La Exposición
de Pompeya, comentaba el otro día.
Se me pasó recordar el apartado dedicado
al Rey Carlos VII de Nápoles (y III de España tras la muerte de su hermano Fernando). Un Rey culto. Y Grande. No sólo jugó un
papel esencial en la investigación y recuperación de las ruinas
de Pompeya. También
consagró una forma de entender la arqueología, tan lejana al modelo de rapiña
napoleónico o de la Inglaterra imperial. Las cosas se quedan donde se han
encontrado. Está por hacer, en un país
tan acomplejado como España, la historia de los borbones españoles en el sur de
Italia. O, más bien, el papel que la Monarquía Hispánica jugó en aquella península durante varios siglos.
Más
allá de eso, la Exposición se centra también en el impulso que la llegada del Rey a Madrid
dará a las excavaciones
dentro de los dominios de la Monarquía. Ideal para todos aquellos acomplejados que
siguen repitiendo, como un mantra, aquello de que “aquí no hubo Ilustración”,
mientras suspiran y terminar de apurar un Burdeos…
Un
buen final para una buena exposición.
No
se la pierdan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario