30.5.12

Cada vez. Cada vez


Cada vez.
Cada vez que el empleado se llevaba folios de su empresa a casa. Cada vez que se iba diez minutos antes de su hora. Cada vez que fingía ante el médico para alargar una baja. Cada vez que jugaba desde el ordenador en vez de estar atendiendo a su trabajo. Cada vez que alargaba el café más de lo que regula el convenio. Cada vez que imprimía asuntos personales en el ordenador del trabajo. Cada vez que recordaba sus derechos y olvidaba sus obligaciones como profesional.
Cada vez que el profesor no preparaba una clase. Cada vez que hacía negocios privados desde su despacho en la universidad pública. Cada vez que mandaba correspondencia personal como si fuera oficial.
Cada vez que el ciudadano se llevaba a su casa medicinas que no necesitaba. Cada vez que empadronaba a sus hijos en casa de los abuelos para obtener más puntos en el colegio. Cada vez que reclamaba aeropuertos al lado de casa, autovías en la puerta o estaciones de tren a diez minutos en coche…
Cada vez que el estudiante descargaba de manera ilegal contenidos protegidos por derechos de autor. Cada vez que no iba a clase. Cada vez que suspendía una asignatura. Cada vez que se colaba en el transporte público.


Cada vez. Como el sonido hiriente y oxidado de un martillo que golpea el yunque con rutina, sin emoción, mientras llueve en la calle.


Entre todos, hemos ido poniendo nuestro granito de arena para que estemos, como estamos, intervenidos de facto por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.


PS: Es verdad que los políticos son, con escasas excepciones, una pandilla de analfabetos funcionarizados. Pero es verdad que, en el sentido más amplio de la palabra, nos representan a todos. Por eso la culpa no es solo de ellos. 

3 comentarios:

Drizzt dijo...

Hola Perdiu

Ha puesto usted por escrito la sensación que tengo desde hace mucho tiempo con la política española: sus componentes, son dignos representantes (de al menos una amplia parte) del pueblo español.

Anónimo dijo...

Por favor, no generalice, nos hemos dejado la piel para sacar las empresas adelante. En los tiempos de bonanza económica, hemos entendido que la moderación salarial era conveniente para seguir siendo competitivos. En tiempos de crisis trabajamos por tres. Claro que tomamos café y nos fumamos unos cuantos cigarros en la puerta de la oficina, para eso estamos todos los días más de 12 horas, haciendo nuestra parte y la de la gente que, desgraciadamente, ya no tiene trabajo.
Es lo que toca y lo asumimos. Somos unos privilegiados, sin subida y sin bonus, seguimos tirando del carro. El problema es que somos cada vez menos trabajando y el carro empieza a pesar mucho para tan pocos.
No generalice usted, por favor, no somos peores que el resto de los europeos, lo que nos mata es no tener claros los objetivos comunes en este momento y ser capaces de luchar todos juntos y no entre nosotros.
Cuando yo era pequeña, había unas chocolatinas, que se llamaban "Vitacal" y los niños de los 60 decían: "Chaval toma vitacal, aprieta el culo y da al pedal" Pues eso, a seguir dándole al pedal y sacar esto adelante, con la cabeza bien alta.

Un saludo

Anónimo dijo...

Cada vez que un sindicalista defendió a un jeta en vez de al empresario Basándose
En la filiación sanguínea de ser compañero.