25.6.10

Lo que finaliza mañana...

Todo empezó a inicios de la década pasada. Primero, creo, con un regalo de Osquitar en el Zamorako Herria, tal y como consta en la dedicatoria. Una historia de los mitos de la España prerromana. Todo siguió allá en 2003 ó 2004 con un regalo de Carmen: un libro de Juaristi. Cuántas cosas en mi vida han empezado con un libro de Juaristi. Dejé de ser nacionalista español allá por 1994, con la lectura de Auto de Terminación, y dejé de serlo precisamente por sus textos, ya ven la personalidad que tengo. Juaristi iniciaba una historia mítica de España con El Reino del Ocaso, un libro sobre la formación del imaginario colectivo español durante la antigüedad y la edad media. El primer capítulo del eruditísimo libro, “Un cuento gótico”, narra entre otras cosas, la imagen de la pérdida de España a través de las desdichadas acciones del Rey Don Rodrigo. Todo se basa en la Crónica del Rey Don Rodrigo, Postrimero Rey de los Godos, más conocida como la Crónica Sarracina, del castellano, de Pedro del Corral, a principios del XV. Un protagonista esencial: la Casa de Hércules, el primer relato gótico de la narrativa española. La casa imposible, como la biblioteca de Borges. Una estancia, una maldición. Un cofre. Una arqueta.

La Casa de Hércules, un libro que nunca deja de escribirse a sí mismo, una interminable historia del mundo.

La Casa de Hércules, el lugar del que nace la configuración actual de España.

La Casa de Hércules, el lugar donde se escondió la Mesa de Salomón.

La Cueva de Hércules, tantos años después, casi diez, de haber entendido porqué las artes toledanas eran las artes toledanas.

Tantos años después finalizan mañana sábado.

Una visita mágica a la mágica ciudad. A su Cueva. A la Sinagoga del Tránsito. A una Casa judía. A una vieja mezquita. Bajo la sombra imperial del César Carlos.

Mañana no me busquen en ningún lugar.

Estaré en Toledo. Una ciudad mágica que algunos confunden ahora con la triste capital administrativa de una triste Comunidad Autónoma.


PS: El romancero anónimo cantaba:

Don Rodrigo, rey de España, por la su corona honrar,

un torneo en Toledo ha mandado pregonar:

sesenta mil caballeros en él se han ido a juntar.

Bastecido el gran torneo, queriéndole comenzar,

vino gente de Toledo por le haber de suplicar

que a la antigua casa de Hércules quisiese un candado echar,

como sus antepasados lo solían acostumbrar.

El rey no puso el candado, mas todos los fue a quebrar,

pensando que gran tesoro Hércules fuera a dejar.

Entrando dentro en la casa no fuera otro hallar

sino letras que decían: Rey has sido por tu mal;

que el rey que esta casa abriere a España tiene quemar.

1 comentario:

bambi dijo...

Para mí Toledo simoliza la Escuela de Traductores, donde árabe, hebreo y latín se trataban de tú a tú.

Y me gusta poder decir que muchos alumnos de traducción de las universidades de Beirut, van este verano (y todos los veranos) a esa escuela a seguir sus cursos.