20.4.10

Historia y despistes (y libros, claro)

La historia es rica en despistes. Este viernes celebramos el día del libro porque el 23 de abril se conmemora la muerte de dos de los más grandes escritores de todos los tiempos, Shakespeare y Cervantes. Tantos años, tantos siglos después de sus muertes, tenemos pocas certezas sobre ambos. Del bardo inglés aún no sabemos si era una o varias personas a la vez, ya ve usted, desocupado lector.

Del castellano, aún hay menos certezas. No arrimaré el ascua a mi sardina porque en realidad no tengo sardinas en este mercado, pero que Don Miguel pudo haber sido un judío de Cervantes es una posibilidad que nos persigue desde hace años. Ya no es sólo que lo diga Leandro o no. Es que mi abuelo era de Cervantes y allí de toda la vida de Dios se hablaba de “la casa del escritor”. Es que, leyendo la novela, uno tiene a ratos la sensación de estar paseando por la Sanabria. Es que la Aldonza es un barrio de Santa Colomba. Es que, en fin, quizá la Mancha no haga referencia a un lugar geográfico sino a su condición de converso.

No sabemos, y es posible que nunca lo sepamos, quién y qué fue en realidad Miguel de Cervantes. Siempre se cuidó muy mucho de esconder sus orígenes y sólo nos dejó un testimonio claro de ellos. Está en la Primera Parte, en el inicio del Capítulo trigésimo noveno. Ahí cuenta el autor, por boca del Cautivo, quién es y de dónde viene. No hay más que leerlo despacio para entenderlo.

En cualquier caso, qué más da de dónde fuera. Su canto a la libertad, su elogio de la individualidad es cada día más necesario. Y no sólo eso. Nos dejó la figura de Don Alonso Quijano, padre nuestro que vive en los libros y que un día, gracias a Anabel, nos enseñó que el amor es como él: cuando ambos recuperan la cordura, es que los dos están para morirse. Y sé de lo que hablo.

3 comentarios:

Gedeón McHale dijo...

Un gran artículo. Enhorabuena.

miguel dijo...

me gusta, me sigue gustando su estilo y me invita a investigar en las páginas del grandioso cervantes.Bueno a investigar no a leer por curiosidad y placer.
Otro aplauso para el autor.

Anónimo dijo...

me gusta tu homenaje al libro y a Cervantes
NC