9.7.11

Lo han robado (I)

Lo han robado. No me cabe en la cabeza. Es como si alguien se llevara la Puerta de Alcalá, o la Sagrada Familia, o incluso, la iglesia de mi pueblo. Pero es real. Lo han robado. Algún nuevo rico con bueno gusto. Yo, que siempre soñé con ser Thomas Crown, lo tendría también en mi casa, pero no tengo dinero suficiente como para encargar un golpe así. Lo han robado.

Verán, cuando yo era un chaval y empezaba ya a leer cosas sobre la mi tierra, me crucé, creo que de la mano del Mile, con el Pseudo Turpín. El nombre era lo suficientemente atractivo como para interesarme. “Alguien habló de Sanabria ya en la Edad Media”, me dijo a finales de un agosto, principiando la década de los noventa. Ángel y Juancarlos estaban en Sanabria, haciendo obras, tenían un Simca, nosotros mil pelas en el bolsillo, Mi General trabajaba en el Lago y el verano era una vida por delante. Pero yo me quedé con el nombre: el Pseudo Turpín.

Nunca me olvidé de él; de niño había oído la leyenda de la noche de San Juan, y de Valverde de Lucerna. En esto, el cou fue una epifanía, la obra del pesado de Unamuno. Sanabria. Un pueblo sumergido. Había material para una historia y se buscaba un narrador que le diera forma.

Así, entré en contacto con el Códice Calixtino. Déjeme que le cuente, desocupado lector, ahora que ha caído la noche sobre la mi tierra, y el olor a los prados mojados lo inunda todo. Esta mi tierra en la que preveo un agosto feliz a fuer de doloroso. La historia comienza en el año 1109. Estamos en una localidad francesa llamada Poitou. Allí, un monje llamado Aymerico Picaud, inicia un viaje con el objetivo de acompañar al pontífice Calixto II, Guido de Borgoña, en la peregrinación que éste va a realizar a Santiago de Compostela…

¿Por qué a Santiago?, ¿Por qué ir al lejano occidente europeo? Desde finales del siglo VIII y durante casi cien años, fue difundiéndose por Europa la noticia de que el cuerpo de Santiago el Mayor, uno de los discípulos más amados de Jesucristo, estaba enterrado en los confines occidentales de la Cristiandad, concretamente en las tierras de la actual Galicia. Aquello fue probablemente una mentira más en la guerra de propaganda que sostenían asturianos y gallegos con el objetivo de posicionarse en el ámbito de la Monarquía Astur-leonesa. Es más, quizá el cuerpo que reposa en el Campo de las Estrellas sea el de un hereje. Peso esa es otra historia. Y, sin embargo, de aquella mentira, brotó un Camino que nos hizo en parte como somos. Porque el Camino no sólo fue una ruta de peregrinación y no sólo fue una ruta comercial. Fue, también, ruta de repoblación en un momento, a inicios del nuevo milenio, en el que las fuerzas cristianas estaban recuperando rápidamente territorio a los musulmanes que habían invadido la península en el año 711.

Por ello, las peregrinaciones a Santiago fueron amparadas y potenciadas por la Monarquía castellana, especialmente a partir del reinado de Alfonso VI. La llegada de oleadas de viajeros y de peregrinos alterará, para siempre, la configuración de las ciudades, villas y pueblos por las que transcurre la ruta jacobea. Y estas tierras no volvieron a ser nunca las mismas…

2 comentarios:

JFM dijo...

Precision: El Poitou no es un localidad sino una region cuya capital era Poitiers. Hoy forma parte (mas o menos ya que las regiones V Republica no coinciden con las regiones historicas) de la region Poitou-Charentes.

Anónimo dijo...

Es un trabajo interno del Vaticano.
Algunos cardenales y el propio Papa querian el codice en la biblioteca vaticana y trazaron un plan para recuperarlo por las malas.
Al final el codice tampoco ha llegado a sus manos porque ha sido interceptado por el camino por una secta de Efeso defensora de San Juan Evangelista,hermano de Santiago.
Esto podria ser el tema del proximo libro de Dan Brown titulado algo como:Los hermanos de Jesus de Nazareth.