1.3.12

De los Ilustrados

Acabé Ilustrado, el libro de Syjuco. Metaliteratura con las Filipinas como excusa. La literatura es una trampa en la que el autor es un astuto gato que juega con un ratón al que, por pura convención, todos llamamos lector. Lo lleva donde quiere, lo miente cuando le da la gana y acaba contándole medias verdades con tono episcopal. Quizá por eso la literatura lleva haciendo soñar al hombre desde Homero. O quién sabe si antes. Es un buen libro, algo confuso al final, pero hermosamente escrito. Y bien traducido. Muchas historias en una: los Ilustrados que resistieron el poder español, la decadencia de un país que acabó siendo, en sí mismo, una opereta. La necesidad y el drama de la emigración. La adolescencia. La muerte del padre. La relación con las generaciones que nos precedieron. Esas sirenas que nunca podremos acallar. Nunca. Toda la vida atados al mástil para no irnos detrás de ellas. A mí ya me lo dijo Connor hace muchos años. El mundo acaba de empezar y una tarde me confesó: “sólo hay una manera de aplacar un fantasma: hacer lo que nos pide”. Todo revuelto, en un buen collage, con varias mentiras que uno no acaba descubriendo hasta el final. Una buena forma de zambullirse en un pasado que, no lo dude desocupado lector, es también el nuestro.

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