justifica por su final, no por intuible menos interesante.

Otro viaje.

La sensación de que uno sólo encuentra la redención al final del viaje. 

¿Y si Kavafis no lo hubiera comprendido y fuera verdad que el objetivo del viaje es llegar, y no sólo vivirlo?

27.3.13

Del arte como un invento europeo...


Citaba Juan Angel Juristo, en su interesante tercera del otro día en ABC (Arcadia de fin de semana), una reflexión de Chantal Maillard (tengo que buscar quién es): “Después de su revolución, los europeos necesitaron una nueva élite y, habiendo abolido la religión, una nueva espiritualidad. Así que inventaron el Arte. Cumplía ambos cometidos. El genio era el elegido, y los entendidos, los fieles. Los rituales tuvieron sus templos. Qué difícil nos resulta vivir desamparados […]

26.3.13

Dos cines y un viaje


Cine.
Me pasó el amic Joao The Eagle, un interesante thriller recreando la desaparición de la legendaria IX Hispana. Un viaje. Siempre hay un viaje en todos los relatos. La búsqueda, no sólo de un estandarte, sino de un padre. Un padre: “ese laberinto del que no se puede salir”, como le leí una vez a María Coll. Un viaje por las tierras altas de Escocia, estas tierras en las que Dios murió alguna vez. Buen cine. Sobre la amistad, la traición, el reconocimiento y la hybris. Todas las historias, es verdad, se reducen a tres o cuatro cosas. Madurar es darse cuenta de ello. Cine interesante, sin más pretensiones.

En la misma línea, estuve viendo El Reino de los cielos. La dejé escapar en el cine, y alguien me dijo que no valía la pena. El otro día el Coronel me la recomendé así que la vi. Buen cine. Otro viaje. De fondo, las cruzadas. El Jerusalén celeste; la última lucha de occidente para  salvaguardar los Santos Lugares, cuando aún nosotros no éramos nosotros ni el islam era aún el islam. Y la necesidad, de nuevo, de estar a la altura de lo que un padre espera de nosotros. 
Cine entretenido

25.3.13

Sostiene Juaristi...


Sostiene Jon Juaristi en la página 62 de su culta y necesaria biografía sobre Miguel de Unamuno, editada por la Fundación Juan March que “En la Europa de las naciones, disueltas las sociedades estamentales, todo el mundo se vuelve en alguna medida plurilingüe, a consecuencia del entrecruzamiento de diversas lenguas que caracteriza la vida urbana. Como mínimo, nos movemos dentro de cuatro registros lingüísticos diferentes: la lengua de relación, del vicus, de la familia y de la calle, más o menos conformada según variantes locales; la lengua cultural, que es en la que aprendemos a leer y escribir; la lengua vernácula o antigua lengua del pagus, hablada en los entornos rurales; y la lengua clásica de la civilización a la que pertenecemos que en nuestro caso y el de Unamuno es, por supuesto, el latín”.

Lo sostiene Juaristi y yo pienso en ese castellano hablado en Madrid. En ese castellano normalizado hablado en la escuela. En ese senabrés, resto del pachuecu que se oía a la lumbre casa las tardes de invierno. Y pienso, claro, en ese latín del que todos venimos. 

23.3.13

Mujeres


Mujeres.

Al menos cinco. Una valenciana. Acabando la universidad. Tiene una beca para irse a Corea. A la Corea democrática, claro. Lleva meses aprendiendo coreano. Ir a vender allí nuestro petróleo: la lengua. Los recortes le han dejado el proyecto en el aire. Ahora no sabe qué pasará. Se nos va la tarde hablando de la zona desmilitarizada, y de la necesidad de viajar cuando uno tiene veintidós años.

Una pucelana. Haciendo un grado de comercio. Abuelos de Peñafiel. Las fiestas. El coso. La Paqui. La legendaria Paqui. La judería. Se nos va la tarde a vueltas con la piratería. Como tanta otra gente de su generación, considera divertido robar contenidos digitales y nunca se ha planteado ningún dilema ético al respecto. Tres horas de conversación  hacen que, al menos, empiece a pensar en la descarga de contenidos como lo que es.

Una sevillana. Estudia derecho. No tiene claro lo que quiere hacer con su vida cuando acabe el grado. No va bien de inglés. Quizá irse unos meses a trabajar a algún país del ámbito anglosajón.  Se nos va la tarde hablando de la feria, y de los recuerdos de la Sevilla que conocí cuando el mundo era ligero y yo pensaba que podía escribir en él con mi dedo grande en el aire.

Una catalana. Nacida en Eindhoven y que llegó a Barcelona tras haber vivido en Bruselas. Sin acento. Políglota. Estudia ciencias médicas. Uno de estos grados raros de Bolonia. Pero me faltaba algo, así que lo compagino con filosofía. No hay humanidad sin unir la técnica con el conocimiento.

Una cordobesa. Estudió cuidado social. Está la cosa muy mal. Aquí no hay nada. No hay presente. No hay futuro. Nos hicimos nihilistas porque aquí ya no quedaba nada a lo que odiar.

Una venezolana. Llegó a Galicia hace diez años. Huyendo del horror del chavismo. De la inseguridad que se ha ido comiendo Venezuela en los últimos años. Estudió empresariales. Se ha cansado de Santiago. Como en una de Sabina, tal vez un día se vaya a Madrid, haciendo autostop.

Trabajar en consultoría permite no sólo recorrer España y disfrutar de la gastronomía. Permite sobre todo, a poco que uno afine el oído, descubrir aquella intrahistoria que nunca saldrá en los medios pero de cuyo tejido se obtiene la imagen de nuestras vidas…


22.3.13

Corolario sobre el poder político en escena...


Acabo ya con el poder político en escena, el ensayo de Luis Arroyo. Se vuelve superficial en su cierre y creo que es uno de los fallos del libro: cae demasiadas veces en lo banal cuando se centra en la comunicación política.  ¿De verdad el liderazgo es genético? No lo creo, pero además, tras leerlo, me da la sensación de que el autor tampoco consigue demostrarlo. Otros aspectos recurrentes en el libro, como lo de las liturgias del poder, o lo de las triadas (marca de la casa, por cierto) son interesantes, pero son sólo el atrezo de fondo. Nada de eso justifica por sí mismo victorias o derrotas. En las elecciones o en la vida. Aún recuerdo el papelón de Gutiérrez Rubí intentando convencernos de que Obama ganó por el uso que hizo del análisis de los datos. Es un defecto fieramente humano: todos pensamos (y el Perdidaco el primero) que lo nuestro es lo más relevante, y eso le acaba pasando al autor. No saco en claro que la comunicación sea esencial. Es importante. E influye. Pero hay muchos factores que ponderar a la hora de intentar interpretar las cosas; algunos de ellos nunca llegaremos a calibrarlos bien; otros, siquiera a conocerlos. Y eso, si es que hay alguna interpretación qué hacer, por cierto.

En cualquier caso, cierra uno el libro, el buen libro, pensando que un mundo político en el que la forma se coma el fondo, en el que el medio sea el mensaje, es lo más parecido a los ochos años de desgobierno zapaterista que ya hemos sufrido….

Reivindiquemos la sustancia, so pena de no despertar nunca de la postmodernidad... 

21.3.13

De la pérdida y del mito...

Señala Jon Juaristi en la página 42 de su deliciosa biografía sobre Unamuno que Borges escribió en 1947 que "sólo se pierde lo que nunca se ha tenido". A raíz de ello, recuerda el erudito bilbaino que Alan Pauls glosó al respecto que "Para "no tener", sólo hace falta un estado de cosas desfavorable, una injusticia, una desgracia. Es apenas el primer paso. Perder, en cambio, sólo pierden los artistas que, por medio de la nostalgia, convierten en mito todo aquello que no tienen".

PS: Chove en Santiago, mientras amanece.

20.3.13

Comunicación y política (X)


Los memes. Otro apartado brillante del ensayo de Luis Arroyo: “Las ideas nacen, se reproducen y mueren”, así se abre el capítulo 11. Esa raíz común de la cultura y el cultivo. La propuesta de Dawkins de considerar memes a las unidades mínimas de transmisión cultural. No tengo una opinión clara al respecto, pero me parece sugerente el enfoque del autor. Tengo que pensarlo algo más. Las banderas, las historias, las fotografías, las leyendas.; no son más que memes que se transmiten y memes que nos influyen.

Más allá, el autor aborda los problemas de la tecnología, y el temor a una democracia cibernética que todo lo acelere, ya que ello se junta con los famosos de tres grados de separación (amigos, amigos de amigos, y amigos de amigos de amigos).

Lo más interesante es la reivindicación, discreta, elegante, que el autor hace del periodismo tal y como lo concebimos hoy cuando señala que: “El verdadero grado de separación, el único que persiste desde tiempo inmemorial, y que quien quiera influir en sus semejantes deberá superar, es el que separa a la élite formada por un variado grupo de líderes de opinión, incluyendo en él a la minoría selecta de los periodistas,  y una masa ingente de ciudadanos comunes que están mirando, escuchando y leyendo en varios lugares, escaneando consciente o inconscientemente cuáles son las posiciones de la mayoría y tomando la suya ellos mismos”.

Una evidencia.


PS: hacia el campo de las estrellas, de nuevo. 

19.3.13

Acabando (con) Tarantino


Cerré, de momento, mi ciclo de cine de Tarantino, con los dos volúmenes de Kill Bill. Una película que duraba demasiado y que hubo que dividir en dos partes, la uno y la dos. Con una magnífica Thurman la película es un homenaje al cine con sus planos en blanco y negro, sus peleas inverosímiles y su ética de la supervivencia. Hay algo diferente en la forma que tiene Tarantino de presentarnos a sus personajes. No sólo es su estética, también su ética. Esos fracasados como el magnífico Budd interpretado por Madsen que reflexiona sobre el sin sentido de la vida cuando uno se siente derrotado por un trabajo sin esperanza ni futuro. Al fondo, otro viaje homérico de vuelta a casa, en este caso en busca de una venganza que el espectador va comprendiendo a medida que avanza la película. Quizá porque cualquier relato siempre habla de un viaje. También este blog, desocupado lector, que también cesará el día que El Perdíu arribe a casa…

Cine inteligente. Es bueno Tarantino,y me alegra haber mudado mi opinión sobre él. 

18.3.13

Comunicación y política (IX)


El ensayo de Luis Arroyo sobre la comunicación política y su incursión en el mundo de los erizos y los zorros. Un buen resumen de las tesis de Tetlock y de los ensayos de Kahneman. Los erizos son los que ven el mundo dentro de un marco coherente y tienen explicaciones para todo. Son los tertulianos, los todólogos de mi adorado Roger. No reconocen los errores; son obstinados y desprecian a cualquiera que matice algo. En seguida tachan al discrepante de derrotista. O de payaso. O peor aún, de contrarrevolucionario. Son esa gente que cuando te pregunta algo ya sabe la respuesta y que no paran de dar lecciones en cualquier aspecto de la vida.
Frente a ellos están los zorros. Pensadores complejos. No creen en una sola fuerza dirigiendo la historia. No creen en la miseria del historicismo contra la que clamó Popper. Creen en los matices. En la complejidad. En la dificultad.

A veces uno se sorprende de ver a un zorro en una tertulia televisiva, por ejemplo. Suele durar poco. No es su entorno. De la misma manera, a veces, los erizos se cuelan en un periódico serio, y ahí tampoco suelen durar mucho.

Es una batalla perdida. Al final, ganan siempre los erizos. Los cerebros humanos prefieren los relatos coherentes a los relatos sofisticados. Lo más sencillo es dividir al mundo en putas y maricones, me contó una tarde de agosto un maestro, y Lisboa resplandecía.

Tardé años en darme cuenta de la razón que tenía…

16.3.13

Y las nietas, claro. También se reunieron las nietas...


Hacía frío y el día venía gris. Así es el invierno en la Sanabria. Con Nuestro Padre el Lago vigilándolo todo.  Como la lumbre estaba encendida, las amigas estaban a la mesa.

Allí estaban.
Estaba la nieta de Catalina, la bonariega que quizá oyó alguna vez hablar de Manuel Fernández, un sanabrés que murió en las minas en los años ochenta del siglo XIX.
Estaba la nieta de Mercedes Casanellas, una catalana hermosa y dulce, a la que imagino siempre rodeada de libros en una biblioteca señorial del Madrid de la postguerra.
Estaban también la nieta y la bisnieta de la señora Marieta, aquella mahoreña de leyenda, raptada una tarde de agosto, (y Lisboa resplandecía), por el que fue su marido. (Hay veces en la vida en las opciones en la vida se limitan al rapto o la huida).
Estaban también la nieta las bisnietas y una tataranieta de Miguel, aquel carbajalino con alma de comerciante senabrés. 
Estaban, en fin, la nieta del tío José, hermanada con la nieta de Serafina, en la Santa Colomba de principios del siglo...

Faltaron algunas. Claro. Faltó (faltaron) la nieta (las nietas) de Rosario Castro, acacireña de adopción, a la(s) que echamos de menos a cada rato; como faltó la nieta de Domingo, que traficaba con la  miel, la hija de Jero, o la bisnieta de aquella que nunca se casó con mi hijo Pedro. Faltó, en fin, la nieta de Abel, un hombre bueno de San Miguel, quizá porque los hombres buenos, como nos enseñó Prez, son aquellos que solo son recordados cuando ya no están...

En cualquier caso, un día memorable.

Así que gracias a todas.  

15.3.13

Se reunieron los nietos, y fue para mirar hacia delante...


Crepitaba la madera en la chimenea.
El cielo estaba gris. 
Era el invierno en la Sanabria. 
Nuestro Padre el Lago presidía el salón. 
La nieve en las montañas. 
Los amigos a la mesa. 


Se nos fue la mañana, el mediodía, la sobremesa, la tarde y la noche poniéndonos al día. 
Hubo una foto. En la terraza. Allí se los ve. 
A mi hermano Reancho, libre como el buey suelto. 
Al hijo de Miguel el cepeiro de la cantina, pergeñando un almuerzo para la Pascua. 
A los nietos del ti Fernando, que volvió de Cuba. 
Al nieto del tío Federico, grande como su abuelo. 
Al nieto de Paco Perales, generoso anfitrión, como lo fue siempre su padre. 
Al nieto de Teodoro, senabrés de adopción aunque diera en nacer a 2.108 quilómetros de aquí. 
Al hijo de Alberto con el que me crucé una mañana de abril, y Arroyo resplandecía. 
Al nieto de Mariano, generoso como solo lo son los castellanos; sanabrés, de dónde iba a ser si un abuelo era gallego y el otro de Almenara.


Dentro había más, aunque no estén en la foto. El bisnieto de un Vallverdú, pintor y poeta. El padre de la Ruinacha. El padre de Lucía. El señor Feroz…

Algunos faltaron. El nieto de Angelote, que también rezó varios sanjuanes en el Lago-Mar. El hijo de Antonio Losada, tres generaciones ya de sanabreses expulsosEl nieto de Pachón, que por fin vuelve a casaEl hijo de Antonio Redoli, zamorano y cuidador ejemplar. El nieto de la ti Paula, que cura su nostalgia los sábados, entre abrazos, en una de nuestras embajadas en Madrid. 

Todos ellos gente heterodoxa.
Buenas personas.
Gente libre.
A wicked company.


La mejor compañía para un día como hoy, si es quince de marzo y, como siempre en la Sanabria desde 1899, el tí Manúel celebra su cumpleaños. 

Gracias a todos.

14.3.13

Comunicación y política (VIII)


Hay un apartado del ensayo de Arroyo que entronca de manera lógica con las enseñanzas de Taleb en el Cisne Negro. La dificultad de conocer. Y la angustia que resulta tras comprender que no hay relatos.  ¿Cómo vencer la anomia que sigue a esa conclusión?. Las narrativas generan la ilusión de relatos cerrados, con un principio y con un fin. Nada de eso es real. Esa ilusión confortable de que comprendimos el pasado, entendemos el presente y, por lo tanto, no tenemos nada que temer del futuro. Es duro asumirlo, pero apenas controlamos nada del mundo que nos rodea. Nada de nada. Por eso quizá, como dice el autor, somos indulgentes con nuestros errores y sádicos con los errores ajenos. 

Por eso el drama de las crisis es que quizá nunca entendemos qué las causó. Y oigo a Baudrillard a lo lejos recordándome aquello de moriremos, si es que hemos nacido...


PS: PhilipTetlock, un psicólogo de la Universidad de Pensilvania, estudió con paciencia durante veinticinco años las previsiones de los expertos en asuntos políticos. […] Tras recoger 85.000 predicciones en total, Tetlock demostró que los expertos erraron más que si simplemente hubieran respondido al azar. Si hubiéramos puesto a un simio a pulsar botones con las posibles opciones, los monos habrían acertado más que los expertos que se estudian los asuntos y se ganan la vida con sus análisis.



13.3.13

Tarantino en avión...


Mi ciclo de cine tarantinesco continuó con Jackie Brown, la tercera película grande Tarantino. Un thriller interesante, bien construido, con un magnífico y decadente De Niro, y un desbordado Samuel L Jakcson. La triada necesaria para cualquier película: buen guion, buena música y buen ritmo. Un robo y la posibilidad de empezar de nuevo cuando la vida, a partir de los cuarenta, se te ha echado encima ya. Cada personaje es un mundo en sí mismo: la rubia tonta, el agente de fianzas, otro derrotado, y la magnífica Pam Grier, que entiende que a veces, lo mejor es jugárselo todo a una carta ya que si ganas tu vida será otra. Y si pierdes… ¿crees que notarás la diferencia con tu vida actual?  

Caía la noche en Aragón, camino de Madrid. Al llegar a Sants  recordaba lo que cantaba Barricada, cuando éramos todos más jóvenes: volverás a coger el último vagón

12.3.13

Comunicación y política (VII)


El ensayo de Luis Arroyo analiza también la composición de la opinión pública. Una reflexión de interés sobre cómo se originan las corrientes de opinión. La dificultad de impugnar el discurso mayoritario: el viejo anhelo de ser, en cualquier circunstancia, en cualquier lugar, un enemigo del pueblo. El interés que despiertan los vanguardistas, los herejes y los disconformes: aquellos que permiten que una sociedad mejore. No hay nada por encima del individuo que intenta cambiar un entorno, seducir a una mujer hermosa o enseñar a leer a un niño. Ese es el secreto y la gran ventaja de las sociedades liberales: no orillan al hereje, no fusilan al vanguardista, no expulsan al disconforme.
Nada más.
Nada menos.

Al fondo, el pueblo, ese golfo encaramado a una farola. Ya lo dijo Mirabeuau y ahora nos lo recuerda Arroyo: Ahí va la masa, y debo seguirla, pues soy su líder.



PD: en la playa de Barcino, frente al mar... y cuántas veces Don Quijote...

11.3.13

De la hipocresía como arma política, o la insoportable levedad de la socialdemocracia española...

Los mismos que mantienen como presidente de su partido en una Comunidad Autónoma a uno condenado por malos tratos a la que era su mujer.


Los mismos que se pasan todo el día clamando por el derecho de los etarras, que asesinaron a personas, a volver a realizar una vida normal en la sociedad, olvidando el pasado porque "ya pagaron sus culpas".



Los mismos que organizaron lo de Benidorm hace unos años, un edificante espectáculo a medio camino entre la corrupción y la falta de ética...



Estos mismos, ahora ponen el grito en el cielo porque el aparato, capitaneado por el tal López (el Mini Yo de Zapatero, no lo olviden) ha puesto en marcha una moción de censtura para echar al alcalde del pepé y poner en su lugar a uno del pesoe en un clásico "quítate tú para ponerme yo".



La hipocresía como ideología política.



Y luego los hay que se preguntan cómo es posible que el PSOE esté como está...


9.3.13

Murió Hugo Chávez...

Murió Chávez, un militar golpista que devino luego en Presidente de Venezuela. Sólo hay que ver quiénes son sus amigos para entender cómo era el tipo. Una muerte indigna, oscura. Una agonía patética. En las dictaduras, nadie quiere quedarse fuera del reparto cuando el Caudillo se va. 

Murió Chávez, un hombre que no creía ni en el liberalismo ni en la democracia, un hombre que se dedicó con saña a dividir a su país y rasgar la concordia civil. Un hombre de otro siglo, en la peor tradición del caudillismo iberoamericano. Pero todo ello no debe  hacernos olvidar algunas cosas importantes.  Chávez ganó porque el régimen democrático venezolano estaba lastrado por la corrupción y la ineficacia. Él no ha sido más eficaz, pero ha sido capaz de transmitir la idea de que él no gobernaba para las élites  pero sí para su pueblo. Una bobada, está claro, porque ningún gobernante gobierno más que para sí mismo y los suyos. Ganó porque invirtió mucho dinero, de manera descontrolada y corrupta, en dar educación y medicina a los más pobres de su país. Una vía errónea sin duda de proceder a la modernización, pero una vía, eso está claro. Una vía confusa hacia la clase media, con el apoyo del campo y la oposición de las ciudades.

En cualquier caso, creo que no vale de nada condenar a un tipo como él, tan histriónico, tan lejos de lo que algunos soñamos para Iberoamérica sin entender las razones de su éxito.

Descanse por fin en paz la persona. 

Y esperemos que, en breve, también el mito. 

Por el bien de los venozolanos


PS: en la Senabria, entre amigos...

8.3.13

Kaplan y Juaristi, de una sentada...

Ojalá tuviera en mi vida, en general, la tasa de aciertos que tengo con los libros, en particular. No he terminado de rematar el ensayo de Por tierra, mar y aire, de Kaplan, y estoy arrancando ya la biografía que sobre Miguel de Unamuno ha escrito Jon Juaristi, con el Bilbao finisecular y los carlistas al fondo.

El libro de Kaplan es una delicia. Una obra menor, desde mi punto de vista, pero deliciosa de consumir. Esas intuiciones de Kaplan, esa tensión a la que somete siempre al lector, al que obliga a revisar sus propios prejuicios. Tengo que darle más vueltas al libro, ahora que lo he digerido. Dos novedades: la confirmación de que todo va hacia el Pacífico, y que las guerras del XXI las ganará la logística.

El libro de Juaristi. Intuición tras intuición desde la primera página. El autor se divierte, a mayores, obligando al lector a consultar el diccionario: esas mismas, aquel estado murrio... En cualquier caso, pinta muy bien.


PS: Con esta declaración se inicia la biografía de Unamuno. No me digan que no es un buen comienzo: "Las tensiones entre la ciudad y el campo son tan antiguas como los primeros castros fortificados del Neolítico, muy anteriores a la aparición de la escritura. A través de la historia, los hombres de las ciudades y los de los campos circundantes han luchado entre sí con toda suerte de pretextos. En la España del siglo XX, sobre la oposición arquetípica ciudad / campo se proyectó el conflicto armado entre los liberales y los partidarios de la vuelta al Antiguo Régimen. El Progreso contra la Tradición. Desde 1810 hasta el Sexenio Democrático, las ciudades españolas emergieron como islotes de constitucionalismo en un mar de contrarrevolución agraria".

7.3.13

Comunicación y política (VI)


El papel de los mercados masivos y su relación con la comunicación. Otro tema interesante que se aborda en el libro de Luis Arroyo. El papel de aquellos como Eddie Bernays (otro nacido en el mundo de ayer) que entendieron pronto que la imagen había primero que construirla y luego mantenerla. Y el papel de la radio; el primer medio que entró en las casas, como señala el autor. Un medio que traía las noticias sin que hubiera que comprarlas, como el periódico, o sin que hubiera que acudir a ellas, como el caso del cine. Venimos de aquel mundo. Y sin aquel mundo el siglo XX en el que crecimos hoy sería impensable. Hitler es inimaginable sin la radio aunque, como reconoce el autor, no podemos caer en el simplismo de echarle la culpa a la radio de la llegada de los totalitarismos al poder. También la deslegitimación de la pluralidad contribuyó de manera poderosa, reflexiono mientras los quincemesinos ocupan de nuevo el espacio público… ¿le suena de algo, desocupado lector?


PS: “Bernays pensaba estratégicamente […]. Si había que promover los cigarrillos de American Tobacco, unía la causa de las feministas con el cigarrillo, de manera que una manifestación de mujeres fumando por Manhattan, promovida por Bernays, convertía los pitillos en “antorchas por la libertad” en las portadas de los periódicos, sin que nadie supiera quien pagaba la factura […]. Si había que vender libros de los grandes editores, sus clientes, Bernays montaba una estrategia envolvente para que se reconociera el valor de la lectura y para que los arquitectos y los decoradores incluyeran estanterías en sus diseños de los hogares, de manera que el personal tuviera que buscar luego con qué llenarlas”.

6.3.13

Cortesías domingueras

Interesantes reflexiones, las de esta joven promesa de la ciencia política española. Publicadas en La Opinión del domingo, puede accederse a ellas pinchando aquí.
De nada.

5.3.13

Desde Casablanca...


Es ya medianoche cuando salgo de la estación. Atocha es un entorno solitario. Triste. Todo este Madrid, al sur de Goya, es un arcano para mí. El taxista me ayuda con la maleta. Me siento. La ciudad duerme. A mi conductor el acento lo delata. Le pregunto. Es de Casablanca. Vino hace veintidós años. Allí no había futuro. En televisión veíamos a Europa como la tierra del dinero, de la felicidad. Tiene dos hijos. Le pregunto si les han enseñado árabe. Al mayor no, me pilló trabajando y yo llegaba muy tarde a casa. Con la niña sí que lo he intentado. El niño estudia informática, es muy bueno, pero aquí no lo van a contratar, con ese apellido que tiene, él se quiere ir fuera a Estados Unidos o a Inglaterra. Él vuelve de vez en cuando a su ciudad. Le inquiero por los cambios que ve: va a más, se ve que hay dinero, construcción y todo, pero yo estoy bien aquí ahora.
Un Madrid dormido no escucha nuestra conversación. Nunca llegará a entenderla. Al final, llegamos a nuestra destino. Pago. Lo despido con un apretón de manos.
Y recuerdo aquella sentencia de Borges cuando hablaba de “las migraciones que el historiador, guiado por las azarosas reliquias de la cerámica y el bronce, trata de fijar en el mapa y que no comprendieron los pueblos que las ejecutaron.


4.3.13

Comunicación y política (V)


Analiza Luis Arroyo en su libro el papel que juega la liturgia en la actividad pública. La necesidad y la lógica de los ritos. Me detengo en un detalle. Uno (más) en el que no había reparado hasta ahora. La grandeza de la lectura es que nos pone delante puertas a cada minuto. Puertas que luego podemos abrir, o no. Asegura el autor que no es casual  que gran parte de los superhéroes (SuperMan, BatMan, El Capitán América) vengan todos del convulso mundo de la Gran Depresión. De aquellos años de horror que estuvieron a punto de tirar por la borda décadas de crecimiento y civilización. El cerebro a veces funciona con una simplicidad que asusta: a grandes males, grandes remedios. El libro se desliza hacia un territorio más conocido por mí, el de lógica de la incertidumbre. Las crisis acentúan nuestra necesidad de creer que todos los problemas tienen solución y que siempre habrá una lucecita en El Pardo velando por todos nosotros.
Ilusos.

PD: camino de Sevilla

2.3.13

Algún día...


Algún día, me retiraré a provincias a vivir. Así, con dos cojones. 

Ese día, acompañado por una hermosa mujer (el cholo Vallejo hubiera escrito “de la cuál tengo ya el recuerdo”) abriré una librería. Ya tengo el modelo. Se parecerá mucho a la Oletum de leyenda que aparece de manera recurrente en mis sueños; un puerto para libros errantes desde el que ver el atardecer de mis días.  

Será acaso algo más pequeña y por allá pasarán, como en un sueño, todas las personas, vivas o no, con las que he disfrutado en la vida hablando de libros. Allí veré comprar a mi querido Juan de la Cuesta, aturullando con su verbo incansable al amigo Pita, allí  llegará cada tarde al maestro Esteban acompañado de Miqui el libanés;  compartiré tertulia con John the Minor y Jesus Fuentes, mientras Oscarnello  y el hijo de Antonio Redoli hojean libros de Magris de manera furtiva. Tras el mostrador, como en la ferre del Mercado y mientras Montaigne dibuja con su dedo grande en aire, estaremos aquella mujer (de la cual, ya digo, tengo ya el recuerdo) y yo, compartiendo la vida. Una vida ya madura. Hecha de verdades. Una vida sin dobleces. Por fin, una vida sin huidas. Tan cansado de empezar siempre de nuevo. Una vida sin todas las mentiras que se arrastran en esas relaciones que siguen vivas por inercia y que se construyen engaño tras engaño.

Algún día me retiraré a provincias a vivir.

Y sólo una mujer vendrá conmigo. El resto serán sólo niebla, ausencia...

De estoy que hoy digo serán testigos: “los días jueves y los huesos húmeros, / la soledad, la lluvia, los caminos...

1.3.13

Comunicación y Política (IV)


El libro de Luis Arroyo.

Algunas partes son muy buenas. La fuerza de la metáfora como elemento esencial para los relatos, incluso para las agendas. El nacimiento de la opinión pública a través de los cafés europeos, esos espacios plurales sin los cuales uno no puede llegar a entender lo que es el periodismo. Hay siempre una taza de café humeante al lado de cualquier noticia que merezca la pena. Sin libertad y sin grupos sociales a través de los cuales la información circule, no hay prensa que merezca ese nombre. Granma no es un periódico, es un anuncio. Al fondo, esa confusa relación entre el poder político y los medios. Unos necesitan un relato para vivir; los otros lo necesitan para vender.

En cualquier caso, hay un peligro cuando se leen libros como este, o cuando se analiza la comunicación política. Uno puede acabar confundiendo el medio con el mensaje. Uno puede acabar pensando que lo importante es la estrategia de comunicación y no la de la actuación. Es demasiado tenue la diferencia que separa la comunicación del vacío. De la nada. Y los siete años de zapaterismo son un buen ejemplo de ello: lo importante era el titular, ¿y la realidad?, Qué se joda la realidad...



PS: En esos lugares se ponía a disposición del público la oferta creciente de los periódicos de la ciudad. Los observadores del Siglo XVIII contaban que Viena “está llena de cafés, en dónde se reúnen aquellos que desean hojear los periódicos o escuchar el comentario más reciente”