1.6.12

Hay días...



Sociedades en las que se premia la pasividad. El país de los muertos. Si uno hace algo: mueve, convoca, organiza, siempre corre el riesgo de equivocarse, de no fijarse. De olvidarse. Pocas veces tiene el beneficio de la duda. Apresurarse a atribuir a la maldad lo que es un equívoco, un malentendido y, en ocasiones, simple despiste. De frente, en el lado de los dormidos, el “no” por respuesta como complemento ideal a la pasividad. El no rotundo, varonil, de quien no entiende ni el mundo, ni sus matices, ni su complejidad. El hombre ideal.

De fondo, esa diferencia esencial, que Mi General me enseñó hace décadas, que media entre contestar con un “no” a una pregunta a contestar, siempre, con un ¿Por qué no?. Un matiz inefable. Un matiz que, cuando interioricé, empezó a alejarme de mis compatriotas.

Lo que pasa es que, a veces, dan ganas de mandarlo todo a la mierda.

Sinceramente. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado Perdíu:

Solemos pensar que somos el ombligo del mundo, siempre que alguien toma una decisión, sea en el plano que sea, que nos perjudica, tendemos a pensar que lo podía haber hecho de otra manera para no perjudicarnos. Le puedo asegurar que justo en este momento, por motivos que no vienen al caso, entiendo perfectamente el enfado o incluso el desencanto que irradia su post....pero no se olvide de una cosa. Si nadie toma decisiones, si nadie se mueve, al final todos seríamos como maderos arrastrados por la corriente de un río. Es mucho mejor equivocarse al tomar decisiones que dejar que el entorno las tome por uno mismo, ya que entonces solo queda un recurso. Quejarse.

Un abrazo y ánimo

El Coronel