22.5.11

De los zamoranos en el Nuevo Mundo

Era Castilla. La que face los omes e los gasta, ¿Verdad don Afonso?. Era Castilla al otro lado del mar. En el Nuevo Mundo, que tanto asombró aquí, como demostró Sir John Elliot en un delicioso opúsculo que pocos conocen. Era Castilla y allí se creaban ciudades, claro. Sin ciudades no hay civilización. El aire de la ciudad hace libre al hombre, y en América las utopías empezaron antes. A veces tendemos a pensar que la primera es la de una ciudad sobre la colina de los herejes del norte. No, empezó al sur. Construyendo la Jerusalén Celeste, sobre dameros que partían de una Plaza Mayor.

Era Castilla, allí lejos, pero era Castilla. Y quedaba un sitio aún por civilizar. La costa de Barlovento. La gobernación de la secundaria pero estratégica Venezuela. La Monarquía llevaba ya más de setenta años allí pero no cuajaban las ciudades. Hasta que llegó un carballés. Un Losada menor, expulsado por los Pimentel como antes ellos habían expulsado a Men Rodríguez. El amargo sabor de la traición. Era julio de 1567. Hacía calor. Tras varios días de viaje, se fundó la ciudad de Caracas. Poco después, el puerto de la Carballeda.

Era Castilla, y había que seguir asegurando el dominio sobre la costa. Mazariegos, un gobernador de origen zamorano hijo de D. Antonio de Guadalajara y de doña Guiomar de Mazariegos, que llegó a Cuba, soltero, en 1555. Mazariegos, el hombre al que la Corona envía a Venezuela en 1570. Mazariegos, el hombre que llegó al nuevo mundo con varios zamoranos tras de sí, zamoranos como Luis de Villafañe, como Juan Martín o Francisco de Vega, que hicieron el viaje con él. Es Mazariegos, el zamorano Mazariegos, el que comisiona a un salmantino, Maldonado, para que en nombre del rey funde por fin la ciudad de Maracaibo tras varios intentos fallidos. Y esta vez las cosas salen bien, ocurren y se funda la Nueva Zamora de Maracaibo.

Y uno se acerca y ve que antes estuvo Diego de Ordás, que murió loco buscando el Dorado, y que fue mucho más que una calle en Zamora. Y sigue mirando y ve que después de Mazariegos hubo un Pimentel gobernando la Venezuela. Un Pimentel… ¿Qué mejor forma de cerrar el bucle que poner a un Pimentel a gobernar lo que fundó un Losada?

Y termina la conferencia del Profesor Lucena y uno piensa. Qué poco sabemos de casi nada. Cuánta historia necesitamos aún conocer y comprender. Cuántas cosas que, como en un relato de Borges, no llegaremos siquiera nunca a imaginar...


PS: El profesor Lucena diserta de nuevo este próximo martes, en esta ocasión en el Círculo de Lectores de Madrid. Más información pinchando aquí. No se lo pierdan, que la entrada es libre hasta completar aforo

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