22.5.10

Hoy que es sábado...

Sábado moderadamente optimista, tras un viernes algo pocho. Ahí va un poema, "Ahí mismo", rescatado de Claudio Rodríguez, mi poeta de cabecera de este curso, inolvidable, de 2009/2010. Es difícil expresar de una manera más hermosa algo tan dulce como el sexo, evocando la luz y convirtiendo en metáforas las vivencias más íntimas. Como buen politólogo, tengo una teoría sobre el sexo y quizá algún día, si supero mi natural tímido, se la exponga. En cualquier caso, eso será otro día. Ahora disfrute de este poema, desocupado lector, como he disfrutado yo rememorando cada verso:

Te he conocido por la luz de ahora,

tan silenciosa y limpia,

al entrar en tu cuerpo, en su secreto,

en la caverna que es altar y arcilla,

y erosión.

Me modela la niebla redentora, el humo ciego

ahí, donde nada oscurece.

Qué trasparencia ahí dentro,

luz de abril,

en este cáliz que es cal y granito,

mármol, sílice y agua. Ahí, en el sexo,

donde la arena niña, tan desnuda,

donde las grietas, donde los estratos,

el relieve calcáreo,

los labios crudos, tan arrasadores

como el cierzo, que antes era brisa,

ahí, en el pulso seco, en la celda del sueño,

en la hoja trémula

iluminada y traspasada a fondo

por la pureza de la amanecida.

Donde se besa a oscuras,

a ciegas, como besan los niños,

bajo la honda ternura de esta bóveda,

de esta caverna abierta al resplandor

donde te doy mi vida.

Ahí mismo: en la oscura

inocencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermoso poema, al final conseguira perdiú, que nos compremos el libro de Claudio Rodriguez. ¿Es amigo suyo?