La película es irregular, más floja que las otras que he visto suyas. La idea es buena, los actores están bien, pero el vodevil no llega a enganchar y la obra se repite sobre sí misma. Ideal para una tarde de noviembre, pero para poco más.
A uno de los protagonistas se le está haciendo cada vez más tarde. No darse cuenta de que quien se esconde detrás de los días, como me pasó a mí, acaba por ser descubierto. Como las cosas que parecen evidentes terminan no siéndolo, porque el destino, muchas veces, está en nuestras manos y no escrito en ninguna estrella lejana. No darse cuenta. En fin.
PS: volviendo de Mérida. Volviendo del oeste.
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