28.8.11

Cervatos y comerciantes

Nos pateamos Villardeciervos. El pueblo de los Cervatos. Un pueblo de arrieros, como lo fue Antonio Rodríguez Santiago, que ya regentaba a mediados del XIX un próspero comercio en la villa. Fundador real del Clan de los Cervatos, de ellos fue la política zamorana durante casi un siglo, entre los años finales de la Reina Isabel, la de los tristes destinos, y la caída de la Monarquía a finales de los años veinte del pasado siglo. Un clan basado en el concepto de familia, un concepto extenso y premoderno, como el que aún mantenemos, en parte, por aquí. Se hicieron con el poder tejiendo alianzas: con los Cid, con los Bobillo, con los Santiago, con los Escudero en la Puebla, con los Santiago. Practicando la usura y consolidando su poder y prestigio con los bienes adquiridos durante la desamortización. Del comercio a la administración: el drama de un siglo, de un país. Ocuparon el poder, primero en Zamora, en la Diputación, y luego representando a la provincia y a sus distritos en Madrid, tanto en el Congreso como en el Senado. Judíos, los llamaban, por comerciantes. En 1905, a diez pesetas el voto, más el convite a varios electores, como aparece en varios de los archivos. Hombres del liberalismo en la provincia, la familia acabará vinculada a la Administración franquista, con algún presidente de la Diputación también en esta época. Todos emparentan con todos y no es fácil seguirles la pista a las élites políticas de la provincia de aquella época: Ángel Galarza Vidal, que llegó a ser secretario de Práxedes y que fue Director General en varios gobiernos, o el propio Fabriciano Cid Santiago, cervato emparentado con Santiago Alba y diputado por el distrito a principios del XX.

En mi pueblo tocan poco. Que siempre fue el mío un lugar pequeño y apartados: algún papel he visto, pero tengo que seguir investigando: hace poco vi un papel de Monís dándole las gracias al tío treinta por la ayuda para ganar las elecciones, en los años veinte del siglo pasado, cuando el régimen estaba a punto de caer.

Habrá que seguir investigando. Sobre aquella España. Aquella España de políticos como Cristino Martos, del que siempre recuerdo que alguien dijo que “era de la madera de los grandes hombres, y triunfará cuando se hagan grandes hombres de madera.

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