7.12.10

Todos llevamos una ciudad dentro

Pasear por Zamora. Una ciudad junto al Duero. Estos burgos en los que demora su partida el invierno. El río. Los tres árboles. La ciudad medieval. El rosetón de Santiago del Burgo. Santa Clara para arriba. Santa Clara para abajo. Un café al lado del Consultivo. Cenar en Los Caprichos de Meneses, mejor cenamos solos, deja, yo te invito. Almorzar en el Rey Don Sancho. Una copa en El Ópera. Creo que es su guardaespaldas. El sayagués. Aquel Iphone durante unos minutos. Aquella ponencia. Luego en Toro. Nuestra bodega. Nuestros vinos. Probar la nueva cosecha del uno. Vino y música: la cultura en su máxima expresión. Unos vinos por la noche, de nuevo en la capital.

Y mañana volver a Madrid, despacio, saboreando el viaje. No siempre los viajes tienen lugar cuando pensamos. Uno a veces viaja por una ciudad y se sumerge, sin darse cuenta, en un viaje por la memoria que esa ciudad le ha dejado.

Lo escribió, ¿quién si no? Claudio Rodríguez: Todos llevamos una ciudad dentro, / ciudad que nos alienta y nos acusa. / La ciudad del alma. / Calles, sonidos de campanas y de pasos, / y la luz, / sobre todo el aire, / el temple del Duero, / las piedras que nos fecundan.

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