30.4.08

Miserias contra el capital

No hay todavía, quizá nunca lo hubo, capitalismo como tal en España. Pasa un poco como con el liberalismo. Neoliberal, le dicen a las políticas públicas. Ojalá. Sistema capitalista. Quien lo tuviera. Y va uno viendo ejemplos a poco que abra el periódico.
Tenemos la cultura que tenemos. Y venimos de donde venimos. De cuarenta años de dictadura nacional-católico-pacata. El dinero está mal visto. Entre amigos no se habla de cuartos. Es de mala educación preguntarle a un amigo, por cercano que sea, cuánto gana. Hidalgüelos con ipod.
Por eso ocurren cosas como las que ocurren. Que aquí se puede acusar a un político no por lo que haga o diga, sino porque tiene pasta, como pasó aquí con Pizarro. Este es el nivel.
Como el poco capitalismo que hay está ligado a antiguos monopolios estatales,
los saltos no se dan en función del mérito.
En fin, que cuando llegan las crisis, los iletrados que nos gobiernan piensan que ha habido demasiadas políticas liberales (¿?) y que es la hora de las
soluciones socialdemócratas. Ya saben lo que decía el sabio. Cuando oigan a alguien hablar de soluciones socialdemócratas, échense la mano a la cartera.
Y el paro, claro, se combate con dinero público. Porque
hay paro porque hemos sido muy neoliberales. Hay que ver.
En la pugna por el discurso, hace años que la izquierda ganó por goleada a la derecha. Las únicas políticas que funcionan son las liberales, pero la izquierda ha conseguido que parezcan diabólicas.
Pues no señor. Contra los monopolios, libertad. Contra las oligarquías de los partidos, transparencia. Contra el paro, desregulación y flexibilidad.
Contra la ineficiencia socialdemócrata, contra el ogro filantrópico en suma, más individuo.
Pero todo esto nos suena extraño. Nuestra cultura política ha sido, durante gran parte del XX, básicamente antiliberal. Tenían más en común la Falange y los comunistas de lo que parece. Tenían y tienen.

PD: En “La Unión Soviética, en cambio, tiene como perjudicial el ateísmo” [publicaba la revista falangista La Hora a finales del los cuarenta], pero hay un respeto no exento de admiración hacia la “mística del comunismo” que tan bien supo instrumentalizar el estalinismo. Sin estos apuntes no se entendería […] la reproducción de textos del principal embajador estalinista por el mundo, Ilya Eheremburg sobre “los racistas norteamericanos” o una reproducción impecable, extraída de la revista soviética “Tiempos nuevos”, bajo el hoy conmovedor título de “La filosofía soviética de la ciencia. El idealismo trascendente y la biología clásica, miserias de la civilización burguesa”.
Citado por Morán, Gregorio:
El maestro en el erial. Ortega y Gasset y la cultura del franquismo. Tusquets, Barcelona, 1998. Página 312.
PS: esta tarde, en Senabria

29.4.08

Como del odio de dios

Hay actos que son, simplemente, monstruosos. Ante ellos, cualquier asunto sobre el que discutir: la identidad, la historia, le propiedad… se convierte en una bagatela sin ninguna importancia.
Si todo lo que está contando la prensa es verdad, no encuentro palabras, la verdad, para definir lo que me produce la noticia. No sólo es asco, o repugnancia. Que también. Es, sobre todo, incredulidad; parece imposible que un ser humano pueda hacer eso.
César Vallejo tenía un nombre para este tipo de cosas. Son golpes, como del odio de Dios.
Qué horror.

28.4.08

Libros dolorosos (II)

Hablábamos de Ortega. Morán es duro con él. Se nota que tiene que cuentas que ajustarle. Desvela muchas de sus miserias pero creo que, en un juicio, no conseguiría convencer al jurado. Es cierto que Ortega era superficial en ocasiones. Mujeriego. Pedante. Cobarde. Es cierto. Con temor físico incluso. Pero no fue un colaboracionista de un régimen, el franquista, al que consideraba el reino de la mediocridad. Es cierto que azules y blancos trataron de captarlo, pero Ortega sólo fue fiel a sí mismo. Lo que le valió el ostracismo en la España de Franco. Algunas anécdotas son metáforas de la época; la prensa no informa de sus actividades, el Instituto de Humanidades es un fracaso. Vivió en España durante diez años, en plena dictadura, es cierto, como lo hicieron casi treinta millones de españoles en aquel momento, por cierto.

Lo más interesante del libro es esa mirada, es cierto que mordaz, que se da a la pugna política entre las Españas del momento; la falangista, la católica y la exiliada. Y el papel que Ortega juega para todos ellos. Los falangistas lo reclamaban, los católicos lo detestaban, (siempre lo hicieron), y los exiliados lo atacaban. Las pugnas entre tovares y sereres, cuyos antecedentes ya contaba Umbral en la Leyenda del César visionario. Y en el Estado, un régimen para quien Ortega era, sencillamente, incomprensible. Miseria de país.

Un libro duro, ya lo dije. Pero interesante. Un libro que cae sobre nuestras ideas acerca Ortega y las somete a tratamiento de choque. Pero estas cosas hay que leerlas. Si sólo leyéramos aquello con lo que estamos de acuerdo nos convertiríamos en alguno de esos progres que pone el gesto irónico cuando se habla de Fukuyama y se menciona El fin de la historia y el último hombre sin haberlo leído siquiera. O el grito en el cielo cuando se habla de Pío Moa. Sin haber leído ningún libro suyo, por supuesto.

PS: “Cuatro días antes [de morir Ortega, el gobierno] había hecho llegar a las direcciones de los periódicos españoles la siguiente nota: “Ante la posible contingencia del fallecimiento de don José Ortega y Gasset, este diario dará la noticia con una titulación máxima de dos columnas y la inclusión, si se quiere, de un solo artículo encomiástico, sin olvidar en él los errores políticos y religiosos del mismo y, en cualquier caso, se eliminará siempre la denominación de “maestro”. Citado por Morán, Gregorio:
El maestro en el erial. Ortega y Gasset y la cultura del franquismo. Tusquets, Barcelona, 1998. Página 515

27.4.08

Libros dolorosos (I)

Hay libros dolorosos. Que hay que leer, precisamente, porque nos tocan alguna fibra cercana. Acabo de terminar uno de ellos: El maestro en el erial. Me ha llevado tiempo, es verdad, pero había que leerlo entero. Habla de Ortega.

Y para El Perdíu, hablar de Ortega, es hablar de muchas cosas a la vez. Es, en primer lugar, hablar de Dalmacio Negro y aquella asignatura de Teorías y Formas Políticas, ¿recuerdas Hornuez?. De aquellas fotocopias de las Obras Completas, del origen deportivo del Estado, de la misión de la universidad, de las ideas y de las creencias. De la rebelión de las masas, también. De Alonso de Contreras, de Mirabeau. De la España invertebrada, discutiendo su tesis central con Elorza. Hablar en torno a Galileo y de la teoría de las generaciones en la historia.
Hay que ponerse en perspectiva. Uno llegaba a la universidad sin tener idea de casi nada. Y de repente, llega Ortega. La claridad es la cortesía del filósofo, y vaya si Ortega era cortés. Cada lectura era una sorpresa, aún lo recuerdo. Nuevas formas de ver la realidad, nuevas maneras de pensar. Llegar a sitios y conclusiones en las que jamás uno había pensado. Y allí estaba siempre, de la mano, Ortega.


Había, es cierto, un extraño silencio en
la Facultad de Ciencias Políticas respecto a él, pero acostumbré pronto a no darle importancia. En la facultad de políticas de la Complutense, que no hablen de determinados autores es para ellos más un timbre de gloria que un demérito.

Luego fui creciendo, porque todos los hacemos, y aunque en algunas cosas me fui alejando de Ortega, su recuerdo, y su base, siguen ahí. Sus lecturas, como tantas otras, me hicieron como soy, pero es verdad que fue él quien me llevó primero a la filosofía, y la política de la historia.

Con este
exordio, entenderán que El maestro en el erial, del asturiano Gregorio Morán, supuso un reto para mí. Una vez, en segundo o tercero de carrera, hablé con algún catedrático acerca de Ortega “volvió a España en pleno franquismo y no se posicionó claramente contra el régimen; eso le ha condenado al olvido”, me contó. Yo no tenía ni idea. De este tema trata precisamente el libro, de los años que transcurren, los diez últimos de su vida, entre la vuelta de Ortega a España en 1945, hasta su muerte acaecida en 1955.
Mañana les sigo contando.

PS: Martín Santos dijo una vez “Ortega es el padre de casi todos los españoles que piensan, incluidos muchos de los que le combaten”. Citado por Morán, Gregorio:
El maestro en el erial. Ortega y Gasset y la cultura del franquismo. Tusquets, Barcelona, 1998. Página 309.

26.4.08

Comentarios de un sábado a la tarde

El mejor partido en mucho tiempo. He acabado cada hoyo con una media de bogey. Incluso he hecho dos par, y casi un birdie. Fantástico.
Algunas páginas interesantes, detectadas durante la semana.
Liceus, un portal sobre humanidades.
El
agregador de blogs ligados a Ciudadanos.
La bitácora de
Jordi Roca.
Un
toque liberal.
Qué
está pasando en Serbia.
Por cierto, muy buena pinta
la exposición comisariada por Pérez Reverte en el Canal. Habrá que ir a verla. Buen sábado

25.4.08

Mondragón

Ahora el crujir de dientes. Ahora las poses indignadas. Ahora los comentarios insidiosos. Ahora.
Hace apenas un año era otra cosa. Hace un año
el Estado estudió la lista que aeneuve presentaba al ayuntamiento mondragonés, y la encontró simpática. Supongo que formaba parte del quid pro quo de la negociación. “Venga, tú haces como que te presentas y yo hago como que te lo prohíbo, y como muestra de buena voluntad, te dejo pasar algunas”. El gobierno no hizo su trabajo, y así se lo recordó el poder judicial
Así que si los etarras de aeneuve están en el consistorio que gobierna el pueblo que vio nacer, entre otros, al lealísimo servidor de Su Majestad Católica
Esteban de Garibay, no es sólo por la masa totalitaria y repugnante que los ha votado. También, porque el gobierno socialista les permitió presentarse. Y eso por no hablar del papelón de lo que queda de Izquierda Unida en el País Vasco.
Así que menos chorradas de
mociones éticas y zarandajas por el estilo.
Porque de aquellos polvos, vienen estos lodos.

PD:
Reflexiones valientes desde Pasajes.
PS: Lúcido Elorza, como tantas otras veces.

24.4.08

Del velo de la ignorancia en el caciquismo

Hay caciquismo en España. Sigue siendo un país en el que, si uno tiene padrino, es más fácil bautizarse. Pongámonos un velo e imaginemos. Un pueblecito de Zamora, por ejemplo. Supongamos que tiene unos cinco mil habitantes. Imaginemos al alcalde del pueblo en los años ochenta. Tiene una hija. Desde jóvena, la hija milita en el partido del padre. Resulta que la Diputación y la Junta pertenecen al mismo partido. La hija va creciendo. Como papá es alcalde y está bien relacionado, empieza a hacer contactos. Imaginemos, además, que de este pequeño pueblo zamorano es un importante personaje del partido a nivel regional. Imaginemos, además, que el presidente del gobierno autonómico conoce a papá. La niña acaba una licenciatura en la misma universidad de Zamora, claro, no hay que irse lejos, a ver si alguien te va a levantar el pastel. Cuando acaba, consigue unas prácticas en la Caja España, la Caja de Ahorros de la provincia. No tiene nada que ver, obviamente, que la Caja esté en manos de políticos afines al partido, convertido ya en la vida de nuestra imaginaria protagonista, en El Partido. Para irte fogueando ya diriges las juventudes del partido en la localidad. Después de las prácticas, te vas a otras prácticas en otra Caja amiga, en este caso Caja Duero. Y luego el salto. Con veintiséis años, la Junta te nombra delegada de cultura en Zamora. Algún día, lector, reflexionaremos sobre las canonjías que suponen los cargos de delegado provincial de las Comunidades Autónomas. Con 29, Director de una Agencia autonómica, menudo carrerón, ¿eh?. Es que hay que ver como son estos del pepé. Total, que cuando nuestra jóvena llega a las treinta y uno, el presidente autonómico la pone de diputada autonómica en Valladolid, para que siga fogueándose. Pero el no va más llega cuando El Partido gana en Madrid y el presidente del gobierno, amigo de sus amigos, la nombra para ministra. Vaya tela, así funciona la derecha: caciquismo e hijos de papá. Si tienes la suerte de que papá esté bien conectado con el poder clientelar, es posible que llegues a algo en la vida. Mientras tanto, los hijos de los pobres, de los obreros, de los que quedan fuera de las redes informales de poder, condenados a sobrevivir con mil euros al mes.
La historia es una foto del funcionamiento del
caciquismo español en el siglo XXI. Pero ahora quitémonos el velo y ¡alehop! veamos la realidad.
No sólo en Zamora, o en la Castilla profunda, hay caciques. Que los hay. Hay otro caciquismo, más peligroso, porque ha llegado a serlo a base de denunciar, precisamente, la existencia de los caciques.
La jugada perfecta. No sólo vivo como un cacique sino que, además, moralmente, estoy muy por encima de los caciques porque yo no soy como ellos.
Ganar siempre.
La eterna ilusión de la socialdemocracia.

23.4.08

Enlazando sanjorges

Ayer hubo acto público. Hacía mucho que no oía en directo a la presidenta de la Comunidad de Madrid. La excusa: un análisis de los resultados electorales en la Comunidad de Madrid, en el que participaron todos los partidos. Me aburre, no lo puedo evitar, todo este rollo de fulanismos e hipocresías que esconden las alabanzas a la democracia interna en los partidos. Ya lo explicó Michels hace años, hablando de la Ley de hierro de la Oligarquía, así que no lo voy a repetir aquí ahora.
Esta mañana, al despertar, San Jorge se había vestido de Sant Jordi y me había dejado un libro en la mesa del desayuno.
La izquierda burguesa y la tragedia de la II República, de Juan Avilés, reeditado por la Comunidad de Madrid. Muy buena pinta, a ver cuando puedo hincarle el diente.
Al rato me llama Jose, primo y sin embargo amigo. Tiene coto en
Galende y se va para allá a pescar, porque en Castilla y León hoy es fiesta. Se me van enlazando los San Jorges.
Y Aragón, también fiesta. Un atento y desocupado lector me llama la atención sobre la
Disposición Adicional Tercera del Estatuto de autonomía de Aragón. Es un bodrio, una basura difícilmente compatible con un Estado de Derecho. Pero ahí la han votado todos, los del pesoe, los del pepé y los que pasaban por ahí.
¿Qué significa exactamente que el pueblo aragonés no renuncia?, ¿es una amenaza velada al resto de españoles? ¿Acaso qué algún día van a pedir la vuelta al compromiso de Caspe? ¿Qué van a permitir que sus nobles no paguen impuestos? ¿Qué es eso, en un Estado moderno, de hablar de derechos en virtud de la historia? Los derechos en virtud de la historia se llaman privilegios y están en contra de la lógica de la modernidad. Y en España, además, se abolieron en Cádiz hace casi dos siglos. Una nación de ciudadanos libres. Sin más privilegios que los que del esfuerzo individual de sus ciudadanos, con independencia de la tribu de nacimiento.
Me remito a otro
texto clásico, ya citado alguna vez por aquí:
"Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad […]"
Es curioso, cualquiera que comparara los dos textos pensaría que el aragonés es de finales del XVIII y que el norteamericano es de 2008. Y es justo al revés. Quizá Fraga tenía razón. España es diferente.

PD: Posteriores modificaciones legales [al Compromiso de 1867] referidas a Croacia-Eslavonia y Transilvania tampoco fueron aceptadas por los políticos húngaros, pues consideraban que rebajan el territorio a una simple provincia del imperio. Sosa Wagner Francisco y Sosa Mayor, Igor: El Estado fragmentado. Modelo austro-húngaro y brote de naciones en España. Editorial Trotta, Madrid, 2007. Página 83.

22.4.08

Políticos sin motivo

Llevo varios días queriendo escribir sobre el tema pero, como decía César Vallejo, “quiero escribir, pero me sale espuma / quiero decir muchísimo y me atollo”. No sé, no entiendo, no comprendo, como en Cataluña y en Aragón la gente no está en la calle, exigiendo la dimisión de sus gobiernos autonómicos. Hicieron de la demagogia en forma de agua su bandera. Pensaron, que para algo son progresistas, que donde estuviera la nueva cultura del agua, que se quitaran las obras. Además, está el papelón de los estatutos. Esta bobada de que una región quiera controlar un río, incluso más allá de sus límites territoriales, tal y como señala el artículo 19.3 del estatuto aragonés, aprobado por cierto con los votos del pepé.
Pero la realidad los ha puesto en su sitio. Hasta ahí, de acuerdo. No son el primer gobierno de papel que miente para hacerse con el poder, ni el primer gobierno que hace oposición irresponsable con temas serios. Lo que no me cuadra es la reacción de esa masa inerte que, treinta años después de muerto el dictador debería ser una sociedad de ciudadanos. Ni una voz. Ni un grito. Ni una demanda.
Y ahí van los motivos. Porque ahora sí hay motivo.
Un presidente que dijo que dimitiría si pasara exactamente lo que ha pasado. Y ahí sigue. Con un par. Cuando el Estado pague la factura de la tubería que llevará el agua trasvasada a Barcelona, que alguien recuerde aquella manifa en Bruselas, el 9 de setiembre de 2001, con el lema “Ni un euro para el PHN” y en la que estaban, entre otros Belloch y la tropa de Izquierda Unida. Otro motivo fue la manifa de marzo de 2002. En Barcelona. Joan Saura decía ese día a la prensa, mientras la manifa salía de la Plaza de Cataluña: “el PP y CiU deben tomar nota de la manifestación porque será una de las más importantes que ha vivido Cataluña”.
Aquel
compromiso por escrito en 2003 en el que Montilla, Carod y Saura pedían “la retirada del proyecto de conexión entre las redes de Tarragona y la del Ter-Llobregat” porque “Cataluña no precisa de más concesiones de agua de otras cuencas”. Exactamente la misma conexión que se ha aprobado ahora.
Ahí más motivos. Pero son pesados de enumerar. Con estos es suficiente, desocupado lector. También había motivos para esperar una respuesta, aunque fuera únicamente
un encadenado.
Las conclusiones son dos. Zapatero se lo dijo una vez a Sonsoles: “no sabes la de gente que podría ser presidente del gobierno”. Es cierto. En este país, al menos desde 2004, el gobierno es un buen reflejo de la sociedad que lo vota. No hay más.
La otra conclusión es una confesión. De hastío. Da pereza, y mucha, tener que escribir sobre estas evidencias.

PD: […] ambigüedad ideológica en la que se moverían los institucionalistas y siempre el regeneracionismo, un movimiento que acabó contribuyendo decisivamente a la destrucción del régimen parlamentario y liberal en España.
Marco, José María:
Francisco Giner de los Ríos: pedagogía y poder. Península, Barcelona, 2002. Página 324.

21.4.08

Decretos y normas

A veces se nos acusa a los liberales de ser gentes sin dios ni derecho. Nada más lejos de la realidad. El derecho, la sujeción de los poderes a la ley y el respeto a los derechos inalienables son todo uno con lo que modestamente entiendo por liberalismo. Otra cosa es la infantil ilusión legislativa que seduce a la izquierda desde que apareció en la escena política: pensar que los problemas sociales se resuelven vía boe y que poniéndole nombre a un ministerio se acaban los problemas.
Hoy quería compartir esta reflexión con usted, desocupado lector, al hilo de un magnífico Decreto, el LXXXII de 6 de agosto de 1811, de las Cortes Generales y Extraordinarias reunidas en la ciudad de Cádiz. Es un texto hermoso. Porque la libertad, Sancho, es el mayor don que a los hombres dieron los cielos. “Desde ahora, quedan incorporados a la Nación todos los señoríos jurisdiccionales de cualquiera clase y condición que sean”. En pocas palabras y sin excepciones, sin necesidad de sesenta órdenes ministeriales ni circulares a cargo del subdirector general. El Decreto continúa: “Quedan abolidos los dictados de vasallo y vasallaje”. “Quedan abolidos los privilegios llamados exclusivos, privativos y prohibitivos”.
El Decreto acaba con otra hermosa aclaración: “En adelante, nadie podrá llamarse señor de vasallos, exercer jurisdicción, nombrar jueces, ni usar de los privilegios y derechos comprehendidos en este Decreto […]”
No me digan que no es fantástico. Fue a través de pasos como este que la Monarquía Hispánica atravesó el rubicón de la modernidad.
Otra cosa es lo que queda de aquello tras leer, entre otras, la
Disposición Adicional primera de la Constitución o el bodrio este que no votaron ni la mitad de los catalanes.
Una curiosidad, para los que, desde la periferia, piensen que lo de la nación entre libres e iguales es obra de la bota militar de Castilla. El Decreto lo firma, como diputado secretario,
Ramón Utgés, diputado por Cataluña. Como presidente, lo rubrica Juan José Güereña, diputado por Durango, capital del Reino de la Nueva Vizcaya (actual Méjico).

PS: José II se convertiría en un símbolo para el nacionalismo alemán en el Imperio austro-húngaro de finales del XIX, cuando se quiso ver en él un emperador afanado en germanizar sus dominios. Realmente nada más lejos de la realidad: las claves del universo político de José II estaban en las antípodas del pensamiento nacionalista […] pues sus medidas germanizadoras de la administración únicamente pretendían asegurar el funcionamiento fluido de unas instituciones que ya de por sí eternizan el despacho de los asuntos.
Sosa Wagner Francisco y Sosa Mayor, Igor:
El Estado fragmentado. Modelo austro-húngaro y brote de naciones en España. Editorial Trotta, Madrid, 2007. Página 48.

20.4.08

Melancolías

Llueve. Tras los cristales llueve y llueve. Permítanme un poco de melancolía. Una librería está en proceso de liquidación. Se llamaba Fronda y durante los últimos años, desocupado lector, me descubrió libros como el de aquel maestro flamenco que se comió la revolución rusa con patatas, el de aquel niño que descubrió que los tuyos nunca serán los tuyos por mucho que se empeñen, aquella joven de buena familia que nos descubrió que, bajo las bombas, hay tiempo también para preocuparse por el peinado o, más recientemente, que Bizancio fue algo más que una teocracia.
Es difícil hacer dinero con la literatura, pero es verdad que las únicas batallas que de verdad se pierden son las que no se dan. Gracias por estos años y suerte en la vida a mis amigas de Fronda.
En fin, otra nostalgia, hoy acababa un curso por el que nadie, yo el primero, daba un duro al empezar. Y no sólo ha acabado bien, sino que casi todos los alumnos han encontrado trabajo. Las críticas, además, muy positivas. Valió la pena.
Octavio Paz, de quien se cumplen hoy diez años de su muerte, dijo una vez “en mi juventud empecé escribiendo contra el futuro; pasan los años y me sorprendo haciéndolo contra el olvido...”. Sigue lloviendo. Buenas noches.

18.4.08

Aisetasun eta Etxadi

Desocupado lector. Entre las múltiples ventajas que tiene seguir con regularidad esta bitácora está el que uno puede adelantarse a la realidad sin apenas esfuerzo. Bienvenidos a la postmodernidad. Hace más o menos medio año leí un libro y se lo comenté. Iba sobre el efecto de poner un museo posmoderno en una ciudad con problemas de ubicación en la propia modernidad. Y les comentaba, entre otros, dos temas; el complejo discurso de la legitimidad económica del museo y su escandalosa patrimonialización a manos del nacionalismo obligatorio vasco.
A nadie que leyera el post, o mejor aún, que leyera el libro sobre el que versaba le habrá extrañado
la noticia: el director financiero del museo, un tal Cearsolo, había robado casi medio millón de euros desde 1998. La prensa da la noticia con una extraña asepsia, como suele pasar cuando la corrupción ocurre en un lugar en el que dicho mal está institucionalizado. No pasa nada, se devuelve la pasta y a correr, a ver si en la próxima no te pillan.
Pero es que en el País Vasco algunas noticias hay que leerlas dos veces. Un ejemplo. Que el director de Recursos Humanos del museo fuera un tipo joven y sin experiencia no explica en realidad nada. Lo que lo explica es su apellido, Atutxa, y su padre, Juan Mari, ex consejero del gobierno regional y ex presidente del legislativo vasco.
Con el tal Cearsolo nos pasa lo mismo. Cearsolo entró a ocuparse de los dineros de la historia del museo con sólo treinta y dos años. Había sido asesor fiscal, consultor y gerente de una pequeña empresa donostiarra. En realidad un
currículo del montón como para poner en sus manos toda la pasta del museo. La clave hay que buscarla más allá, aunque casi ningún periódico hable hoy del tema. La clave de Cearsolo no es en este caso su apellido, ni siquiera su padre. No. La clave en este caso es su tío José Antonio. Ardanza de apellido y presidente del gobierno vasco cuando la estructura del museo se puso en marcha.
Se ve que para trabajar en el museo que iba a poner a Bilbao en el mapa pesaba más la familia, como si esto fuera todavía la España de la Restauración, que la valía. No sé porqué el gobierno vasco no ha creado aún un Departamento de Bienestar y Familia. Iría que ni pintado.

PD: Hoy
se exhibía en Bilbao Corazones de Hielo.

17.4.08

Un par de cosas

Murió el otro día Diego Catalán Menéndez Pidal. La introducción que hizo al libro Los Españoles en la historia, de su abuelo Ramón es, simplemente, magnífica. La recuerdo aún de cuarto o quinto de carrera, recomendado por Pepe Álvarez Junco en la asignatura de nacionalismo. Uno de los mejores ensayos sobre la identidad española que he leído nunca. Descanse en paz. Su abuelo, unas de las personas más importantes en la recuperación de los estudios sobre las filologías hispánicas. A principios del XX su gente viajó a Sanabria para estudiar los restos del dialecto leonés que languidecían en la tierra sanabresa. Encontraron cosas asombrosas que, por otra parte, todo el mundo sabía allí. En San Ciprián, por ejemplo, la antigua Asurviale, la gente hablaba dialecto leonés a la manera de los asturianos de la Asturias central. “Bajaban los lunes al Mercado y nadie los entendía”, me contaba mi madre cuando se lo referí. Aquella España rural y castellana que abandonaba poco a poco el mundo premoderno para despoblarse con la modernidad. Sigue habiendo mucho desconocimiento sobre el tema. En Sanabria, bastantes iletrados consideran gallego lo que allí se conoció siempre como “pachuecu” y que no es sino la fosilización dialectal del latín en forma leonesa. Fruto por cierto del aislamiento y de la pobreza. De ser una tierra periférica en una región periférica
Descanse en paz, Diego Catalán.

No quería dejar de apuntar que el otro día un atento y desocupado lector me reprochaba no dedicar más espacio a mi tierra sanabresa en esta bitácora. Tiene parte de razón, aunque el fallo es, en mi caso, consciente. Esta bitácora trata de ser una bitácora de reflexión de un sanabrés sobre las cosas que ve y las cosas que pasan. No es una bitácora sobre Sanabria sino de uno de Sanabria. Que no es lo mismo.
Para aquellos lectores interesados, como yo lo estoy, en lo que pasa en nuestra tierra sanabresa, me atrevo a hacerles una recomendación de la que no se arrepentirán si la siguen. Suscríbanse a El Noroeste. Son apenas veinte euros al año y por esa cantidad, uno recibe todos los meses un periódico hecho desde, por y para las tierra de Sanabria y Carballeda. La suscripción es muy sencilla. Un correo electrónico a
prensasanabria@yahoo.es y allí nos informan de todo.

PS: El crítico francés
Émile Faguet escribió de Benjamin Constant que era “un hombre de una maravillosa rectitud de pensamiento y una conducta más que dudosa […] nunca supo lo que quería, pero siempre supo lo que pensaba"

16.4.08

Forget the cigars (dedicado a los que llaman revolución a la dictadura cubana)

Mr. Castro´s supporters point out that he used his power to give Cubans world-class health and educati on services, at least until the Soviet subsides dried up. Those achievements were genuine, but often exaggerated. In 1959 Cuba was already one of the five leading countries in Latin America on a variety of socio-economic indicators. And along with the schools and clinics came the dreary economic failures of central planning, the absecence of political freedom and a police state. Cuba is outranked today in the UN human-development index by democracies such as Argentina, Chile, Uruguay and Costa Rica, while Mexico is not far behind.
So forget the cigars and the posters: Cubans have had a rotten deal from a miserable regime – and they know it.

“Castro´s Legacy”, The Economist, Volum 368, Número 8568. 23-29 de febrero de 2009. Página 13

14.4.08

Bizancio y el olvido

Bizancio, que llegó a ser, en su momento, la ciudad más grande del mundo. La tristeza de Manuel II Paleólogo cuando, a principios del siglo XV, viajó por la Europa cristiana buscando ayuda para Imperio. El auge turco en el oriente próximo. La sabiduría del sultán Murad. La ambición y crueldad de su hijo Mehmed II. La llegada al trono Imperial de Constantino. Las polémicas entre cismáticos orientales y latinos católicos. Constantino vio que la única ayuda llegaría si se unía a Roma, pero su pueblo y el bajo clero rechazaron la unión. La cobardía veneciana. La rivalidad entre Venecia y Génova. La presencia hispánica en la defensa de la ciudad: por un lado la tropa catalanoaragonesa, a mando del almirante Pere Juliá, resistiendo por encima del palacio imperial hasta que fueron apresados o muertos. Por otro, la fascinante figura de D. Francisco de Toledo, aquel noble castellano que, asegurando ser pariente del Emperador, quiso ir a Constantinopla para compartir con él su destino. La muerte de Pere Juliá pocos días después, ejecutado por el sultán. El asedio que inspiró la obra más famosa de Tolkien. Mehmed, emperador sucesor de los romanos. La caída a medias de la ciudad, con el barrio de Fanar rindiéndose ante lo que se le venía encima, de ahí la presencia durante siglos, con posterioridad, de griegos en aquel barrio, los fanariotas.
Las reacciones en Europa, primero de estupor, luego de intranquilidad. La lectura que se dio en Rusia fue diferente; Constantino cayó por querer pactar con Roma. “Pero la verdadera fe pervive en Rusia. Sólo existe una verdadera iglesia en la tierra: la Iglesia de Rusia”, escribía el metropolita de Moscú cinco años después de la caída. Han caído los Imperios Cristianos, escribió un monje ortodoxo al Zar
Basilio III en 1512 “en su lugar se alza sólo el Imperio de nuestro soberanos… han caído dos Romas, pero la Tercera está en pie y no habrá una cuarta. Tu eres el único soberano en el mundo. El señor de todos los fieles cristianos”.
Y luego el olvido. Occidente olvidó Bizancio. Es cierto. Runciman apunta causas: los celos por su pasado esplendor, su condición de cismáticos o el sentimiento de culpa. Por lo que fuera. Pero occidente olvidó aquel mundo y aquella civilización. El último heredero de la dinastía, Andrés Paleólogo, sobrino de Constantino, se refugió en Roma, donde intentó vender sus derechos sobre el trono al rey de Francia, pero
Carlos VIII murió antes de firmar. Desesperado, Andrés miró más hacia el oeste, haciendo herederos de su trono perdido, de su tierra olvidada, a Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Pero esa es otra historia.
Magnífico libro el de Runciman sobre la caída de Bizancio. No dejen de leerlo.

PD: Por la puerta se apretujaban soldados cristianos, tratando de escapar […] Teófilo gritó que más valía morir que vivir y desapareció entre las hordas que llegaban. En este momento, Constantino comprendió que el Imperio estaba perdido y que no deseaba sobrevivir a él. Se quitó las insignias imperiales y, con D. Francisco de Toledo y Juan Dálmata todavía a su lado, siguió a Teófilo. Nunca más se supo de él.
Runciman, Sir Steven:
La caída de Constantinopla 1453. Reino de Redonda, Madrid, 2006. Página 246

13.4.08

Ara, España, lur oberican, ez du Europa

Tarde de domingo. Jimena y yo vamos al cine. Cada uno a ver una película, porque somos así y la libertad, Sancho, no hace más felices a los hombres, los hace, simplemente, hombres. Ella opta por El último gran mago. Yo opto por Todos estamos invitados, la última película de Manuel Gutiérrez Aragón.
La película es certera y estremece. Un profesor vasco, amenazado por ETA, ante la indiferencia culposa de sus compañeros de sociedad gastronómica, de sus colegas de universidad y de sus propios alumnos. Lo mejor para que no te pase nada es que tengas la boca cerrada, le dice la policía en un cursillo de autoprotección. Esa realidad vasca que no sale en la pelota vasca, aquel bodrio del tal medem que ponía al mismo nivel a los terroristas y a las víctimas y que es lo más cercano que hemos tenido en España a la banalización del mal de la que escribió una vez Hannah Arendt. Una concejala a la que la ertzaintza recomienda que mande a la sirvienta a hacer la compra: “es que yo limpio escaleras”. El silencio. El terrible silencio. Las amenazas. El “aquí-no-pasa-nada-vivimos-de-puta-madre”. Como en la España del general Franco. Si no hablas de política no tienes nada que temer. La realidad la aporta Francesca, una italiana con la que el profesor está enrollada. Ella viene de fuera y no entiende porqué no hay que ir a la policía cuando te amenazan. Tienen, además, la llave de tu casa. Por el camino, un etarra que sufre amnesia. Tú eres un gudari o qué hostias eres. Aunque me sobra un poco la historia entre el etarra y la italiana, la película es valiente. Valiente de verdad, ya saben, cuando te pueden pegar un tiro por la espalda. Otros se dedican a ser valientes hablando de cobardes. Qué ironía, por dios.
Bien por el director y bien por el equipo

PS: “Están ustedes muy cómodos, y es triste tener que decirlo, con que ETA siga existiendo. Aunque les peguen a ustedes, aunque les violenten, aunque les asesinen: parece que están mucho más cómodos con la existencia de ETA que sin la existencia de ETA”. Rubalcaba Quintana, José Antonio en “
Diario de Sesiones del Parlamento Vasco, número 53, VIII Legislatura. Página 44, correspondiente al 16 de febrero 2007.

PD: ardo en deseos de leer lo que
Carlos López tiene que contarnos sobre el nuevo ministro de trabajo y emigración.

12.4.08

Gastronomía

Una iniciativa interesante. Los hosteleros de la provincia de Segovia llevan ya dieciséis años celebrando la semana de la cocina segoviana. Varios restaurantes adheridos y un programa interesante. Confiando en que no nos lloviera, nos acercamos hoy a echar el día. Optamos por la propuesta de El fogón sefardí, ubicado en La Casa Mudejar y con un menú prometedor. Llegamos a media mañana. Un pequeño paseo por la ciudad, una visita al Esteban Vicente y llegamos al restaurante. Magnífico entorno: artesonado mudéjar del siglo XV. Degustamos el menú. Croquetas de maíz, pastella, Tajín de lubina y manitas de cordero. Lo más flojo, el vino, tinto Kosher de Navarra. El trato muy bueno. La compañía, amena. En general, buena nota, buen almuerzo. Luego, un café al lado del teatro Juan Bravo, unas compras y para Madrid.
Un sábado tranquilo, en compañía de Jimena y de varios amigos.

11.4.08

La biblioteca de babel

Internet mejora nuestra memoria. Es un hecho. Descubrí el otro día, desocupado lector, la edición digitalizada de la revista Triunfo, un semanario vinculado a la izquierda que toleraba el régimen franquista y que nació en 1962. Una gozada navegar por sus páginas y ver no sólo las noticias que la revista presentaba, cómo han pasado los años, sino ver, también, esos anuncios magníficos, ingenuos y propios de un país que transitaba de la premodernidad a la modernidad en un viaje que gente como mi padre ha visto en primera persona.
El conocimiento puesto a disposición del ciudadano en inacabable. La búsqueda “
biblioteca digital” en google da casi dos millones de entradas. Por “digital library” encontramos casi treinta millones de entradas.
¿A qué está esperando, desocupado lector?

PS: [la nueva autoridad] dio la orden de requisar los libros fascistas en las casas de las personas sospechosas, y la policía democrática la ejecutó con esmero y aplicación, descubriendo que en las casas de las personas sospechosas […] además de libros fascistas había candelabros de plata fascistas y vajillas de porcelana fascistas. Naturalmente, también se incautaron de estos cuerpos del delito.
Márai, Sandor:
¡Tierra, Tierra!. Salamandra, Barcelona, 2006. Página 73

PD: esta noche sabré más detalles de mi presunto viaje a la China. Ya les contaré.

9.4.08

Ni sociedad ni civil

Hablábamos el otro día de sociedad civil. Creo que no existe en España. Lo que hay con ese nombre está en el presupuesto público, y eso ni es sociedad, ni es civil. Ahí están los sindicatos para demostrarlo. Ahí están las oenegés, financiadas por el Estado. Ahí están los partidos, ahítos de donaciones anónimas en un país en el que nadie tiene nunca un duro para nada. Ahí está la prensa, tan digna, tan independiente de los poderes públicos y con esa financiación tan vergonzosa. Ahí están, en fin, todas esas asociaciones que viven gracias al dinero, desocupado lector, que el Estado se considera legitimado para quitarle del bolsillo para repartirlo entre los grupos de presión.
Había una pequeña excepción, porque no hay reglas sin ella. Llevaba años batiéndose el cobre frente a la indiferencia de los poderes públicos. Apelando a la sociedad civil. Ya saben, esa regla tan básica del liberalismo que dice que con diez euros al año no puedo montar ninguna asociación que me defienda de los poderes públicos, pero que si nos juntamos cien, con esa cantidad ya tenemos para el material.
La web del diario digital
Basta Ya no cierra por azar. Como señalan en su despedida, los políticos recurren a la forma que más y mejor conocen para acabar con lo que no se pliega a sus deseos: “el recurso habitual al estrangulamiento económico y mediático para comprar voluntades o eliminar las que no están en venta”.
Los políticos pueden hacerlo, precisamente, porque no hay sociedad civil. No nos quedemos en el ejemplo y vayamos al fondo. El problema no es que cierre basta ya, que para algunos como yo es una lástima y para otros será un alivio.
El problema es la incapacidad de la sociedad civil española, o catalana, o zamorana, de mantener iniciativas ciudadanas en las que el poder político no sólo no intervenga sino que, además, sea permanente objeto de crítica y escrutinio. Es más importante ese concepto que todos los manuales de la estéril educación para la ciudadanía que quiere enseñar a nuestros hijos a que paguen impuestos.
Así que, asumiendo como ciudadano mi parte de culpa y parafraseando al clásico, cuando una página crítica con el gobierno, con cualquier gobierno, cierre y las campanas toquen a muerto, no pregunte, desocupado lector, por quién están doblando. Están doblando, en realidad, por usted.


PS: “Yo no tenía pasaporte, pero en aquellos felices tiempos no existían los obstáculos que conlleva cualquier trámite desde que los franceses, en su intento de ser libres, instauraron la esclavitud entre ellos y entre los demás”.
Constant, Benjamin:
El cuaderno rojo. Periférica, Cáceres, 2008, Página 75

PS: Esta entrada hace la 901 de la bitácora.

8.4.08

Nos batiremos, claro que nos batiremos

No sé si he contado ya aquí que la muerte de Gregorio Ordóñez marcó un antes y un después en mi forma de ver la política. Recuerdo el día que lo mataron. Recuerdo que estaba en la carrera y que estaba preparando los exámenes de febrero. Recuerdo el horror de sentir la muerte de un representante político como un heraldo que los asesinos envían a sus votantes: le matamos a él porque, de momento, no podemos mataros a todos vosotros. Y lo de Ordóñez era insultante. Había convertido al pepé en la fuerza política más votada de San Sebastián. Hasta ahí podíamos llegar, pensaron los asesinos.
Trece años después de su muerte, trece, el parlamento vasco homenajea al asesinado. Trece años. Se ve que la medida del tiempo es diferente para las instituciones nacionalistas vascas que para el resto de los mortales. Ana Iríbar, la viuda de Ordóñez, madre de un hijo que se crió huérfano, ha sufrido mucho estos años. Ha tenido que vivir estos trece años sin él. Trece años nada menos. Ha tenido que ver como jóvenes nacionalistas profanaban la tumba de su marido. Ha tenido que ver cómo más gente era asesinada en el País Vasco por no comulgar con el nacionalismo obligatorio.
Durante el homenaje, Ana Iríbar dedicó duras y gruesas palabras al presidente del gobierno vasco, tal y como puede verse
en este video. Y me parece perfecto. Ya basta de fingir normalidad en el único país de Europa en el que es la oposición la que va con escolta.
Recordaba Santiago González que las palabras de Iríbar eran justas y lo eran en sentido literal. Hace unos años, un tal Rubalcaba, un paniguado al servicio de la hegemonía nacionalista, vomitaba lo siguiente en sede parlamentaria, dirigiéndose a los diputados del pepé:
Están ustedes muy cómodos, y es triste tener que decirlo, con que ETA siga existiendo. Aunque les peguen a ustedes, aunque les violenten, aunque les asesinen: parece que están mucho más cómodos con la existencia de ETA que sin la existencia de ETA”.
La deposición tuvo lugar el 16 de febrero de 2007
. Está recogida en la página 44 del Diario de Sesiones del Parlamento Vasco número 53 de la VIII Legislatura.
Pero no es el único en decirlo. Forma parte también del discurso y del pensamiento progre en la España posmoderna y pasada de vueltas en la que vivimos. Al pepé le interesa que eta siga existiendo; los precios suben por conspiraciones del capitalismo neoliberal, la tierra se acaba y es nuestro amado guía el que ignora a Bush y no al revés.
En fin, que si esto no es vejar a las víctimas, que venga dios y lo vea.
Así que bravo por Ana Iríbar. Bravo por la dignidad de los muertos frente a la vileza de los aprovechados o de los cobardes. Y que Ana lo tenga claro: nos batiremos, claro que nos batiremos. Con la palabra en la boca y la ley en la mano. No sólo en memoria de Gregorio Ordóñez, sino también en defensa de los ideales por los que murió asesinado.

PS: “-Amigos míos –concluyó [Golda Meir]- vivimos en un presente muy breve. Cuando digo que tenemos necesidad de esta suma, no me refiero al mes que viene o dentro de dos meses. ¡Es ahora! No os toca decidir si debemos o no proseguir el combate. Nos batiremos. Jamás la comunidad judía de Palestina izará la bandera blanca ante el Gran Mufti de Jerusalén. Os toca decidir quién alcanzará la victoria: nosotros o el Mufti.
Lapierre, D. y Collins, L: ¡Oh Jerusalén!. Booket, Barcelona, 2006. Página 196.

PD: Todo el día en Baleares

7.4.08

El año que viene, en Jerusalén

Acabado Oh Jerusalén, de Lapierre y Collins. Muy bueno. Y muy instructivo. De hecho, no conozco ningún otro libro que retrate mejor el invierno de 1947 y la primavera de 1948, cuando tuvo lugar el nacimiento de Israel. El libro es, además, razonablemente objetivo, lo cual es de agradecer. No se esconden los actos terroristas de uno u otro bando, como tampoco se orillan los actos heroicos o humanitarios de tirios y troyanos. De un lado, un puñado de judíos que acepta el reparto de las Naciones Unidas y de otros varios países árabes que no lo aceptan y que se embarcan en una peligrosa senda de palabrería para acabar con el Estado recién creado. Las ambiciones personales de todos ellos. La guerra. Las ambiciones de los monarcas transjordano y egipcio. El papel de Irac. La ciudad santa para tres religiones. El papelón de Siria. El asedio a Jerusalén. La compra de armas en el mercado negro. La estrategia. La legión árabe. La haganá. El papel de los británicos. Las reticencias norteamericanas, que consideraban a Israel como una cabeza de puente de judíos soviéticos en oriente próximo. El papel de Ben Gurión y de Golda Meir en el lado judío. El papel de John Glubb, en el lado árabe.
La epopeya de un pueblo, el judío, por sobrevivir. La corrupción y la ineficiencia de unos dirigentes árabes que llevaron a los palestinos a combatir en una guerra que perdieron, para luego dejarlos abandonados a su suerte.
Un libro fascinante. Si está interesado en el problema árabe-israelí, no deje de leerlo.

PS: El salmo dice: Jerusalén si te olvidare venga la noche a mi / sea la paz fruto perdido por no esperar en ti. / Jerusalén si te olvidare desaparezca en mi / el movimiento de tu mano y mi alegría en ti.

6.4.08

Una manzana

Haciendo de sociedad civil.
Una manzana por la vida. Una hermosa forma de colaborar en la lucha contra una enfermedad que no tiene causa clara y que tampoco tiene cura. En Madrid, los beneficios van destinados al centro de rehabilitación que la Fundación Esclerosis Múltiple tiene en la ciudad.
Estuvimos en un supermercado el viernes por la tarde y el sábado por la mañana. Algunos amigos (Carles, Jaume Pi i Vidal) se sumaron al reto. Otros (Carolito junior y Oscar Mátrix, no pudieron acercarse por sus obligaciones laborales). Se aprende mucho en estas situaciones. Esta vez eres tú y no un desconocido quien está al lado de la caja para contarte, en apenas veinte segundos, qué es la enfermedad y porqué es bueno que compres esa manzana que te ofrecen a uno cincuenta.
Un inmigrante polaco, bajado del andamio hacía unos minutos, compró la manzana. Y sonreía. Un rumano igual. Iberoamericanos, también. De los nacionales, hubo de todo. Básicamente gente generosa (vendimos las tres cajas tanto el viernes como el sábado). Alguno se llevó dos manzanas en vez de una. Alguno incluso pagó y nos dejó la manzana para que se la viendiéramos a otro y pagó su donativo. Algún descerebrado también (¿me ayudas tú a pagar la hipoteca? le espetaron dos gañanes a Jimena), y algún escaqueado (huy, hijo, si a mí me gustaría colaborar y que se acabaran los males del mundo pero-fíjate-por-donde-no-tengo-ahora-mismo-un-euro-y-medio), pero con eso hay que contar. Entre los compradores, una afectada y varias personas con afectados en su círculo más cercano.
Una gran experiencia. Gente rascándose el bolsillo de manera generosa, sin el ogro filantrópico de por medio.
PS: César Vallejo escribió Me viene, hay días, una gana ubérrima, política / de querer, de besar al cariño en sus dos rostros / y me viene de lejos un querer / demostrativo, otro querer amar, de grado o fuerza...

4.4.08

Atardeceres riojanos

Aconteceres laborales me acercan al Museo que la empresa Würth ha abierto cerca de Logroño. Un descubrimiento. Como museo y como concepto. Primero porque me interesa el arte contemporáneo. Y el museo, que está aún en mantillas, empieza a tener una colección interesante: obras de Manolo Valdés; esculturas que reflexionan sobre la trama de los espacios urbanos industriales, experimentos con madera. Lo industrial como metáfora de una modernidad que acaba. Como un mundo que vivíamos y que vemos derribarse, oxidado, en los polígonos de las ciudades.
El concepto también es fascinante. Un Museo puesto en marcha por una empresa. Museos privados, tan escasos en un país con tan poca vida privada como el nuestro, en el que vivir fuera del presupuesto es vivir en el error.
Tras la visita al Museo, habla el presidente
Sanz. Toda una sorpresa. Lo tenía por un político de provincias, pero es mucho más. Da un discurso de manual. Para empezar, sin papeles, coño, que es como hay que hablar en público. Citó a todas las personas que habían intervenido antes que él, y los citó haciendo que se sintieran importantes. Repartió con elegancia elogios a las entidades que habían organizado el acto. Fue breve, lo cual es de agradecer en este tipo de actos. Luego, en los corrillos, algunos altos cargos me reafirmaban la impresión: “conoce los departamentos del gobierno mejor que algunos consejeros”.
Y yo pensaba, cuántos políticos hay en Madrid con bastante más nombre y bastante menos capacidad.

PD:
el video de ayer es una buena metáfora de la insoportable levedad de nuestra ¿política? exterior. Es lo que tiene tener a un auténtico estadista en la jefatura del gobierno

3.4.08

Impresiones avieras

El ave de Zaragoza viene plagado de catalanes. Mola.
Pido la vanguardia y afino el oído. En realidad siempre lo hago, no sólo cuando hay catalanes a bordo. Me gusta escuchar conversaciones al azar.
Tengo a cuatro en diagonal, que dialogan entre sí. Hablan del agua, y del viaje a Madrid. Varios tópicos se cuelan en la conversación, pero no es eso lo que más me llama la atención. Lo que me fascina es la lengua. La naturalidad del bilingüismo frente al fascismo esencialista de los que creen que la lengua es algo más que un instrumento. Unos preguntan en catalán y los otros responden en castellano. Pero no sólo eso. Es que durante gran parte de la conversación mezclaban en las frases el catalán y el castellano. Lo cual me parece magnífico. Las lenguas son herramientas, no esencias, y son herramientas vivas en manos de sus hablantes. Y cuando se dominan, las herramientas se mezclan con naturalidad. Por eso las lenguas evolucionan. Porque nos sirven. Por eso no seguimos hablando latín, y por eso es idiota pensar que el español es la lengua propia de España, o que el eusquera es la lengua propia del País Vasco.
Toda una lección, frente a ese noventa por ciento del parlamento de Cataluña que cree que un país tiene lengua propia, como si alguna lo fuera en realidad de algún sitio.

PS: “Estás en mi territorio, luego te sometes a mi dominio, a mi lengua”, una perturbadora traducción al mundo laico del principio cuius regio, eius religio.
Sosa Wagner Francisco y Sosa Mayor, Igor:
El Estado fragmentado. Modelo austro-húngaro y brote de naciones en España. Editorial Trotta, Madrid, 2007. Página 57.

1.4.08

La cara, como el cemento.

Aún lo recuerdo. Por eso me entraba la risa cuando la izquierda acusaba, la pasada legislatura, al pepé de crispar la vida pública con su política del no por el no. Fueron años duros. No a la LOU, no a la ley de universidades, no a la guerra de irac, no a la reforma laboral. Y la estrella, no al Pehacheene. Las protestas contra el Plan Hidrológico eran puramente políticas, y más manipuladas que las televisiones públicas. Los trasvases hidrológicos no habían tenido nunca, hasta ese momento color político en España. De hecho, el último plan era de José Borrell. Pero la izquierda encontró una buena piedra que lanzarle al gobierno, con la complicidad de la demagogia de los medios de comunicación y la candidez, por no llamarlo de otra manera, de la ciudadanía.
No me invento nada, y gracias a dios ahí están las hemerotecas para demostrarlo.
- Marzo de 2001. Casi doscientas mil personas manifiestan en Madrid su rechazo al “injustificable” trasvase del Ebro. Joan Saura encabeza la manifestación, junto con el gobierno aragonés en pleno. Alguno de los lemas coreados en la manifa destilan esa fina inteligencia que ha convertido, histórica y genéticamente, a la izquierda en muy superior a sus adversarios: “Aznar, enano, al fondo del pantano”.
- Septiembre de 2001. En un ejemplo clásico de lo que la izquierda entiende por “lealtad-y-sentido-de-Estado”, hay una manifestación en Bruselas con el lema “Ni un euro para este Plan Hidrológico”.
- Abril de 2003. En Barcelona. El lema de la manifa era “el río es vida, no al trasvase”. A la cabeza de la misma, un tal José Montilla, primer secretario del Partido de los Socialistas, y un tal Joan Saura, presidente de Iniciativa por Cataluña. Nueva cultura del agua y tal. El manifiesto leído imbricaba, con la sagacidad propia de la izquierda española, churras con merinas con esa alegría que nace de la ignorancia: “El agua no es una mercancía. En Irak se hace la guerra por el petróleo y por el agua; y, mientras las bombas caen en Irak, el chapapote nos recuerda las razones”.

Son sólo tres ejemplos. Hay muchos más. De una legislatura terrorífica en la que a la izquierda le parecía insultante que en un parlamento legítimamente capacitado para ello, el centro derecha tuviera mayoría absoluta. Así que sacó la oposición a la calle.

Pocos años después, la realidad es enternecedora. Lo que jodía a los nacionalistas catalanes del trasvase no era la ecología, sino que el agua se fuera para el resto de España. Y ahí está el mismo Baltasar, tan ecologista cuando había que evitar que el agua del Ebro fuera a Almería,
buscando palabras para llamar de otra manera al trasvase.
El mismo Montilla, tan fino él, habla ahora de traer el agua “
de dónde sea”. El mismo Saura, tan ecologeta, tacha al gobierno central de desleal por negarse, ya veremos por cuánto tiempo, a autorizar un trasvase.

Hay que tener la cara como el cemento armado.
Menuda credibilidad la de los politiquillos catalanes.
Menudo caudal mínimo y menuda ecología. Si yo hubiera sido tan pardillo como para salir a manifestarme contra el PHN me sentiría estafado. Menos mal que me ahorré el ridículo.
En fin,
Hospitalense lo expresa mejor que yo. Y recuerdo también las conversaciones con los amigos del pepé de las tierras del Ebro al respecto.


PS: [Durante el verano de 1865] empezó así entre los expertos a hablarse de “asuntos comunes” entre el Imperio y Hungría y de asuntos “propios” húngaros, y a deslindarse ámbitos de funciones y competencias (en materias como aduanas, comercio, monedas…).
Sosa Wagner Francisco y Sosa Mayor, Igor:
El Estado fragmentado. Modelo austro-húngaro y brote de naciones en España. Editorial Trotta, Madrid, 2007. Página 84