2.6.10

¿Crítica literaria?

En su libro “Tiempo desapacible”, en uno de sus más hermosos poemas, Jon Juaristi recuerda a su abuela Valentina y señala:

"Pero de ella aprendí las cuatro cosas / que he salvado del tiempo y su ruina: / que sólo se es feliz en el pasado, / que todo se termina, / que del más grande amor apenas queda / una pálida brizna cristalina, / y que perseverar en la existencia / requiere disciplina".

Pocos versos más claros para este Vinogrado en el que yo también moro un amanecer como el de hoy, segundo día de junio. Porque está claro que nadie está obligado a ser valiente, ni siquiera la abuela del poeta.

Se trata, sin duda, de uno de los mejores libros de Juaristi, uno de los poetas del último tercio del XX del que me siento más cerca. Otro de los poemas del libro, extraído al azar, lleva por título “Rosario”, y principia así:

"Yo la quería mucho, pero entonces / amar y destruir sonaban parecido, / como en los más confusos poemas de Aleixandre. / Nos casamos con otros. Tal vez así perdimos / lo mejor de la vida. Quién sabe. Hubo una noche / en que ambos acordamos que pudo ser distinto / el rumbo de esta historia de culpa y cobardía […]"

Tal y como cierra su magnífico poema “De visita”, la recomendación del poeta es clara: “Márchate silenciosa, suavemente”. Y no puede ser de otra manera.

Como puede ver, lector, no sólo de Vallejo vive El Perdíu.


PS: Mi Coronel, cuando seamos mayores recordaremos las noches de maki y pacharán. Porque esto, y no otra cosa, es la vida.

1 comentario:

mike dijo...

Preservar la existencia exige la disciplina de amarse a si mismo, lo que no siempre es complacerse a si mismo. Que grandes versos señor escribiente del blog los ultimos del citado señor Juaristi.
Y por lo demás envuélvase en las amistades todo lo que pueda, cosa que ya parece que el coronel y usted hacen, porque eso forma parte también de la vida, en este caso de la parte grata de la vida.
Un saludo señor escribiente del blog.