29.12.12

La guerra desde Madrid


 Sigo con Trapiello. Da para muchos análisis el libro. Hay frases que definen épocas. Aquel Mola, con la España antes roja que rota. Aquel Largo Caballero, asegurando que “la solución para España, un baño de sangre”. Estalló la guerra. En las grandes ciudades de la República el papel de los hombres de la cultura aparecerá tamizado, sin excepciones, por el papel del siniestro Partido Comunista de España. Algo de este ambiente sale recogido en la noche de los tiempos, de Muñoz Molina. La Alianza de Escritores Antifascistas se había creado poco antes de la guerra, dirigida en la sombra por los comunistas, y apenas tenía medio centenar de miembros. Una vez estallado el conflicto y con el mono azul como órgano de expresión, se convertirá en una formidable arma de propaganda que hará que la República, si bien  no gane la guerra, quede como la vencedora moral del conflicto. 

Más allá de aquellos “a paseo”, similares a los señalamientos que hacía el vocero etarra Egin en los años ochenta en el País Vasco, la sección muestra en qué medida la guerra fracturó, a veces por azar, a una generación de señoritos dispuestos a que otros murieran por ellos: muchos de los señalados habían sido amigos de los señaladores pocos meses antes: Sánchez Mazas lo fue de Bergamín; tan amigos que se iban a hacer una casa pareada. Como María Zambrano lo fue del falangista Alfonso García Valdecasas.
Vidas cruzadas antes de la guerra.

Vidas derrotadas tras el conflicto.

Todos perdieron.


PS: “Entre agosto y noviembre de 1936, se habla de entre ocho y diez mil paseados en Madrid. Pongamos de ochenta a cien diarios. Eso debería hacernos recordar la seriedad de un asunto porque la izquierda siempre ha pasado de puntillas, desviando las responsabilidades hacia los “incontrolados”. Pero lo cierto es que cien muertos diarios no son posibles sin un “control” férreo de la situación, del presidente del gobierno al último mono (azul)”.
Trapiello, Andrés: Las armas y las letras. Literatura y guerra civil (1936-1939). Círculo de lectores, Barcelona,  2011. Página 84

1 comentario:

Drizzt dijo...

Conforme más leo sus comentarios sobre este libro, más me pica la curiosidad por leerlo.

No le engaño, a mi todo el tema de la Guerra Civil me queda lejos, y quizás por lo que conozco de historiad e España - quizás no mucho - , la composición de lugar que me hago, dado los mimbres que había durante el primer tercio del siglo XX es que íbamos a acabar así.

Aunque también se que en el siglo XIX hubo unas pocas guerras civiles más (las tres guerras carlistas), parece que para gran parte de los que se llaman intelectuales de este país, no hay más historia que la que empieza con la II República en los años 30 del siglo pasado.


Sin embargo, reconozco que me pone los pelos de punta una afirmación que hacía usted en una entrada de la serie: La de aquellos que agitaron el polvorín, porque sabían que llegado el momento, con ellos no iría el asunto.