2.5.12

Seguimos de paseo...


Los paseos por el mi pueblo. Una experiencia deliciosa. A la vuelta, me encuentro con Toño. Un amigo antiguo. Su padre fue, mientras vivió, una de las personas más interesantes, y más heterodoxas, del pueblo. A los dos siempre nos ha gustado hacernos preguntas sobre lo que vemos. También a su padre. Hablamos de la Iglesia. De la nuestra, aunque la frecuentemos poco. Está levantada. Sobre roca, me dice. Se construyó encima y el resto del terreno se rellenó de tierra. Entramos a pasearla. Es cierto. Majestuosa e inacabada, le falta claramente una nave lateral. Toño me insiste en que los retablos se hicieron ex profeso para la iglesia, porque los huecos no pudieron añadirse después. Aunque sigo sospechando que el San Pedro del retablo lateral izquierdo viene de Pobladura, aquel pueblo misterioso deshabitado por una peste quizá en el XIV.
Hay algo metafórico en el concepto de una Iglesia elevada sobre una roca.
Llueve. Yo, al revés que el poeta, adoro estos burgos en los que demora su partida el invierno.

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