23.7.09

Gozos vespertinos

Les escribo desde el tren, de vuelta de Pucela. Y como es julio y estoy aún soñoliento, en vez de escribir yo, voy a compartir con ustedes uno de los textos más interesantes para comprender lo que pasó en el País Vasco al final del franquismo. Les pongo sólo un par de párrafos, pero léanlo entero. El autor, José Irazu, es más conocido por el pseudónimo literario que utiliza: Bernardo Atxaga.

"Sin embargo, por muy emotiva que nos resultara, por muy enamorados que estuviéramos de ella, la idea era en gran parte falsa. El país oculto que vislumbrábamos en tal o cual manifestación, y que tan de una pieza nos parecía, era más bien un país idealizado, de fantasía; un territorio que debía muchísimo a la imaginación y a la necesidad de creer en algo. Por una parte, la palabra Euzkadi sólo rimaba bien con las ideas de los vascos que habían luchado como gudaris en la guerra o habían estado a favor de su causa, es decir, con la ideología del Partido Nacionalista Vasco, y nada tenía que ver, en cambio, con los vascos de ideología falangista o requeté, también numerosos, o con los que durante la guerra combatieron en las filas socialistas o izquierdistas; por otra parte, la guerra la habían perdido todos los ciudadanos que lucharon por la República, y no sólo los vascos que defendieron Bilbao o fueron bombardeados en Guernica. En resumidas cuentas, Euzkadi no era un territorio ni una gente -como sí lo era el País Vasco, Euskal Herria-, sino el nombre que una determinada opción política, la más vasquista, daba a su utopía".

[…]

"Veíamos lo que necesitabamos ver, y no teníamos dudas. De haberlas tenido, de haber hecho preguntas y averiguaciones, enseguida nos habríamos enterado de que el autor de la música de aquel "Cara al sol" que nos hacían cantar en la escuela no era de Toledo, Murcia o Zaragoza, sino del cercano pueblo de Zegama, y que su nombre era, no González o Molina, sino Tellería. O, para mayor evidencia, alguien nos habría hablado del pintor Cabanas Erausquin, nacido en nuestro mismo pueblo, Asteasu, y podría habernos contado la verdad, es decir, que nuestro paisano había sido el pintor oficial del Régimen de Franco, y que los símbolos franquistas más conocidos, el escudo de España o el yugo y las flechas, habían salido de su mano. Pero, como digo, no hubo dudas ni averiguaciones, y nuestra idea -nuestro sentimiento-, de lo que era Euzkadi se mantuvo incólume. En realidad, dadas las circunstancias -dada nuestra edad, dada aquella primera impresión perfectamente guardada por nuestro Músculo Arcaico, dada la situación política de los años sesenta -, no había otra posibilidad".

PD: Mario Benedetti lo escribió una vez, y Juaristi nos lo recordó, para que no lo olvidáramos nunca y nos atáramos con estos versos al mástil cuando las sirenas de la melancolía nos acecharan: Te preguntas, viajero, por qué hemos muerto jóvenes / y por qué hemos matado tan estúpidamente. / Nuestros padres mintieron: eso es todo.

3 comentarios:

Ruy dijo...

Gracias .No sé si tropiezas con ellos, o sabes buscarlos, todos los textos son estupendos y tus comentarios, sin coba, para mí acertados. No pares.

Anónimo dijo...

El caso es insultar, señor. S eencuentra ustede con un texto excelente de un excelente escritor vasco y lo que se lke ocurre es decir esda paridas, poor dios. Tiene usted algún minuto para entender a los demás?

Anónimo que sabe leer dijo...

¿Dónde has leído los insultos?