El
magnífico post de Santi González,
en forma de carta
abierta al ministro del interior. A vueltas con
el cese de Rogelio Alonso. Si había
alguien capacitado para diseñar con sentido común la derrota de los
nacionalistas cruentos de izquierda, era el
profesor Alonso. Pero las personas sensatas, en este
estúpido país de altos funcionarios y de vividores, parecen sobrar en todo momento y
en todo lugar.
Alonso
se va. O lo van. Porque en política lo último que se necesita es personas con
criterio. El tal Fernández, que iba para
presidir el Congreso y cayó en Interior. El
tal Fernández como metáfora: funcionario que vive de la política
desde que tiene 28 años. A él le van a explicar lo que hay que hacer para
seguir montado en el barco.
No
sé para qué me pidieron el voto. Para que la economía, sin ningún relato, la
acabe dirigiendo Bruselas, y para que la política antiterrorista aquí se haga
de la mano del nacionalismo incruento, con miedo a molestar; para todo eso, digo,
a mí no me necesitan.
Si
Alonso sobra en el ministerio del interior, entonces es que yo me equivoqué a
la hora de votar
Se
lo oí por primera vez a Kepa Aulestia,
en un curso de verano hace muchos años, allá en la monárquica San Sebastián de
finales de siglo: “ahora que han ganado
los míos, ya no sé si soy de los nuestros”.
PS:
Y dirán los voceros que les hemos ganado. No hay más que ver lo humildes y
calladitos que están estos mierdas.
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