Personas.
Nos construimos con la gente que nos rodea. También en lo profesional. A mí me
hicieron como soy varias personas. En el plano profesional, no tengo que
pensarlo demasiado. Desde aquel legendario
Pachi, que ahora vive
en la Sierra, hasta el Manolo que me metió en este negocio, pasando
por la mujer que me enseñó el oficio, años más tarde. Poco más. Pero todo pasa,
también en la vida profesional. La gente llega y se va. Esto le hace pensar a
uno si merece la pena dedicar esfuerzo a formar a la gente que tienes a tu
alrededor. Es lo más parecido, en ocasiones, a una pasión inútil. A un esfuerzo
baldío. Algo te dice que ya rendirá en otro lugar lo que tú le has enseñado.
Y
sin embargo, no sé hacerlo de otra manera.
Creo
que lo peor que me podría decir alguien que hubiera trabajado conmigo si me lo
encontrase al cabo del tiempo sería algo así como “no me enseñaste nada aquellos años”.
Suerte en la vida, Marqués.
PS:
De nuevo a Santiago. Y con mi espalda comiéndoselo todo.
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