31.12.10

Mi insoportable relación con Blade Runner

Si el año pasado a estas alturas reflexionaba sobre mi relación con el marxismo, ahora toca hacerlo sobre mi relación con Blade Runner.
Ese monólogo final de Roy Batty, quizá uno de los mejores monólogos de la historia del cine, ayuda a entender el final de este año. Un replicante destinado a morir, que se revela contra su destino, aunque sospecha que ha jugado una partida que nunca pudo ganar. Asumir que ser esclavo consiste en vivir con miedo. La duda acerca de si Deckard era humano o era también un replicante. Pocas personas son, es cierto, lo que parecen.
Por si no lo conoce, aquí le transcribo el monólogo, desocupado lector:


"He visto cosas que vosotros no creeríais.
Atacar naves en llamas más allá de Orión.
He visto Rayos-C brillar en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannhäuser.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia.
Es hora de morir".



Feliz 2011, mañana a la Sanabria y el domingo, espero, a Zamora. Ojalá venga papá conmigo, me hace ilusión invitarlo al fútbol. Hace mil años que no va.



30.12.10

El narcisismo de la diferencia menor, también en la letra impresa

He seguido desde La Vanguardia el proceso de configuración del nuevo gobierno catalán. La neolengua del nacionalismo. No hay como leer un artículo, al azar, que hable del tema, para ver cómo el medio, la lengua, se ha acabado convirtiendo en el mensaje. Algún párrafo al azar, sacad de la edición de ayer:

“A las 12.00 horas, los once consellers tomarán posesión en el Saló Sant Jordi del Palau de la Generalitat. Tras la tradicional foto de familia de todo el Govern, harán el primer Consell Executiu y a partir de las 14.00 horas hasta las 20.30 horas se harán los sucesivos traspasos en las sedes de cada conselleria”.
No es gobierno, es govern, aunque hablemos en castellano, no son consejerías, son consellerías, aunque hablemos en castellanos, no son consejeros, son consellers, con es el Salón, es el Saló, no es el Consejo ejecutivo, es el Consell Executiu. Un texto al revés sería impensable en cualquier periódico escrito en catalán: en la prensa en catalán, el Parlamento andaluz es el “Parlament andalús”, lo mismo que la Comunidad de Madrid es la “Comunitat de Madrid” y España es Espanya.

La clave la dio, como en otros temas, Ignatieff. Ese narcisismo de la diferencia menor que mueve a todos los nacionalistas. A todos. Esa necesidad de ser diferente, simbólicamente diferente. El nacionalismo como una patología. Esa necesidad de ser diferente por ser superior. Esa inmadurez.

Esa fascinanción del nacionalismo por la letra impresa. Se va volviendo complicado leer la prensa catalana supuestamente escrita en castellano. No creo que haya que defender ninguna lengua, ni el castellano ni el catalán, pero sí creo que, cuando uno escribe, ha de tener cierta cortesía con sus lectores. Y eso, hasta un nacionalista debería entenderlo.

PS: "Nadie quiere ser oposición en Cataluña. En realidad, nadie ha querido serlo nunca en treinta años de autonomía. La característica más perversa del juego político catalán ha sido que la oposición no forma parte del sistema, porque no es una oposición al gobierno, sino una oposición a la patria". Arcadi Espada “El sistema catalán”.

28.12.10

Zine eta Series

Algo de cine. Voy encadenando una racha mediocre. Fuimos a ver Tron (Legacy). Floja, bastante floja. Buenos efectos especiales y nada más. Con un rollo progre-new age que aburre sin remedio. No sé si la primera era buena, la segunda desde luego no lo es. No guardo buen recuerdo, además, de la época en la que los ordenadores llegaron a nuestras vidas. Era una tarde, imagino. En los clarés. Mi primera clase de informática. Unos once años o así. Preguntad lo que entendáis, lo pregunté, no entendía nada, no sabía qué era un ratón. El profesor ni putocaso. No volví. Ahí debe estar la raíz de que, tras diez años en empresas de IT, no me interese una higa la informática.
Fuimos también a por Bruc, a por el timbaler del Bruc. Me acordaba de Marcial viendo la peli, y su teoría sobre lo que pudo haber hecho el timbaler con las baquetas. La película es floja, los actores poco creíbles y la historia se asemeja más a una cacería en la selva que a lo que debió de pasar realmente. Impagable además, esos camilleros franceses con el emblema de la Cruz Roja, cincuenta años antes de la batalla de Solferino Aún así, se deja ver, buenos paisajes y buena música.
La mejor de la semana, Margen de error, del inolvidable Otto Preminger; una película de combate, hecha durante la guerra, con buenos y con malos. Bien contada, con sentido del humor y con buenos papeles. Buen director Preminger, al que conocí con Hornuez en aquella magnífica Tempestad sobre Washington.
Por cierto que estoy, no sé si le conté, con la primera temporada de Madmen. Tabaco, alcohol y sexo en aquel mundo que iba perdiendo su inocencia a principios de la década de los sesenta. Sencillamente fantástico el personaje de Don Draper. Y espectacular, en todos los sentidos el de su mujer Betty; esa mujer inteligente y atormentada que se casa tan joven y que se niega a ser derrotada por la vida. Ya le iré contando, desocupado lector, que me voy a almorzar.

PS (Del episodio New Amsterdam, de la primera temporada: Pete Campbell: I have ideas. / Don Draper: I'm sure you do. Sterling Cooper has more failed artists and intellectuals than the Third Reich).

27.12.10

¿Capitalismo en España?

Esa vertiente repugnante de los que no entienden el capitalismo sin ética. Ese formato tan humano (y tan español a fuer de humano) de aprovechar el puesto de uno para hacer dinero de manera ilícita. Esa profesión, la más antigua del mundo, de medrar a costa del erario. Esa manera de entender la libertad de mercado como una patente para no perder nunca.

Ese silencio lamentable de todos los medios. De todos, menos del de Pedrojota. Ese mirar para otro lado.

Pero lo más duro del “Caso Alierta” no es que un alto directivo de una empresa pública se hiciera rico con información privilegiada, a la que accedió gracias a su puesto. No. Tampoco lo es que el delito haya prescrito y que sólo por eso no sea condenado. No. Lo más grave, como tantas otras veces, es la nula reacción social que produce el caso. Nadie se escandaliza. Nadie le retira la palabra. Ni el saludo. Nadie presiona para que dimita. Nadie. Nadie se ha enterado de nada.
Este es el pulso de la sociedad civil en nuestro país. Un país que mezcla un capitalismo de amiguetes con una moral que ve de mala educación hablar de dinero pero que considera lícito enriquecerse de manera ilícita.
Así nos va
Así os va.


PS: "Adam Smith, en su Riqueza de las naciones, publicada en 1776, constata y explica: “No son muchas las cosas buenas que vemos ejecutadas por aquellos que presumen de obrar solamente por el bien público, porque, aparte de la lisonja, es necesario a quienes realmente actúen con este solo fin un patriotismo del cual se dan en el mundo muy pocos ejemplos. Lo corriente es afectarlo; pero esta afectación no es muy común entre los comerciantes, porque con muy pocas palabras y menos discursos cualquiera resultaría convencido de su ficción”. Joaquín Trigo. “Con permiso” en Actualidad Económica, 12 de junio de 2008. Página 34

23.12.10

La noche de los tiempos, o un libro para cada estado de ánimo (y II)

La noche de los tiempos, de Muñoz Molina. Ese narrador. Esa voz. Esa forma de mirar. Y de ver. Esa forma de contarnos lo que pasa, como una voz que llega del pasado para pedirnos que no cometamos los mismos errores. Llega el año maldito de 1936. La historia entre esos dos amantes furtivos se va consolidando, hasta que llega el momento de tomar una decisión. No tomarla también es tomarla, aunque uno tarde varios años en darse cuenta. Y ahí todo se mezcla, desocupado lector. Llega la sofocante segunda semana de julio de 1936 en Madrid. Se acerca el fin de semana. La radio habla de unos militares que se han sublevado en Marruecos. Él está en la sierra, con su mujer y los niños. Ella está en Madrid. Han quedado para verse el lunes. ¿Tomar ese tren?, ¿no tomarlo?. En Madrid se ha desatado la locura. La irracionalidad de una guerra. La muerte por doquier. Las relaciones familiares que se entrecruzan en estos momentos. Vivir en una ciudad asediada. Los delatores. Los delatados. Gente que muere y gente que mata. La desaparición del Estado. Cuando la diferencia entre la vida y la muerte no es más que el azar. Lo que debió ser el Beirut de mediados de los ochenta. Lo que ahora será una parte de la frontera entre Méjico y Guatemala. Cómo nuestra vida puede verse envuelta en un torbellino que uno no eligió ni para sí mismo ni para los suyos. Pero ya no le cuento mucho más, desocupada lectora. Los libros hay que leerlos, igual que el buen vino hay que beberlo.

El libro es bueno, aunque no supera el mejor que se ha escrito, en esta clave, sobre la maldita guerra de España: Las máscaras del héroe, el libro que ya no superará nunca Juanmanuel de Prada. Hay algo fascinante en la bohemia de la vida madrileña de la Restauración, que uno imagina paseando con Oscarnelo de la mano y devorando absenta en cualquier tugurio cercano al Puente Segovia mientras esperamos ansiosos los nuevos sonetos de Pedro Luis de Gálvez.

Aún así me sobran algunas cosas del libro, será que cada vez soy más maniático: supongo que el autor tiene un pasado progre que se marca en la piel indeleble, como los sacramentos. El protagonista es el ejemplar y esforzado hijo de un obrero. Su cuñado un vividor que se mete a falangista; el tío de su mujer, un cura gordo e idiota. Este ética de buenos frente a malos que late de fondo en el libro pese a que, ya digo, el autor acabe asumiendo, como algunos hicimos hace años, que en una guerra civil la bondad y la maldad se entremezcla con la lógica de un fractal entre ambos bandos. Porque en las guerras civiles los hijosdeputa están repartidos muy repartidos y las buenas personas suelen escasear por igual.
Un buen libro, para leer con la chimenea encendida.

PS: "Su punto de vista sobre la República […] será propio de un cambonista. Esta visión, exactamente: “La República fue una locura personalizada y frenética. Llegó un momento en que la densidad del odio fue tan grande que la única salida que podía tener era la de la guerra civil”.
Espada, Arcadi: Josep Pla. Ediciones Omega, Barcelona, 2004. Página 130.

22.12.10

La noche de los tiempos, o un libro para cada estado de ánimo (I)

Acabé La noche de los tiempos. Quizá sea real que hay libros para momentos, y libros para vidas. Nunca me ha gustado mucho Muñoz Molina como novelista. Al revés de lo que me pasa habitualmente, me gustan más su postura ética ante la vida y sus artículos de periódico que su forma de escribir. Aquella fantástica colección de la memoria del siglo XX, rescatando la palabra de las víctimas del totalitarimo nazi y comunista. Cómo olvidar el Diario de Mihail Sebastian. Cómo olvidar a Ajmatova y su conmovedora historia. Cómo olvidar, en fin, a Primo Levi
Y sin embargo, algo me hizo iniciar el libro. Comprarlo primero, dónde si no, en el Círculo. Y empezarlo sin fe. Un libro sin apenas diálogo y con un narrador que lo sabe todo. Un libro de esos que suelo cerrar en la página doce. Y sin embargo…

Esa forma de contar. Ese narrador con voz grave que uno imagina en la chimenea, en la Sanabria, dentro de muchos años, en una escena que quizá ya nunca suceda. Esa forma de oír un relato cuando alguien te lo cuenta al oído. Cuando alguien te lo cuenta sólo a ti y afuera está lloviendo. Cuando alguien intercala su opinión sobre lo que va pasando con lo que piensan los protagonistas. Esa voz, lejana y sobria. Tan castellana mientras crepitan los porricos en la lumbre.

Me enganché. Al libro, quiero decir. La historia de dos personas que inician un amor prohibido en la convulsa España de 1935. Eso es lo mejor de libro, sin duda. Esa historia de amor. Ver cómo alguien escribe exactamente lo que tú has sentido o estás sintiendo en ese momento. Las miradas fugaces. Robarle horas al reloj; y al día, para estar al menos unos minutos juntos. Los encuentros prohibidos. La emoción de yacer, por fin, con la persona amada. La necesidad de contarle. De que apruebe lo que uno hace. También, ver cómo la situación del país se va involucrando poco a poco en su historia. Cómo las personas, a veces, somos atrapadas por fuerzas que nos sobrepasan. Como nos van envolviendo redes invisibles que nos acaban manejando a su antojo. Como hay un momento para todo. También para tomar decisiones y ser valiente.

De fondo, aquella España. Una España que no sabía bien a dónde iba. Una España enfrentada. Una España de utopías y de hambre. Una España excluyente en la que la mitad de la élite política consideraba que la otra mitad carecía en realidad de derechos. Una España de pistoleros mezclados en la calle con buenas personas. Una España que seguía desarrollándose al ritmo que había empezado a marcar la Restauración canovista. Ese sueño de un país mejor alimentado, de gente más instruida, de personas más libres.
Pero no se engañe ni se deje llevar por las apariencias. Lo mejor del libro, lo que lo salva en realidad de ser un libro más, es esa historia de un amor prohibido, condenado quizá a ser devorado por la noche de los tiempos.
Mañana le cuento más, desocupado lector.


PS: "Acostumbrado a no mentir lo sorprendía la facilidad con que por primera vez en mucho tiempo ocultaba algo. La novedad de la simulación era tan estimulante como la del deseo resurgido, como la de los signos del enamoramiento. En una impunidad tan perfecta había algo de inocencia. Lo que nadie debía saber había ocurrido tan sólo unas horas antes y estaba claro y fresco en su memoria y sin embargo no había dejado rastro alguno en su presencia exterior".
Muñoz Molina, A: La noche de los tiempos. Círculo de lectores, Barcelona, 2010. Pág. 176

21.12.10

En Castilla, con los aeropuertos a cuestas y Magris de fondo...

Echando el día en Castilla
Tierra de caciques, la mía. De gañanes en lo público. De gente provinciana. En los dos partidos. Y en IU, si tuvieran gente. A cuenta ahora de los aeropuertos. Hablo con la tropa de aquí, con las pocas personas lúcidas que quedan y me lo cuentan. Sencillamente patético. Una región despoblada, con cuatro aeropuertos.

Empezamos por el del simplón. Más de ochenta millones de euros de inversión para que su terminal pueda coger vuelos León / Nueva York. La locura del paleto del pueblo que va a Madrid y vuelve con dinero para la su tierra. Un aeropuerto que nunca se utilizará. Porque no hay gente. Ni la habrá ya. ¿Alguien ha pedido cuentas del uso de este dinero? Quía. Este año, apenas ochenta mil usuarios, cuando la terminal está preparada para recibir casi cinco millones. Esto es gestión sí señor. Y la gente luego dice que mejor que las cosas sean públicas que así están más controladas. Esta es la España de Zapatero. Así se hacen aquí las cosas. Pero claro, el PP no protesta para que no lo tachen de antileonés, como si tal cosa, caso de existir, no fuera más que un motivo de orgullo.
Sigamos con los del pepé. El supuesto aeropuerto de Burgos. Ahora los del pepé piden que se amplíe la pista. 27.000 pasajeros el año pasado. Ahí es nada. Y necesitan más pista los tíos. El PSOE no protesta para que no lo tachen de antiburgalés.
Y mi pregunta es: ¿es tan complicado hacer un gran aeropuerto en Valladolid y unir su terminal por autobús, o por tren, con todas las capitales de provincia de la región con frecuencias constantes para incentivar su uso? ¿De verdad a nadie le parece más razonable esta solución?
Contra Castilla y León, hubiera titulado yo un libro que ya nunca escribiré. Sólo se es libre cuando uno asume que sus identidades son postizas. Todas. Y que sólo de la lucha por ser uno mismo nace la libertad. Y la belleza. Y la poesía, incluso.
No me vengan con provincianismos, por favor, que estoy intentando ser libre.

PS: "Janus Pannonius, el humanista y poeta del siglo XV, es de origen croata, como la familia aristocrática de los Zríny, de la cual salen héroes y cantores de la epopeya húngara; la madre de Petöfi, el poeta nacional magiar, no hablaba húngaro y el conde Szécheny, gran patriota y padre de la conciencia cultural de la nación, lo aprendió a los treinta y cuatro años […]
Magris, Claudio: El Danubio. Anagrama, Barcelona, 2000. Pág. 225

20.12.10

En el cine...

Cine, que lo tengo algo abandonado.

Estuvimos viendo Entrelobos. Fallida y algo larga. Buenas imágenes, aunque sin llegar a emocionar. Fantástico el niño, Manuel Camacho, quizá el mejor actor de toda la película. Me sobra, a mayores, la historia del heroico-maqui-resistente enfrentado al malvado binomio lacayo-del-señorito-guardia-civil-rural.
No está mal para pasar el rato.

Estuvimos viendo también Skyline. Horrorosa. Se sostiene veinte minutos, treinta si me apuran. Con lo sencillo que es hacer buenas películas de catástrofes, esta es muy mala, incluso para mis estándares. Y encima amenazan con una segunda parte…

Finalmente vi Cómo ser John Malkovich. O es floja o me pilla en un mal momento. Buena la reflexión sobre vivir otras vidas, pero bastante tengo con intentar vivir ahora la mía como para meterme en más honduras. Y me carga, además, la historia del fracasado treintañero que no encuentra sentido a lo que hace.

Y para acabar con el cine, hay ganas de ver, por cierto, las Historias de la edad de oro. A ver si engaño a alguien para que me acompañe. Cine rumano, tan sentido. Tan cercano. Como ese país que pudo haber sido y no fue. La patria de Mihail Sebastian, el hombre al que la muerte evitó presenciar más horror.

PS: "La vida no podía ser sólo lo que ya conocía; algo o alguien estaría esperándole en el porvenir, a la vuelta de la esquina, en el tranvía estrecho y oscilante que estaba viendo llegar desde el fondo de una avenida, los rieles brillando al sol entre los adoquines o detrás de las puertas giratorias de un café; algo o alguien en la bruma del porvenir, mañana mismo o en el próximo minuto".
Muñoz Molina, A: La noche de los tiempos. Círculo de lectores, Barcelona, 2010. Págs. 105 y 106.

19.12.10

Entre el Estu y el Informe PISA, pasando por un hermos poema de Salinas

Volví a ver al Estu. Tantos años después. Recuerdo cuando con quince o dieciséis, yo no sé, me acercaba, cada vez que estaba en Madrid, con David a verlos. Al Magariños alguna vez, muchas al viejo Palacio de los Deportes, al que se quemó. Los seguía de niño en Gigantes del basket: Russell, el oso Pinone, Winslow, luego Azofra. El Estu. Ese ambientazo de la demencia: “y Kuwait, iraquí, las Malvinas, argentinas…”. Creo que ahí empecé a hacerme antimadridista, si es que no lo era ya...

Volví a ver al Estu. Y volví a verlo perder. Hay cosas, supongo, que no cambian nunca.

Por cierto que, a vueltas con PISA, no puedo dejar de citar aquí el artículo que hoy publica en la prensa zamorana ese joven politólogo al que tan unido me he sentido siempre. No deje de leerlo, pinchando aquí, desocupado lector.



PS: "-Por fin has dicho mi nombre. -Tú todavía no has dicho el mío. - "Vivir en los pronombres."¿Te acuerdas? Yo no entendía bien el sentido de ese poema y tú me lo explicaste. Los amantes sólo se pueden llamar tú y yo para que no los descubran"

Muñoz Molina, A: La noche de los tiempos. Círculo de lectores, Barcelona, 2010.Página 778

17.12.10

Ideas y creencias, precisamente en un día como hoy...

El concepto, como tantos otros en mi vida es del maestro. La diferencia entre las ideas y las creencias. Las ideas se tienen, pero en las creencias se vive. Lo que muchos no saben, no comprenden, no llegan nunca a entender, es que las creencias también cambian con el tiempo. Creo que al maestro no le dio tiempo porque murió muy pronto, aún en los cincuenta del siglo pasado; éramos todos muy jóvenes y aún se estaba poniendo en pie el Muro. Las creencias, ahora lo sabemos, no son, a estas alturas de siglo, inmutables, como no lo es la cultura. No en nuestro mundo, gracias a Dios. Por eso uno no es el mismo con veinticuatro años que con treinta y dos, ni será el mismo con cuarenta. Y es que lo que hoy, ¡ay!, parece un mundo, mañana puede parecer algo mucho más matizable.

A veces las creencias son una cárcel. Como lo es la identidad. Hay que reivindicar, para todos, un cierto sentido, trasnochado ya, me dijo una vez Juaristi, del mejor individualismo. La tarea de pensar, de leer sólo tiene un objetivo: construir una identidad individual frente a la colectiva (español, occidental, izquierdista...) en la que nacemos, y frente a la que otros nos otorgan (hijo de tal, o vecino de cual, señora de…). Luchar contra ese determinismo cultural que quiere que todos los que tenemos unas características externas similares nos comportemos igual.

Nos vamos construyendo con esfuerzo (Freud decía y también se lo debo a Juaristi que vamos poniendo poco a poco un “yo” donde sólo había un “ello”), de manera lenta, en un proceso doloroso, perpetuas crisálidas, que sólo acaba cuando envejecemos mentalmente. Y digo doloroso porque ello implica, muchas veces, poner en cuestión esas creencias que mamamos en la cocina de casa. Y ello no es traicionarse, en manera alguna. Es crecer.

Es vivir en el mundo en el que habitamos.

Y es que, me lo recordó Gregorio Morán: un hombre se parece más a su tiempo que a sus padre.


PS: "La sociedad urbana, tantas veces tan facciosamente acusada de alienación, ha liberado al individuo o por lo menos ha puesto las premisas para su liberación". Magris, Claudio: El Danubio. Anagrama, Barcelona, 2000. Pág. 348

PS: No fue domingo en las claras orejas de mi burro (perdonen a estas alturas la tristeza), como hubiera escrito Vallejo. Fue la noche de un viernes a un sábado. De manera inopinada. Y fue Manolo García el único que lo entendió: no te esperaba y el azar como una trampa te tendió en mi camino

16.12.10

De la prospectiva como forma de vivir

Hacer prospectiva.

Algo a lo que no suelen atreverse los organismos públicos. Aquí hace años que confundimos el papel de un Observatorio público con el de un mero recopilador de datos. No deberían ser eso. Deberían atreverse a pronosticar. A ofrecer tendencias. A marcas líneas de trabajo. No lo hacen, desde luego, porque en la Administración lo que prima es la desgana, el peor conservadurismo, la necesidad de un trabajo rutinario y la convicción de tantos de que el ciudadano les paga porque aprobaron en su día una oposición, no por su trabajo.

Por eso, sorprende encontrar a alguien que se atreva. Que se lance a imaginar. ¿Qué pasará?, ¿qué necesitamos?, ¿hacia dónde caminar?

Sorprende aún más que se dé en Castilla y León, la mí tierra tan necesitada de tantas cosas. Pues alguien lo ha intentado. Una Fundación ligada a la Junta. Conocer cuáles son los perfiles profesionales con más futuro en la región. Un estudio razonablemente serio, que es lo único que se le puede pedir a un estudio de prospectiva.

Ahora sólo falta que sus conclusiones iluminen la gestión de las diferentes titulaciones en las universidades de la región. Aunque eso quizá es mucho pedir.

Échenle un vistazo al estudio pinchando aquí.

De nada.

Con toda la información que ofrezco, no sé todavía cómo este blog no es de pago.


PS: artículo de Antuan en el fancine de prisa de hoy. No dejen de consultarlo.



PD: Poco antes de morir en París, en el invierno de 1856, el poeta alemán Heinrich Heine, probablemente aquejado de esclerosis múltiple, dijo: "Dios me perdonará. Es su oficio". Pues eso.

15.12.10

Llegar

Llegar. Cumplir un objetivo. No es sencillo. No sólo hay que valer. Hay que tener suerte. Y hay que tener cerca a quienes creen en ti. A quienes te apoyan. Porque no todo el mundo disfruta viéndote crecer: hay gente mezquina cerca de uno que se alegra viéndolo pequeño, sabiendo que nunca se irá porque no tiene dónde. No se dan cuenta de que la verdadera libertad es poder elegir. Y ser consciente de donde te quedas. Y estar donde quieres en libertad. Una sola vida. Las personas no somos, nunca, medios para otros. Un credo liberal. Algo ingenuo, si quiere, desocupado lector. Pero no perderlo jamás de vista: somos fines en nosotros mismos; por eso, no utilizar a nadie.

Llegar. Algunos llegan. Por azar. No duran mucho. Otros llegan por dinero. A veces duran y a veces no. Pero también llegan los buenos. Los que saben. Los que valen. Los que nos hacen mejores. Los que se esfuerzan. Los que tienen aún principios y valores. A ellos es a los que hay que tener cerca, lector. Gente de la que aprender. Gente a la que conocer. Gente con la que la vida de uno no quedará a medias.



PS: "Eso del afán de superación, de la dignificación personal a través del esfuerzo, de la vida planteada como una competición en la que lo más importante era poder echar la vista atrás y pensar, orgulloso, que lo que uno veía, por suerte, era agua pasada, todo eso que para papá era esencial no casaba en absoluto con el humus que la izquierda había ido produciendo desde los tiempos de la guerra fría. […]. En las filas de la izquierda, el modelo americano no provocaba más que odio […]. Sólo el pobre merecía respeto […]. Con una condición, eso sí: que no aspirara a dejar de serlo."

Pericay, Xavier: Filología catalana. Memorias de un disidente. Barataria, Barcelona, 2009. Página 295


14.12.10

Caciques y holgazanes

Me ponen nervioso las bobadas de los políticos. Les pago el sueldo. Que me dejen tranquilo. Que no me tomen por tonto. El tal Rubalcaba. Media vida en la cocina del poder. Maquinando. Siempre maquinando. Tras varios meses luchando por hacerse con el poder, ahora resulta que está cansado y que se quiere ir a su casa. Pues váyase, hombre, si nadie es imprescindible. Ni usted ni yo. No queremos verle agobiado. Vaya de vuelta a su laboratorio y a dar clases hasta la jubilación.

El tal Bono. El pequeño Bugallal manchego. El hombre que no dejó crecer la hierba en Castilla La Mancha. El hombre que maquinó para ser nombrado contra el criterio de sus compañeros. Como hubiera escrito el maestro Umbral: Fuentes era el hombre, Bono está en la historia como Pilatos en el Credo. La mano de hierro que dirigió con cierto sadismo su partido en la región durante décadas. Ahora va de verso suelto. Qué cara más dura. Ahora se ha dado cuenta de que para figurar en las listas de un partido hay que ser amigo de los que mandan. Claro, como ha pasado en Castilla La Mancha durante todos estos años.

Nos toman por bobos. Y eso es, directamente, insoportable.


PS: Alguien dijo una vez de Cristino Martos que “era de la madera de los grandes hombres, y triunfará cuando se hagan grandes hombres de madera”. Eso le pasa a todos estos caciquillos.



PD: En Toledo

13.12.10

Cine y cómics contra el totalitarismo (o el final de un sábado dejando descansar la muela)

Estuve viendo, por fin, Persépolis. La historia de Marjane Satrapi. Y de mujeres como Azar Nafisi. Siempre me ha fascinado Persia. Un país que inició un tránsito a la modernidad antes quizá que el nuestro. Una monarquía corrupta, pero modernizadora. Una nación con clases medias en los sesenta, con mujeres cada vez más liberadas de sus yugos ancestrales. Un país en el que las niñas estudiaban, las jóvenes se podían pintar y las madres podían divorciarse. Una revolución mirada con simpatía por nuestra progresía aquí. Caer en la Edad Media, de golpe. De repente, las cárceles se quedaron pequeñas. Aquella certera frase de Ramiro de Maeztu, poco antes de que lo mataran fuerzas al servicio del gobierno dizque legítimo de la República: "La civilización no hay que darla nunca por supuesta. Siempre está amenazada”. Retrocedieron. Cientos de años. Esa obsesión de las religiones con la mujer y con el sexo. Lo cuenta muy bien Ayan Hirsi Alí en su magnífico libro. La maldita guerra que vino después. Las ganas de libertad. Todo ello visto a través de los ojos de una niña que se hace mujer viendo como la identidad nunca nos abandona. La vida se detuvo para ellos. Gente de mi generación atrapada en el tiempo; por eso, nadie lee ya Lolita en Teherán. No pueden hacerlo. Gente como nosotros, lector, educados por padres que habían crecido en un régimen moderno, viven ahora a las sombra de un gobierno terrorífico para las libertades más básicas de las personas. El agobio de no poder ser libre.
La película es muy buena. Y como todos los grandes dramas, con sus buenas dosis de humor. Como dice la abuela cuando su nieta anuncia que se divorcia: "no te preocupes hija; el primer matrimonio es sólo el entrenamiento para el segundo". Qué cosas.
No deje de verla, lector. Una buena vacuna contra los totalitarismos.

PS: "En un Estado totalitario y paranoico, nada estaba fuera del alcance de la política. El profesor Kalmonson, del zoo de Moscú, fue detenido por actividades “destructivas” cuando los monos del zoo murieron de tuberculosis […]. En diciembre de 1937, 53 miembros de una asociación de sordomudos fueron detenidos en Leningrado, y a 33 se los condenó a muerte por participar en “conspiraciones” en su lenguaje privado. Se detuvo a filatelistas y esperantistas por hacer tenido tratos con extranjeros" […]
Tzouliadis, T.: Los olvidados. Una tragedia americana en la Rusia de Stalin. Debate, Barcelona, 2009. Página 106

12.12.10

Don Mario

El discurso de Vargas Llosa a la hora de aceptar el Premio Nobel. No deje de leerlo, desocupado lector. Un texto hermoso, que hace hincapié en las pocas cosas de verdad importantes que nos suceden en la vida. Una de ellas, haber aprendido a leer. A interpretar signos confusos y convertirlos en conocimiento. A viajar en el tiempo y en el espacio. Pero como todo placer, tiene su precio. La lectura exige un esfuerzo que no nos demanda ni la televisión ni, desde luego Internet. Un esfuerzo generosamente recompensado, por cierto.

Otra de ellas, la defensa de la libertad. Insobornable. Radical. Porque sin libertad no hay vida. Ni en lo público ni en lo privado. Ni en lo social ni en la pareja. Sin libertad no hay sueños. Sin libertad no hay aire. Vivir con las manos atadas, un drama.

Mario. Don Mario. Se lo digo a menudo a mis muchos, cercanos y sentidos amigos de la izquierda democrática. Acabaréis aquí, en el liberalismo, con nosotros. Como tantos otros antes. No puede ser de otra manera. La gente con dos dedos de frente no puede vivir toda la vida en el error. Ya incluso un año me parece demasiado tiempo.

PD: partido en la cumbre hoy y yo con el corazón partío…

PS: al final ha sido más jodida la segunda noche sin muela que la primera. Lo que son las cosas.

11.12.10

Miguel

Murió Miguelín. El primo Miguelín. Tengo pocos recuerdos de él, la verdad. Yo era pequeño entonces. Estábamos en la Playa de los Enanos. Lo recuerdo sonriendo. Ganó algo a la tragaperras, no recuerdo cuánto, y nos invitó a todos los niños a un helado. Éramos los hijos de sus primos. Él era hijo de tío Miguel. Le fue mal la vida. Tuvo una ferre en la Puebla, donde ahora se pueden comprar las cosas de aquí. Le fue mal. Me niego a juzgarlo; no es nada fácil vivir una vida y nunca tendremos información suficiente sobre ninguna vida, ni siquiera sobre la nuestra, para diferenciar con claridad el éxito del fracaso. Lo dice, sabio, el evangelio: no juzguéis, y no seréis juzgados. Y es que hay gente que, como lo vió Vallejo, no sabe vivir "al servicio menor de cada triunfo".
Hay, en fin, un cierto aire de maldición en muchos de los descendientes varones del Perdíu.Supongo que, en aquella España, no ser enterrado en sagrado podía marcar también a los hijos.
A mí no me caerá. No. No hay maldiciones, ni destinos escritos. Ni siquiera errores que no tengan redención posible. Cada uno es dueño de su vida. y la mía no se consumirá en la melancolía.
No.


PS: Un año ya del esbozo de aquella cierta teoría de la amistad. La primera visita a esta bitácora, en un autobús que iba a la Zamora. "Cuántas cosas aún por hacer / y ya se acaba todo", hubiera escrito Claudio Rodríguez.

PD: Algo molesto aún co la muela. Finde a base de sopas y purés.

10.12.10

Los controladores

Los controladores. La lógica del chantaje sabiendo que, además, no pasará nada. Así se ha construido el espacio público en nuestro país. Ellos a lo suyo. Como no hay ley de huelga, porque nadie se ha atrevido a hacerla, cualquiera sabe que puede hacer lo que quiera y que nunca pasa nada.

Algunas reflexiones: ¿Qué sentido tiene sindicarse en un Estado de derecho? Creo que ninguno. La mejor defensa para un trabajador es el respeto a la ley o, en su defecto, los juzgados de lo social. ¿Y qué sentido en un organismo público? Se me escapa.

Más reflexiones. El gobierno del talante. Ni un acuerdo de Estado con la oposición en seis años. El primer gobierno que, en democracia, militariza un servicio. Este es el gobierno del talante. Esta es la peor izquierda de Europa. Ojalá hubiera aquí una izquierda moderna, culta e ilustrada. Es pedir demasiado.

Más cosas. Hubo una huelga. Igual de salvaje. Igual de injusta. En el metro de Madrid. Antes del verano. La portavoz del gobierno de la dizque nación defecó sobre la presidenta de Madrid: “Hay que saber gestionar los conflictos”.

Nuestra izquierda, siempre por encima del bien y del mal.

Nuestra izquierda, lecciones de ética, y de eficacia, por fascículos.

PD: No sé quien es Lady Gaga, aunque me cruzo con ella en el periódico cada semana. Debo ser un tío un poco raro.

PS: En Valladolid. Y esta tarde sin muela del jucio. Veremos.

9.12.10

Elogio del libro con un relato de Borges al fondo...

Borges. El tiempo. La magia. Quizá el más enigmático de los escritores del XX. Quizá el único que supo ir más allá de lo que vemos. La semana pasada empezamos a escribir un relato a medias. Es verdad que él lleva casi veinticinco años muerto, pero cuando uno ha escrito El Inmortal, eso son detalles menores. Un relato que quizá empiece: “Muchos años antes de perder la vista, Miguel de Barrio se acostumbró a apoyarse en las manos hermosas de una joven silenciosa. Todo empezó años atrás, en 1810, una tarde de diciembre…”

Quizá empiece de otra manera. No lo sé. Pero es emocionante. El libro elegido ha sido, azares del destino, las Almas Grises, de Claudel. En un lado de la trama está Miguel de Barrio, viejo ya, achacoso, leyendo a la postrera luz de la tarde en el su pueblo, a la luz de un candil. Hace frío y ha estado nevando toda la mañana. Al otro, está la que pudo haber sido bisnieta del tío Pedro, que descubre su pueblo muchos años después de haber nacido.

Ya les contaré qué tal acaba este relato, pero les aseguro que es Borges al ciento por ciento.


PS: Mario Vargas Llosa principió su discurso de aceptación del Nobel con las siguientes palabras: "Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio y permitiéndome viajar con el capitán Nemo veinte mil leguas de viaje submarino, luchar junto a d’Artagnan, Athos, Portos y Aramís contra las intrigas que amenazan a la Reina en los tiempos del sinuoso Richelieu, o arrastrarme por las entrañas de París, convertido en Jean Valjean, con el cuerpo inerte de Marius a cuestas".

8.12.10

En la matanza

Estuvimos de Matanza. Un pueblo pequeño. Condenado quizá a desaparecer. Sobre todo si la socialdemocracia castellanoleonesa llega al poder y nos obliga a todos a realojarnos en pueblos más grandes como si esto fuera la España de Franco o la Corea de Kim. Como si yo no pudiera vivir donde me diera la gana. Como si un burócrata supiera mejor yo dónde voy a luchar por ser más feliz. Hacer las cosas sin subvenciones. Sin dinero público. A escote. Cada uno deja algo y todos ponemos dinero. Mataron al bicho. Nevaba. Unos vinos en el bar. Almuerzo en Rozas. Un cocido. Llegar. Tarde, pero llegar. Casi noventa personas. Desbordados. Los niños jugando. A la tarde, al fuego del hogar. Entrábamos en casa y oía por todos los rincones a Claudio Rodríguez: "Aún no pongáis las manos junto al fuego. / Refresca ya, y las mías / están solas; que se me queden frías". Unas máquinas. Un cuarto secreto. Jugar. El hombre es un animal que juega y luego se hace mayor, me dijo un día un cura, allá en el Peñafiel de mi memoria. No hubo cena de setas. La nieve. Las montañas más frías de toda Castilla, decían los jesuitas cuando se referían a la Sanabria en el siglo XVII, en plena guerra contra los traidores del bando portugués.

Luego, al día siguiente, nos comimos el bicho. En sentido literal. Llovía. A mares. Como llueve en Castilla. El cielo del invierno. La casa de Joxe. Abrazos. Fotos. Niños. Cuando se nos hizo de noche, unas castañas. En la bodega. Sal a por unas berzas anda hijo, para tapar el caldeiro. Veinte centímetros de nieve, me sentía un heroico expedicionario del ejército al mando del Marqués de la Romana, luchando por encontrar unas berzas en el cortineiro. De nuevo Claudio: "Estas castañas, de ocre amarillento, / seguras, entreabiertas, dándome libertad / junto al temblor en sombra de su cáscara". Un café, en libertad. Esos ojos, me pongo a jugar porque así no pienso. Juanjosé, toda una revelación: cuando estés cerca de Madrid te llenamos el Parador un sábado, ya lo verás. Los niños, inagotables. Las castañas crepitando en el caldeiro. Más fuego en la lumbre. Se ha hecho tarde. Nos recogemos.

(Otra) jornada inolvidable en el improbable reino de la casualidad.


PS: Claudio Rodríguez escribió en Alianza y Condena: “A veces, sin embargo, en estas tierras / floreció la amistad. Y muchas veces / hasta el amor. Doy gracias"

7.12.10

Todos llevamos una ciudad dentro

Pasear por Zamora. Una ciudad junto al Duero. Estos burgos en los que demora su partida el invierno. El río. Los tres árboles. La ciudad medieval. El rosetón de Santiago del Burgo. Santa Clara para arriba. Santa Clara para abajo. Un café al lado del Consultivo. Cenar en Los Caprichos de Meneses, mejor cenamos solos, deja, yo te invito. Almorzar en el Rey Don Sancho. Una copa en El Ópera. Creo que es su guardaespaldas. El sayagués. Aquel Iphone durante unos minutos. Aquella ponencia. Luego en Toro. Nuestra bodega. Nuestros vinos. Probar la nueva cosecha del uno. Vino y música: la cultura en su máxima expresión. Unos vinos por la noche, de nuevo en la capital.

Y mañana volver a Madrid, despacio, saboreando el viaje. No siempre los viajes tienen lugar cuando pensamos. Uno a veces viaja por una ciudad y se sumerge, sin darse cuenta, en un viaje por la memoria que esa ciudad le ha dejado.

Lo escribió, ¿quién si no? Claudio Rodríguez: Todos llevamos una ciudad dentro, / ciudad que nos alienta y nos acusa. / La ciudad del alma. / Calles, sonidos de campanas y de pasos, / y la luz, / sobre todo el aire, / el temple del Duero, / las piedras que nos fecundan.

6.12.10

Dos cierres, una mala noticia

Son dos malas noticias. Una me jode especialmente. Hace mucho que me fascina la obra de Chillida. Su juego de curvas. Sus óxidos, siempre tristes. Su perspectiva. El hierro del que venimos. El hormigón, al que viajamos. Quise ir a Chillida Leku, quizá porque, como Pedro Páramo, sabía que ahí también vivía mi padre. Lo intenté dos veces. La compañía no era la más adecuada para ir de museos. Hay gente que engaña en la apariencia: tras una leve pátina de cultura sólo hay esnobismo. Por eso, a estas alturas, me pierde quien quiere aprender, no quien cree saberlo todo. No lo logré. Quise volver el año pasado y la agenda se me complicó. Ahora me lo cierran. Estando donde estaba, en la carlista Hernani, lo que me extraña que haya durado tanto tiempo abierto. Ahora parece que cerrará sus puertas en enero. Espero que sea por poco tiempo. Y espero poder ir, en buena compañía, alguna vez.

Mi amigo Jesús comprobará aliviado que hay sitios donde la obra de un gran artista en peor tratada que en la Ciudad Imperial.

Cierra, también y por cierto, el José Guerrero de Granada. La pintura abstracta. El siglo XX a través de los ojos de un hombre que supo mirar. Que supo entender que lo importante eran las preguntas, no las respuestas.
Malas noticias para todos. Somos cada vez más pobres. Espero que la obra de Baltasar Lobo aguante en la mi ciudad de Zamora.
Lunes. De Mercado, claro.

PS: "Pero la pintura es un placer privado, aunque se disfrute en un museo. Está uno solo, delante del cuadro, y el mundo alrededor no cuenta. La pintura exige un grado de contemplación que a veces es un problema para las personas activas".
Muñoz Molina, A: La noche de los tiempos. Círculo de lectores, Barcelona, 2010. Pág. 126