12.1.12

Misterios y silencios

La dimisión de dos alcaldes. Ya lo eran antes de los comicios de mayo. Ganaron otra vez y ganaron de nuevo por mayoría absoluta. Uno en la Villa y sede de La Corte. Otro, en la segunda ciudad más importante de la región, la heroica ciudad de Móstoles. Las dos ciudades más importantes de la Comunidad de Madrid. Ninguno en campaña apuntó la posibilidad de irse a los pocos meses. Se presentaban para un proyecto de gobierno, para seguir cuatro años con sus electores. Todos sabían que las elecciones generales iban a ser antes de un año. Escondieron sus ambiciones, o escondieron algo peor. Se han ido. Sin dar demasiadas explicaciones: ese es el respeto que les merecemos los mortales a nuestra casta política. Uno para ser dizque ministro. Ya se sabe que, en España, ministro aunque sea de Marina. El otro es más misterioso aún. Se va de senador, una perfecta nadería. Ha de haber algo oscuro ahí, pero nadie nos lo explica.

Nadie lo hará, en realidad, porque nadie lo demandará. Nos vamos tragando de matute cosas como esta y seguimos todos pendientes del tal Mou. Así os va, españoles.


PS: Brillante Morán, brillante

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Enteradillo, no es ninguna deshonra ser ministro de Marina.

Zoelarenato dijo...

Coincidimos, Perdiu, plenamente. Incluso en lo relativo al Ministerio de Marina (mejor interpretar ls ironía que criticar la expresión, creo). El respeto al ciudadano debe ser la esencia de la democracia (demos-kratos). En estos dos casos, efectivamente, no lo hay. Sobra cualquier añadido.. Saludos.

Anónimo dijo...

Critico la expresión porque es despectiva. El desprecio con el que se ha escrito, me impide interpretarla.
El Perdíu y celtovacceo en el mismo saco.

El Perdíu dijo...

Anónimo, la frase "ministro, aunque sea de Marina", hace referencia a un chascarrillo muy habitual entre las élites políticas durante el franquismo, y que hacía referencia a que lo importante era ser ministro, daba igual de qué.
Cordialmente