9.3.12

Libros emboscados

Libros que nos esperan. Emboscados. Los Orígenes, de Maalouf. Una narración sencilla que, como en un relato de Borges, nos lleva por vidas que ya no existen. Por mundos que un día fueron y de los que ya no queda memoria. Y me doy cuenta de que su búsqueda es un viaje iniciático parecido al que yo empecé hace años, de la mano de Manolo Juanino, nuestro franco más querido, un viaje que tuvo escalas en los registros civiles de Robleda y de Cobreros, aquellos septiembre de finales de siglo; un viaje que continuó por las parroquias mientras el Pater, el auténtico Pater, intentaba convencerme de que fuera a misa a escucharlo: prefiero pasear contigo, le decía yo como respuesta, así podemos hablar, que si estás predicando no te puedo contestar. Un viaje que me llevó a descubrir viajes imposibles a la Argentina, llegadas a la Sanabria desde Asturias, malostratos, cazadores y suicidios, y que, a la vez, me llevó a darme de bruces con una casa de leyenda, La Casa del Barrio, el solar del que procedo, aunque sólo sea desde los últimos ciento cincuenta años...

Un poeta palestino Mahmud Darwix hubiera dicho... “escribo para restituir lo perdido a base de nombrarlo". Y creo que esa es la historia de esta bitácora, pero no sólo con el pasado. Escribo para restituir lo perdido a base de nombrarlo. Lo perdido entonces y lo perdido ahora. Porque también nos vale para el presente. También para estos años que comenzaron cuando, en un autobús de camino a la ciudad del romancero, compartí una cierta teoría de la amistad.

Vivimos muchas vidas mientras estamos deambulando por este solitario planeta llamado tierra. Pero todas estas vidas tienen un comienzo. Y un final. Siempre. Incluso aunque en alguna de ellas haya llegado a producirse algún milagro inútil...

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