El libro de Sebastian. El rumano de Braila. El judío del Danubio. La necesidad de ser un hombre.
De entender lo que eso significa. La necesidad de estar en paz con uno mismo,
para evitar, además, torturas en la espalda. La imposibilidad de huir de uno
mismo. Una reflexión del autor, que comparto con usted, desocupado lector.
“Pero un buen día, en un momento
de distracción, se encuentra uno consigo mismo en una esquina del alma, como se
encontraría en una esquina de una calle con un acreedor del que uno se escondía
en vano. Se topa consigo mismo y entonces comprende lo inútiles que son todas
las evasiones de esta prisión sin muros, sin puerta ni rejas, de esta cárcel que es la mismísima vida de
uno”.
Quien se esconde detrás de los
días…
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