31.7.12

(Más) sociedad civil


Tanto cuento y tanta bobada. Se pueden hacer cosas. Pero para eso se necesita gente dispuesta a dar parte de su tiempo a algo más que a la televisión, al alcohol o a las putas. Ahí está la mi tierra, para corroborarlo.

Una conferencia magnífica en un marco inmejorable. A coste cero para el erario.
Una biblioteca abierta en verano, con la colaboración de los vecinos, que se encargan de abrirla, de vigilarla y de cuidarla. 
Una conferencia deliciosa, de la que ya les hablaré, sobre el enigmático Krüger y su viaje en el invierno de 1921 a la tierra senabresa
A nosotros, que nunca llegamos a disfrutar de los servicios, nos van a hablar de recortes


No nos quitaremos toda esta herrumbre de encima, no saldremos de aquí sólo con los recortes que hagan las Administraciones. Saldremos con la implicación de todos en lo que es nuestro: el desarrollo de una sociedad más vigilante ante los excesos del poder. Porque todo poder tiende, por su propia naturaleza, a la corrupción. Y cuando digo todo poder, digo todo poder: político, económico, cultural…


PS: y se anuncia también una conferencia del maestro Lauru para agosto... habrá que estar pendiente.

30.7.12

Metáforas, desde la desesperanza...


Tantas metáforas de aquella España. Una España que no será mejor vista por los historiadores que esa España de la Restauración, llena de caciques y de trampas, de la que tanto os habéis reído todos.
Sólo hay que abrir al azar cualquier periódico.


Y miro a Zabalita y me pregunto, con él, en qué momento se jodió todo esto. En qué momento la gestión de lo público dejó de ser timbre de orgullo para convertirse en un modo de hacerse rico a toda hostia. En qué momento nos dejamos por el camino las ideas del esfuerzo y la ejemplaridad para subirnos a un barco comandado por paletos, caraduras y corruptos. ¿De verdad pensábamos que con esos capitanes esto iba a algún sitio?


PS: magnífica crónica damascena, ayer en El País.


28.7.12

Cuando la ciudad era la utopía...


Acabé, regalo de my dear Snows, la capital, novela publicada de manera póstuma por Eça de Queirós. La vida rural en el Portugal del último tercio del XIX; la imaginación inflamada de un joven, las promesas de futuro que aparecen escritas en los carteles que venden la vida urbana. Una herencia y una huida, primero a la Coimbra de la universidad. Y luego a la ciudad: Lisboa, que siempre fue brisa de Alfama. Una revolución, la necesidad de cambiarlo todo, el papel de la prensa. Y el papel de una mujer hermosa. Las historias en la vida, lo dijo Borges, son siempre dos o tres, y son siempre las mismas: chico conoce a chica...

La ruptura entre el campo y la ciudad. La ruptura entre lo que representan la tía Sabina y el farmacéutico frente a las novedades radicales de la vida urbana. Aquella península en la que aún había iberismo. En la que muchos soñaban con un futuro que nunca llegaría. Quizá no estemos tan lejos de aquel tiempo. Todos somos hijos de nuestra historia y de nuestro entorno.

El libro está bien construido, pero su estilo a mí se me ha quedado algo viejo. Esas descripciones que no conducen a nada. Esos personajes que no aportan. Novelón decimonónico, bien escrito y desde luego con una buena traducción, editado por funambulista, que eso siempre se agradece.

Para echar el rato, desocupado lector, si es usted de los que se torra en la playa durante horas en agosto.

27.7.12

Regalo, viajero, de viernes

Para disfrutar. 

Ya le hablé hace años, desocupado lector, del magnífico documental sobre los carrilanos; aquellos que, como muchos en el mi pueblo, construyeron el ferrocarril entre Zamora y Orense. Aquellos que murieron del mal de la vía. Aquellos que hicieron que el pueblo de Requejo pasase a ser conocido durante años como Requejo de las Viudas. No les hablé de ese padre que, con catorce años, va andando con su primo Antonio hasta la vía, más de diez quilómetros, para ganar algo de dinero que llevar a casa. Era invierno y nevaba. 
Aquella España. La que enviaba a sus hijos a trabajar en vez de mandarlas a la escuela...

Ahora el documental está disponible, entiendo que de manera legal, en la red. Pinchando aquí puede verlo. No deje de hacerlo. Es una historia y, como todas las historias que son verdad, es una historia triste, como hubieran cantado los suaves.
De nada.

PS: día viajero. O a Boston, o a California...

26.7.12

Cuando todas las alternativas son las del diablo...


Un mundo complejo. Un mundo en el que las alternativas son, muchas veces, alternativas del diablo. En occidente ya no recordamos aquello porque la modernidad (ese mundo crepuscular que termina) nos igualó a todos, pero en el próximo oriente la mezcla de identidades sigue generando conflictos difíciles de digerir. No es bueno simplificar. No sabemos lo que pasará en Siria, y no sabemos lo que habrá después de la caída de los Assad. Hay una minoría alauita, concentrada en el oeste del país, una mayoría suní, y varias minorías, cristianas, drusas o chiitas. Mantener el equilibrio en Estados con varias identidades religiosas, étnicas o nacionales es como construir un castillo con naipes: se puede venir abajo en cualquier momento. Y no sólo Siria. También, el Líbano, el ejemplo de que se puede conseguir con paciencia y de lo que se puede desmontar en pocos días. Para los seguidores de Hariri, un suní asesinado por la larga mano siria, es demasiado tentador no apoyar a la insurgencia del país vecino. El problema es si el contagio atrapa también al viejo país del Cedro. Espero que no.

PS: una alternativa interesante, pasando por la creación de un nuevo Estado, en esta bitácora, que me llega en directo de mis caros corresponsales en la zona.

25.7.12

Primicias periodísticas (ventajas de la amistad)


Lecturas en primicia. Para los que anden este agosto por la Sanabria, que no tarden en hacerse con El Noroeste de ese mes. Un artículo hermoso del maestro Lauru, sobre la historia de un enamorado y de la muerte. Un romance de la tradición oral castellana del que ya habló Juan del Enzina, y que recogieron los discípulos de Pidal en la mi tierra senabresa hace ya un siglo.  Un artículo para saborear, un artículo para sorprenderse y para degustar sorpresas: esa pista sefardita que nos lleva desde Galende hasta Salónica, la capital de los judíos españoles en la otra ribera del mediterráneo; la cuna de la modernidad balcánica. La ciudad que se convirtió en un faro de cultura y en la que tuvo que nacer, no podía ser en otro entorno, el padre de la patria turca.  

No se lo pierdan. Ya ven, El Noroeste vale un euro. Y aun dicen que el pescado es caro

24.7.12

El viejo monasterio (II)


Llegó la desamortización. Había que consolidar un Estado y para ello se necesitaba el apoyo de grandes propietarios frente a la marea carlista. Villachica compró y empezó a especular. Desmontó el monasterio. Piedra a piedra. En pocos años, no quedaba ni el claustro. Tanto, que el último prior, primer párroco de la Granja del monasterio, le pidió que levantara un muro, que aún se ve, adosado a la iglesia, para evitar que se cayera. Llegó el olvido. Hasta los años treinta del XX no hubo intentos serios de detener del deterioro de un monumento que tuvo que soportar infiernos muy fríos “en las montañas más frías de toda Castilla, como decían los jesuitas durante la guerra de Portugal

Algunas fotos muestran cómo estaba. Pero siguieron las agresiones. Restauraciones mal enfocadas en los años cuarenta y cincuenta dejaron huella en la Iglesia, en lo que hoy podemos ver. Hasta que empezó a llegar el trabajo serio de buenos profesionales, ya en los años ochenta. Apenas se ve nada ya del viejo monasterio, ni del claustro, pero al menos ya podemos imaginarlo como fue gracias al trabajo de muchos…

Toda esta historia está un libro magnífico, elaborado por Fernando Miguel. Un libro financiado por fondos públicos pero que ni está a la venta, ni es accesible por Internet. Ya lo dijo, antes de morir, Alfonso Fernández Coronel: "Don Juan Alfonso esta Castilla, que face los omes, é los gasta”.

Y es que en España, la mejor forma de guardar algo en secreto sigue siendo, tanto años después, publicarlo en un libro. Y si es pagado con fondos públicos, mejor que mejor…

23.7.12

El viejo monasterio (I)


La luz se iba poniendo por el oeste. A mi espalda, firme a más de mil doscientos metros de altura, lo que queda del viejo Monasterio se alza silencioso. Son más de las diez de la noche. Es julio en la Sanabria. No hay un atardecer mejor.

Entro en el templo. Se va llenando. Y me alegra. Abrazos y besos a los amigos. Un saludo al conferenciante, al que transmito un abrazo de Lauru. Me siento. Va a empezar la charla. Y la primera frase forja una leyenda: “espero acabar antes de que los monjes bajen desde sus celdas para realizar el primer rezo de la noche”. Empezamos un viaje. Nadie pestañea. No se oye un ruido. El crucero del templo reverbera con nuestro recorrido. Unos monjes que venían de Mozote. Una fundación benedictina. Hasta que llegó la gran reforma del Cister y el impulso de Claraval. Un monasterio ahijado a Carracedo. Un monasterio mimado por los Reyes. El símbolo del poder en una tierra de frontera. Y mientras el ponente avanza, voy recomponiendo el puzle en mi cabeza. Había dos tipos de hermanos, los de verdad, de origen noble, y los conversos, de origen llano. No se mezclaban. Unos trabajaban y los otros oraban. Y cerca del monasterio, la Granja, que es lo que empezó siendo este pueblo, aunque ahora lo llamemos San Martín. Los ataques de los Benavente, aliados en la zona con los adevenedizos Losada. Las guerras con Portugal. En el XIX, hospital de campaña durante la agresión de los ocupantes franceses, ya saben, esos que venían a traer luz, como dijo la Vicepresidenta, hay que joderse. Primera exclaustración durante el Trienio. Vacío final en 1835. El tal Villachica se hace con el monasterio. Y ahí empieza quizá el mayor destrozó cultura que ha conocido la tierra sanabresa en los dos últimos siglos…



22.7.12

Lluvia, bosque y miedo...


Vista Shutter island. Un cuento gótico. Un paisaje espectacular. Me gustó la película y me gustó la reflexión sobre cómo la realidad se imbrica con la imaginación y, en ocasiones, nos permite distorsionarnos a nosotros mismos lo que vemos. Es curioso que el protagonista sea el mismo que en Orígen, otra película fascinante sobre el poder de la mente.  El paisaje es, de nuevo, un elemento básico de la película. El misterio del bosque y del agua. De ahí vienen nuestros miedos. De los espacios cerrados. Hay algún en nuestro inconsciente más profundo que nos lleva todavía a temer el bosque. Los escenarios, ya lo escribí en algún sitio, de Expediente X, no podían ser más que los lluviosos Estados del norte de la Unión.

Buen cine, bien dirigido por Scorsese, y con algunos secundarios de altura, como el inquietante Kingsley.

Recomendable, claro.

21.7.12

Aquella Dakota...


Acabé la segunda temporada de Deadwood, cortesía de John Chisum. La serie gana en complejidad y se va haciendo cada vez más oscura conforme avanza la trama. Los personajes se hacen más profundos y eso se agradece. Sobre el contexto político de fondo, con la incorporación del territorio y sus minas a la Unión, la necesidad de defender los intereses de los pioneros… intereses que hoy serían todos ilegales: prostitución, juego, droga… pero que en aquel momento constituían la única sal de la vida. El carácter atormentado de Bullock, un hombre lastrado por su conciencia, por encima de su voluntad; la perspectiva para el negocio de Swearengen, quizá el más espabilado, en su brutalidad, de todos los habitantes de aquel Mercado del Puente al que llegó el Perdiu por aquellas fechas. Y las desgracias, como la muerte, que también forman parte de la vida. Se anima la serie en esta segunda temporada, así que en algún momento me haré con la tercera…

PS: en la Sanabria

20.7.12

Elogio del individuo, en rumano...


Empezando Desde hace dos mil años. Escribir como Sebastian. El estilo seco. La palabra precisa. El concepto atrapado al vuelo. Me fascinó su diario, una crónica del descenso de una sociedad a los infiernos en plena época de Entreguerras primero, y durante el conflicto después. Y una crónica de la necesidad de no perder la individualidad ni aún ante la masa más aterradora. Me atrapa esta primera novela, a modo de dietario, publicada en 1934. Aún quedaban años muy duros por llegar. La historia que sobrevuela el libro es desconocida en nuestro país, como es todo lo que suene a Rumanía; un país al que ahora imaginamos lleno de gitanos y pobre de solemnidad. No siempre fue así. Hubo una potentísima élite intelectual rumana en la época de entreguerras. Élite que, por cierto, contribuyó al descenso, de su país al abismo a través de un episodio más de la traición de los clérigos. 
Un país en el que convivía un alma cosmopolita, y que hizo de Bucarest la París del este, con un nacionalismo provinciano y antisemita que acabó destrozándolo todo. En qué medida una sociedad culta puede caer primero en manos del fascismo y luego del comunismo más paleto debería hacernos reflexionar a todos sobre el carácter incontrolado e indeterminado de la historia.

La necesidad, en fin, de sostener, siempre, en cualquier lugar, y en cualquier momento, that all men are created equal, that they are endowed by their Creator with certain unalienable Rights, that among these are Life, Liberty and the pursuit of Happiness.

19.7.12

Prensa mal, y acertarás...


Cuando la noticia es una metáfora. Un partido hegemónico en la vida política de una región. El partido que consiguió que toda la sociedad le comprara su narrativa. Una narrativa imaginada, como todas. Treinta años de mando en plaza. Treinta años de agravios, de mala financiación, de unos españoles que “nos” roban. La justicia asegura ahora que el partido se lucró del saqueo de una institución de la dizque sociedad civil. Así de duro. Así de cruel. El partido sigue en el gobierno. Y la prensa local, saca la noticia por agencias, fíjese bien en el enlace. No molestar al poder, o cuando la prensa dejó de ser libre. Hay muchas reflexiones que hacer al hilo de la noticia. Y ninguna es positiva.

Sin ética no hay sociedades prósperas
Sin prensa independiente, tampoco.

La patria. El último refugio de los canallas.

18.7.12

Seguimos con las series...


Acabé el Castillo de Naipes (House of Cards) que me llegó vía el amigo Batera. Tres mini temporadas para una serie compleja y que plantea, como los buenos textos, más preguntas que respuestas. Urquhart, un Maquievelo conservador, heredero de Thatcher que concibe el poder como un fin en sí mismo. Lo importante es conservarlo, incluso aunque sea a costa de detentarlo. La serie ha envejecido bien porque las lógicas que aborda son universales: cómo escalar y cómo mantenerse en lo más alto. Al precio que sea. De fondo, igualmente, la persistencia de la memoria. Lo que hemos sido nunca nos abandonará del todo. Porque somos, también, nuestros actos. Y cuando los cometemos, podemos intentar ignorarlos, pero nunca podremos vivir como si no los hubiéramos cometido. Esa es la sombra que persigue a Urquhart durante la serie. Aunque supongo que si yo le dijera algo así, él me miraría con su diabólica elegancia y se limitaría a señalarme que: “You might very well think that; I couldn't possibly comment


Una buena serie, que en España pasó desapercibida y que puede conseguirse en amazon. No sea ladrón y no se la descargue. 

17.7.12

Actualizando las series...


Poniéndome al día con las series. Llevo un tercio de la quinta de The Wire. Esa sensación de estar contemplando una obra de arte. De no querer que se termine el placer de disfrutar de una obra que será clásica. El papel de los medios. De un mundo que se va. Cada mañana mi padre leía el periódico y nadie podía molestarlo en ese momento, dice uno de los periodistas del Sun, mientras comenta lo que le llevó a elegir la profesión. Y entre medias, la sensación de que en la vida nada es definitivo y de que nuestros dos compañeros de viaje, el triunfo y el fracaso, son sólo dos impostores. Qué esperar de la vida cuando, como dice El Griego al final de la segunda temporada: And, of course, I'm not even Greek.

Estoy también con la tercera del Ala oeste. El presidente Bartlet anuncia que se presenta a la relección, más allá de su enfermedad. Algo naif cuando se la compara con la de Baltimore, la serie, sin embargo muestra bien la complejidad del sistema político norteamericano, un sistema que tiende al golpe de Estado. Buenos  diálogos para personajes algo planos. En cualquier caso, una delicia para ir rematando julio.

En la recámara, por fin, los Hermanos de Sangre, a ver si me pongo con ella. 

16.7.12

Almuerzos y viajes...


Almorzar entre amigos. Alimentar el espíritu, en estos tiempos de decadencia sin fin. Viajar del demos a la Edad Media, y volver hacia el futuro. Hacia el futuro de este lugar que llamamos Europa. Un regalo, fruto de la última conversación. Sir John Elliot. Ninguno como él, verdad Hornuez, nos enseñó a ver con otros ojos la historia de España. Un regalo en forma de comparación entre los imperios del mundo atlántico. Una hermosa dedicatoria. Escuchar a Mikel Laboa en Itunes mientras abro el prefacio del autor. Laboa y su música melancólica, mientras llueve en el campo. Entre sus letras, agradecimientos a amigos comunes, como es el caso de D. Manuel (Lucena). Dejarse llevar por el ritmo de la lectura. Tanto por aprender, tanto por conocer. Miedo a morir sin haber acabado de leer lo que tengo pendiente. Y entre medias, el papel de almuerzos como este, rodeado de amigos, gente a la izquierda o a la derecha. Qué más da. Gente inteligente. La gente que nos hace crecer. Las ideologías son un refugio para los canallas. Como tantas otras identidades colectivas. La única diferencia real entre la gente que me rodea es la que separa a las entre buenas y malas personas. El resto de identidades imaginadas (católicos, ateos, nacionales, extranjeros,  madridistas, del aleti, de ciencias, de letras…) son todas secundarias…
Nos dan casi las seis de la tarde. Es hora de volver. Entre medias, varios artículos, a varias manos, pendientes.
A ver si podemos con ellos.

15.7.12

Cine infantil...


Cine infantil, qué cosas. Cada vez que entra en casa, la ruinacha saluda a Dilbert y, si hace mucho calor para bajar a la piscina, me pide algo de cine. El otro día así, a lo tonto, nos tragamos dos pelis infantiles. No sé cuánto hace que no veía una peli infantil completa. Principiamos con Vicky el vikingo, nada que ver, creo, con la serie de dibujos que yo recordaba de pequeño. Luego nos tragamos Scooby Doo. La inocencia se basa en las percepciones binarias: los buenos son buenos y los malos son malos. Uno se hace mayor y descubre que la vida está llena de matices. Y uno termina de madurar cuando se da cuenta de que los matices llegan hasta tal extremo que ni los buenos son siempre buenos ni los malos son siempre malos. Es un viaje que empieza con Vicky, continúa con un lugar en el mundo y termina con The Wire. Supongo que la modernidad también era narrar nuestros procesos a través de lo audiovisual.

La niña tira de mis ensoñaciones para decirme que es hora de bajar a la piscina….



PS: Fito me lo recuerda en el Ipod: “No es como el las "pelis" del chico americano / donde el guapo es el bueno y los malos son muy malos […]”

14.7.12

Libros fallidos, a vueltas con la obsesión de repartir carnés...


Me fuerzo a leer libros cuyo contenido intuyo desagradable. No quiero convertirme en un sectario, en alguien que sólo lee de los suyos, si es que tengo “los míos”, claro.  El caso es que me regalaron un dizque ensayo sobre los anti-intelectuales de la derecha en España. El libro es muy flojo, pero he hecho el esfuerzo de leerlo hasta el final. Un tal Mario Martín. El libro es todo brocha gorda. Supongo que sobre un texto largo sobre Giménez Caballero alguien lo debió de convencer para que llegara hasta Jiménez Losantos y así venderlo mejor. Pero no quiero ser injusto y no quiero ser panfletario. Hoy no. Quiero explicar los motivos de porqué me parece uno esos libros tan caros a la izquierda española, hechos de brocha gorda y pintura negra.

Es un libro poco claro; el autor trabaja conceptos como reaccionario, derecha, izquierda, liberal, que significan exactamente lo que él quiere, ya que en ningún momento se preocupa de explicarlo al lector. Además, son términos que aparecen por el libro cargados con connotaciones positivas o negativas. Un caso claro es la propia definición de intelectual. Para el autor Aron no lo fue, Camus por poco, pero todos los de la izquierda sí. Esa máquina de expedir carnés que habita dentro de cualquier izquierda española: Vázquez Montalbán sí que era un intelectual y Moradiellos “un historiador serio”, no como estos cafres de la derecha… en fin.

Es un libro tramposo. Cuando uno analiza la vida de un autor, o de un personaje público, es muy fácil, rebuscando en sus obras, hacerle decir lo que nosotros queramos. Que Giménez Caballero era un botarate es una cosa bien sabida a estas alturas. De ahí a considerar que todo lo que no haya sido izquierda en España no ha tenido ni cerebro ni inteligencia, media un abismo. Lo mismo que la izquierda acusa de Moa de hacer con Largo Caballero, lo hace este autor con los intelectuales que no son de su gusto: rebusco entre los discursos y me llevo, tranquilamente, el agua a mi molino.

Es un libro hecho a retazos. No se entiende bien uno de los capítulos, dedicado a analizar, sin que venga a cuento, la depuración en las universidades (páginas 172 y siguientes) durante la guerra… por parte de los golpistas. Cuando uno cuenta media verdad, no es honrado. Ese capítulo no viene a cuento, o si viene, uno debería contarlo todo. También hubo profesores y maestros, sobre todo religiosos, asesinados en el bando republicano. Pero sobre estos, ni una palabra.

Para el autor, el éxito comercial es incompatible con el intelectual en España. Los de derechas son una pandilla de artistillas que tienen el favor del público, y por eso no son intelectuales. Así de claro.

No me quiero extender mucho, pero no quiero dejar de señalar, para acabar, que las descalificaciones ad hominen son peligrosas. A mí me encantó el libro de Marco sobre Giner, pero este se lo carga con que el autor es simplemente un “periodista de derechas”. En fin, mucha brocha gorda (ni Aznar es vallisoletano, ni supongo que Goytisolo detentó nunca nada) y poco análisis serio.

Un libro fallido.
Qué cosas se editan en España…


PS: Contamos con la superioridad de la mitología, porque en esta parte del mundo la mitología suple a la historia; aquí los relatos familiares gozan de mayor importancia y credibilidad que los libros de texto. Aquí, en cierto modo, la historia no es más que una variante de la mitología.
Andrujovich, Yuri: El último territorio. El Acantilado, Barcelona, 2006. Página 70

13.7.12

A la política desde la Tierra Media


Eso que llaman la izquierda abertzale. Los únicos enemigos. Como cantaban ellos: “cambia de acera cuando les veas venir, / sal de los bares si ellos están allí…” La izquierda patriótica. La izquierda cercana a la ETA. Como no son demócratas y mucho menos liberales, nunca han terminado de entender qué va la política moderna. No entienden la necesidad del pacto. Siguen soñando con un pueblo en marcha que los acompañe a la tierra prometida. El día a día, el fastidio de ceder, de acordar con el diferente, no entra en su código genético. Se quedaron en el mundo premoderno, donde la pluralidad era la excepción. Aquellos valles que Medem nos vendió, con su único Dios, su única patria, su único rey. Un detalle revelador: presentan a su futuro gabinete. Como si fueran a ganar las elecciones. Como si fueran a tener mayoría absoluta. Como si no hubieran de pactar con nadie. Como si no entendieran lo que supone un modelo de base parlamentaria. Más allá de los divertido de algunas carteras (esa soberanía alimentaria es fantástica), también muestra quien tiene miedo y quien no en el País Vasco. ¿Ustedes se imaginan al PP dando los nombres de sus consejeros si llegaran a gobernar en solitario antes de las elecciones vascas?  Ni con esta estúpida paz de Ibazeta que han construido, la gente quiere señalarse en público. Excepto ello. Por algo será, claro.


PS: llegar a casa. Volver a la Sanabria. Fascinado con la escritura de Mihail Sebastian

12.7.12

Cerrando el libro


El invierno mediterráneo de Kaplan finaliza con interesantes reflexiones más al este. Sobre Dalmacia y la política de la zona: pese al paleto intento croata, Split es una ciudad mediterránea, al igual que Barcelona siempre será más mediterránea que de la ceba, lo mismo que Ragusa es una ciudad veneciana al otro lado del mar. El nacionalismo, siempre tan hostil, siempre tan melancólico. Reflexiones sobre Esparta, nuestra vieja enemiga, y sobre sobre el pasado griego, superviviente en la península de Morea durante siglos, más en concreto en Mistra. Quizá no quede nada de aquella Hélade en el país que hoy todos llamamos Grecia, pero nuestro mundo procede de aquella memoria

Y mientras cierro el libro pienso en lo que supone ser un viajero. Ir más allá de lo que nos ofrece el paisaje. Entender lo que vemos, incluso dentro del caos. Descubrir esas grandes regiones urbanas que acabarán configurando los escenarios de poder dentro de cincuenta o cien años. Descubrir que el arte griego está relacionado con su paisaje, como el maya lo está con el suyo. Y que sin espacios abiertos quizá no hubiéramos descubierto nunca el individuo. Cuando cerramos los libros somos un poco más viejos. Y tenemos más dudas. Pero también, si hemos aprovechado la lectura, somos más hombres. En el sentido literal de la palabra.

Un gran libro. No acabo de entender cómo no se reeditan los viajes de Kaplan. Tienen tanto que enseñarnos...



PS: Mientras la cercana Eslovenia se reúne con la Europa Central, Dalmacia está regresando al seno de la Gran Italia, ahora una taxonomía cultural tan solo debido a la inexorable inmersión del Estado italiano en la Unión Europea.
Kaplan, Robert D.: Invierno mediterráneo. Un viaje por Túnez, Sicilia, Dalmacia y Grecia. Barcelona, Ediciones B, 2004. Pág. 184

11.7.12

Ceses, victorias y derrotas

El magnífico post de Santi González, en forma de carta abierta al ministro del interior. A vueltas con el cese de Rogelio Alonso.  Si había alguien capacitado para diseñar con sentido común la derrota de los nacionalistas cruentos de izquierda, era el profesor Alonso. Pero las personas sensatas, en este estúpido país de altos funcionarios y de vividores, parecen sobrar en todo momento y en todo lugar.

Alonso se va. O lo van. Porque en política lo último que se necesita es personas con criterio.  El tal Fernández, que iba para presidir el Congreso y cayó en Interior. El tal Fernández como metáfora: funcionario que vive de la política desde que tiene 28 años. A él le van a explicar lo que hay que hacer para seguir montado en el barco.

No sé para qué me pidieron el voto. Para que la economía, sin ningún relato, la acabe dirigiendo Bruselas, y para que la política antiterrorista aquí se haga de la mano del nacionalismo incruento, con miedo a molestar; para todo eso, digo, a mí no me necesitan.

Si Alonso sobra en el ministerio del interior, entonces es que yo me equivoqué a la hora de votar

Se lo oí por primera vez a Kepa Aulestia, en un curso de verano hace muchos años, allá en la monárquica San Sebastián de finales de siglo: “ahora que han ganado los míos, ya no sé si soy de los nuestros”.



PS: Y dirán los voceros que les hemos ganado. No hay más que ver lo humildes y calladitos que están estos mierdas.

10.7.12

Remontando sus ruinas venideras... (César Vallejo y los mineros)


La izquierda y sus mineros. 
Esos recuerdos del treinta y cuatro, esas columnas que caen sobre la capital, como si estuviéramos en el treintayseis, esas armas, esa épica del pasamontañas en un país con tan poca cultura cívica y liberal.
Llegan a Madrid estos días. Montarán algaradas. Exigirán su derecho a trabajar. A mi me parece bien que lo pidan, lo que me parece terrible es que en el debate nadie conteste con datos. El enorme despilfarro, que pagamos todos, que supone mantener esas ruinas abiertas. El viaje a ninguna parte que supone mantener las minas abiertas. La brutal insolidaridad de pretender que entre todos mantengamos abierto lo que quizá nunca debió de abrirse.

Así que le invito, desocupado lector, a que lea este magnífico post sobre la minería en España realizado, desde el exilio, por Luis Gómez. En efecto, todo el mundo debería leerlo. No se quede atrás.

De nada.

9.7.12

Cultura clásica, a la vuelta de la esquina


El viaje mediterráneo de Kaplan, decía, continúa haciendo escala en Sicilia, la isla que parte en dos el mediterráneo. La isla en la que se encontraron los mundos griegos y latinos. La isla a la que iré. Y no será el primer sitio al que Kaplan me lleva, de la mano. La isla en la que tanto hay que recordar: la sabiduría de Hermócrates, contada por Tucídides. La fatal atracción que hoy sigue despertando Alcibiades, frente a la prudencia de Nicias...

La leyenda de los tiranos de Siracusa, de Gelón a Hipócrates, pasando por ese Dionisio que atrajo a Platón y que dio lugar a la gráfica imagen de la Seducción de Siracusa, tan de actualidad en el pasado Siglo XX. Pero la atracción siciliana no descansa  sólo en la antigüedad: el repaso que Kaplan hace de la llegada normanda a la isla, un crisol bajo el reinado de Rogelio II, un punto clave de la historia medieval.  La llegada de los Altavilla y de sus mercenarios normando cambió la geopolítica de la zona, tal y como también cuenta Holland en su fascinante Milenio.

La civilización clásica. Un lugar en el que refugiarse en estos tiempos de mediocridad abrumadora. O de abrumadora mediocridad.



PS: […] el viaje ofrece el mejor tipo de soledad, puesto que la auténtica aventura no radica en el riesgo físico, sino en la adquisición de conocimiento.
Kaplan, Robert D.: Invierno mediterráneo. Un viaje por Túnez, Sicilia, Dalmacia y Grecia. Barcelona, Ediciones B, 2004. Pág. 106

8.7.12

Los lotófagos y la patria olvidada


El invierno de Kaplan continuó su viaje por Sicilia, tras dejar atrás Kairuán y la isla de los lotófagos, quizá la actual Yerba. Una hermosa isla, que permitía a los que comían sus frutos olvidar su patria, tal y como cuenta Homero en la Odisea. Mientras el autor embarca, el lector medita sobre la necesidad de esa isla en nuestra vida. Ese sitio en el que empezar de nuevo, en el que olvidarlo todo, en el que construir desde cero. Por eso, mientras el lector reflexiona, venían a su cabeza los versos de Luis Cernuda, aquel poema, peregrino, que principiaba “¿Volver? Vuelva el que tenga, / tras largos años, tras un largo viaje, / cansancio del camino y la codicia / de su tierra, su casa, sus amigos, / del amor que al regreso fiel le espere”.

Ese lema, final, que aparece acompañar a Ulises durante todo su viaje: “tus pies sobre la tierra antes no hollada, / tus ojos frente a lo antes nunca visto”.

Es domingo

7.7.12

Disquisiciones conceptuales, a vueltas con el turismo...


Basándose en una obra de Paul Fussell, Kaplan establece, en su invierno mediterráneo, una distinción entre exploradores, viajeros y turistas. Aquellos llegaron hasta el XVIII, los viajeros son propios del XIX y los turistas del XX. Si los exploradores buscan llegar donde no llegó nadie, los viajeros buscan descubrir y comprender aquellos rincones en los que se fraguó la historia del mundo, mientras que los turistas disfrutan de lo que alguien ha preparado, con más o menos gracia, para ellos.

La disquisición es pertinente. Viajar es tener los ojos abiertos, buscar, confirmar, leer, dudar… ser turista en dejarse llevar. En efecto, viajar cuesta un gran esfuerzo, no sólo económico. Viajar exige tenacidad y por eso el viaje ha de ser visto como una forma de crecimiento personal (será que estoy empezando la Odisea). O de refinamiento del espíritu, si se prefiere.

Kaplan, una de las personas que me enseñó a viajar, no se deja llevar por los tópicos. Se puede ir de hotel barato en hotel barato, vestido de perroflauta, y no enterarse uno de nada, y se puede ser jubilado, ir en un viaje del inserso, e intentar comprender todo lo que nos rodea.

Como casi siempre, la clave está en nosotros.  Por mi parte, yo viajo poco pero, cuando lo hago, procuro no hacer turismo. Ya me conoce, desocupado lector.



PS: […] el hecho de que haya muchos lugares donde uno sólo puede ser un turista no significa que dichos lugares carezcan de valor o que por lo menos no puedan resultar tan inspiradores como las mejores clases.
Kaplan, Robert D.: Invierno mediterráneo. Un viaje por Túnez, Sicilia, Dalmacia y Grecia. Barcelona, Ediciones B, 2004. Pág. 208

6.7.12

El viaje como placer estético


Aunque en realidad es uno de sus últimos libros, el invierno mediterráneo de Kaplan lo que recoge, en realidad, es el primero de sus viajes. El texto recoge el recorrido que, a finales de 1975 y con veintipocos años, el joven escritor realizó, durante un invierno, por el mediterráneo.  Es un libro magnífico, como casi todo lo que le he leído a Kaplan cuando viaja, en el que se mezclan de manera sencilla reflexiones sobre el propio concepto del viaje con la historia de los lugares que el autor visita. El viaje comienza en Cartago. Aquel Cartago con el que yo me tropecé por primera vez unas fiestas de Barrio a finales de los ochenta. Era una tarde agosto y ya sabe, lector, que Lisboa resplandecía. El día que muera, mi espíritu vagará libre por esos pocos quilómetros cuadrados de superficie que contiene el triángulo que forman la Villa, el Mercado y el mi pueblo. Con todo lo que contiene, claro. Y el grupo repetía, incansable: “Hijos de Cartago, la victoria es nuestra, sabrán los romanos de nuestro valor…”. Quizá ningún sitio como Cartago, aquella ciudad fundad por los fenicios en el siglo IX antes de Cristo, como para comprender por qué el concepto “historia” está ligado de manera íntima al de “conocer”. Sin historia, no podemos entender nada del presente. Cartago, aquel Cartago que se ve desde Chez Magui mientras uno ve caer la tarde con una copa de vino en la mano y unas aceitunas en el plato. Todo empezó aquí, cuando las dos riberas del mediterráneo eran en realidad un solo territorio, más unidos entre sí que con el resto de Europa o el Sahel africano.

El viajero recorre también, para nosotros, la Muqadima de Iben Jaldún y nos muestra lo que un texto intemporal nos puede enseñar, tantos siglos después. Y algunas pinceladas mayores. No es extraño que la primavera árabe estallara en Túnez, precisamente. Una sociedad articulada y razonablemente urbana; una civilización ancestral frente a lo que han sido Argelia o Libia: meros nombres geográficos sin ninguna tradición societaria detrás. Más pinceladas: la llegada del cristianismo, una religión revolucionaria, ligada a los pobres, y que también llegó por mar. San Agustín es una muestra de aquella África mediterránea más ligada, ya digo, al mar que al desierto, y que desapareció en el siglo VII con la llegada, esta vez por tierra, de  unos nuevos invasores que esta vez venían por tierra. Y llegaron para quedarse muchos siglos



PS: Cuanto más bello es el paisaje, más arde uno en deseos de devorar su pasado y su cultura: toda la vida intelectual reposa en última instancia en la estética.
Kaplan, Robert D.: Invierno mediterráneo. Un viaje por Túnez, Sicilia, Dalmacia y Grecia. Barcelona, Ediciones B, 2004. Pág. 37