4.4.12

Los sanabreses, a partir de una edad, empiezan a ver judíos por todas partes...

Empiezo también la historia de los judíos en España, de Joseph Pérez. Un repaso didáctico de la presencia de lo judío en la historia de España. Una presencia olvidada pero que duró casi quince siglos. Una presencia minoritaria, siempre lo fue, pero que dejó una huella más profunda de lo que podamos imaginar. No es fácil construir su relato: nos acercamos a él a través de documentos legales, o de cartas de los que se fueron, pero no es sencillo imaginarlo todo. Ni siquiera imaginar una parte. Recordamos la expulsión y olvidamos que fue uno de los últimos reinos en los que se expulsó a los judíos. Cuando el bardo de Avon escribió sobre su mercader de Venecia, hacía más de dos siglos que no había judíos en Inglaterra. Vemos una ciudad, nuestra Toledo, convertida en la Nueva Jerusalén: la diáspora les había dado una nueva oportunidad. Pero vemos también el ascenso imparable de una secta judía, los cristianos. Y empiezan las leyendas: “la traición del gueto”, como forma de explicar la caída de la España visigoda a manos de los musulmanes. Al final, a D. Rodrigo no le pudo la maldición de La Cueva de Hércules, sino la maldad hebrea. Y algunos detalles certeros, como la diferencia entre aljama y gueto. En la península, en puridad, no hubo guetos, hubo aljamas. Tengo que dedicarle un rato a Méndez Silva. A ver si Juan de la Cuesta me echa una mano. O lo escribe.

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