10.6.11

Los que se van...

La semana pasada murió Juan el Pupas. Casi noventa y cinco años. Lúcido, como mi abuelo, casi hasta el final. Se va la gente que vivió varios siglos en una vida. La gente que nació con la llegada del mundo moderno a principios del XX y que ha muerto en el ocaso de la postmodernidad zapaterial. Un Saavedra Barrio. Aquella España rural: sin luz eléctrica, en la que las mujeres no trabajaban fuera de casa. En la que no había viajes y el ocio era un concepto sin nombre. Él era del Franco. Hijo único del tío Pupas. Cuñado de Magín Caray, casado por ello con la única hija del tío Caray. Aquella España. Una guerra, gente que cambió de bando, como Magín, y que pasó de perseguir burgueses antes del treinta y seis a protegerlos después, cómodamente instalado en la Diputación. Aquellos puestos que entonces eran algo. Juan fue alcalde mayor, que el Ayuntamiento quedaba lejos. Amigo de mi abuelo, como su hijo lo fue de mi padre, como yo lo soy de sus nietos. “El año que me licencié”, me contaba mi padre en el tanatorio, “me hizo ir a comer con ellos el día de la fiesta”. Luego se fueron a Madrid. Todos. Sacar adelante a la familia. Un bar. Muchos bares. Aquellos supersónicos, con la foto de Juanito en lo alto. Y cuidar de los nietos. Nunca olvidaron el pueblo. Y a él volvía Juan y allí lo vi el verano pasado. Mayor ya, sentado en el poyo de la puerta de su casa. Con esa tranquilidad que da el saber que el final ya no queda lejos y que uno ha recorrido un largo camino, y que ha conocido y criado hijos, nietos y biznietos.

Que la tierra te sea leve, Juan.

3 comentarios:

Tío Chinto de Couzadoiro dijo...

Toda una vida, la de Juan el Pupas, en un breve artículo. Al menos, así la he percibido.

Anónimo dijo...

Perdíu, las mujeres de tu pueblo, en aquella España rual, sí trabajaban fuera de casa. Posiblemente más que las de ahora. No te confundas.

Magín Caray no merece mención.

Un Pupitas dijo...

Aunque leido bastante tarde...Gracias por la mención...

Gran blog que tenia Perdiu -:=)