12.3.12

A vueltas con los orígenes

Historias. Me las cuenta Manoluá, nuestro franco más querido. La búsqueda de las orígenes, como en el libro de Maaolouf que ando devorando El tío Francisco. Uno de los cuatro hijos del Perdíu. El mayor. Marchó al País Vasco. Ahora suponemos porqué, aunque hayan pasado ya más de ciento veinte años. Padre ha muerto, y madre. Una tragedia de la que conviene no hablar. Toca a los dos varones trabajar. Paco se va a Somorrostro, probablemente a las minas, a trabajar duro. No se olvidó de la tierra. Ni de la familia, por dios, cómo iba a hacerlo, era el hermano mayor. Mandaba envases viejos y hojas de lata. Su hermano Pedro iba a buscar los envíos a León. Quizá ahí empezó el negocio de ferretero. Las dos mujeres acabaron vinculadas a la Iglesia. Había que comer. Josefa marchó de ama con cura. Carmen se fue de monja. Durante la terrible guerra civil la sacaron desnuda los milicianos a la calle. Era religiosa y aquello era un delito.

No conocí a ninguno de los cuatro, claro. A Paco se le perdió el rastro enseguida, en cuanto a la memoria familiar, me refiero. Quizá uno de sus hijos muriera en las portillas en un accidente de tráfico antes de la guerra, pero esto tampoco está claro. En la familia se perdió su pista. No sabemos nada de sus descendientes, a los que imagino alejados de sus orígenes. Quizá haciéndose perdonar, tantos años después, un apellido tan maqueto como de Barrio.

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