20.5.10

Zamoranos fementidos, cantaba el romance

Ya debe saber el desocupado lector que El Perdíu procede de La Raya, en concreto de la periferia de la periferia de la periferia. Y feliz que está. Por ello, y quizá porque además soy piscis, siento un especial afecto por la mi tierra. Una tierra pobre, cainita y miserable pero en fin, uno no elige donde nacer. Me gusta, en la mi tierra, que la gente se rebele contra un destino que todos sabemos inexorable. Algunos lo hacen, luchan, inventan y, en el camino, construyen y dan sentido a vidas que, de otra manera, no serían trascendentes en ningún sentido de la palabra.

El martes la gente de turismo de Zamora vino a Madrid. No como fue Pedro Páramo a Comala, pero la intención era similar. Con unas vistas magnificas sobre la Plaza de Santa Ana (la única parte del áspero centro de Madrid que me hace, a estas alturas, algo de gracia), presentaron Zamora, ciudad líquida, la nueva imagen de turismo de una de las ciudades más sorprendentes de España: románica por dentro, modernista a poco que uno se fije, con un río fantástico y con una atmósfera de paz que sólo se da donde todas la batallas se libraron hace varios siglo y donde nadie espera nada en realidad de nadie.

No deje de disfrutar de la ciudad del alma, desocupado lector.

Quedará usted cuativado.


PS: Claudio Rodríguez, quien iba a ser, escribió “Todos llevamos una ciudad dentro, / ciudad que nos alienta y nos acusa. / La ciudad del alma. / Calles, sonidos de campanas y de pasos, / y la luz, / sobre todo el aire, / el temple del Duero, / las piedras que nos fecundan".


Cortesías: Mi Coronel, en campaña.

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