Un alemán joven. De familia de
clase media. Filólogo. Llegado a España en lo que el fue el inicio de la Edad
de Plata de nuestra cultura, es decir, a principios de siglo, en un tránsito
que se prolongará hasta la maldita guerra de España. Un alemán, decía, que
viene a estudiar primero el catalán. Enseguida, Menéndez Pidal lo manda más al oeste. A esa zona, confusa,
donde conviven aún hablantes de castellano con hablantes de leonés y hablantes
de gallego. La Raya en su esplendor. La Sanabria. De los años diez y veinte. El
filólogo alemán se llamaba Fritz Krüger. El método de palabras y cosas.
Una magnífica conferencia
veraniega. Y algunas dudas por aclarar. Parece que no fue un nazi, según el
ponente, aunque a mí me quedan aún algunas dudas…
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