23.5.12

Deconstruyendo fracasos...


Seguí paseando. Me quedaba tiempo y nadie me esperaba en ningún sitio. Ventajas de la soledad. Me acerqué al Espacio de arte de la Fundación Telefónica, en la trasera de su edificio emblema en la Gran Vía. El edificio es hermoso. La arquitectura del XX. El óxido. Lo asocio a la tristeza. Me pasa por Vallejo, lo sé. Una colección que es en realidad un homenaje al cubismo. Y a ese Juan Gris misterioso y esquivo. Mientras paseaba la exposición pensaba en que pocas corrientes más ligadas a la Telefónica que el cubismo. En aquellos años estaba popularizándose el teléfono, primero entre las élites. Siempre las élites. Siempre las ha habido.  Empezaba un siglo que iba a ser de paz, nos decían. Pero amanecía raro. Y el arte fue el primero en darse cuenta. Y nadie antes que el cubismo lo vio. La realidad deconstruida. La realidad fragmentada. La realidad del caos. El mundo de las telecomunicaciones que estaba llegando. Braque y Gris explican lo que vino después, como lo explica esa mujer de mirada perdida que bebe absenta y que Picasso nos regaló. Hay algo desasosegante en el cubismo; en la vida extraña de Gris. En todos nosotros. 
Quizá esos cuadros sólo sean un espejo de lo que no nos atrevemos a mirar.



PS: mi espalda; el mapa donde se van quedando grabados, uno a uno, todos mis fracasos.

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