17.7.08

La izquierda se hizo carne y habitó entre nosotros

Una frase y un párrafo.
Una frase aclarando el concepto de solidaridad que tiene la izquierda. La comentaba ayer con maestría
Santiago González en El Mundo. Fue depositada por el Muy Honorable Presidente de la Generalidad de Cataluña, el señor José Montilla (sí, ya saben, el que lleva a sus hijas al carísimo y privadísimo Colegio Alemán de Barcelona), en el marco de una cena entre colegas: “Defiendo la solidaridad, pero no es razonable que los que dan más reciban menos”. Supongo que con esta lógica instalada en el poder, podré pedirle al ministro de hacienda que me haga un salvoconducto para que cuando tenga que usar un servicio público pueda colarme por delante de inmigrantes, mileuristas y tal, porque no es lógico que si yo aporto más al erario que ellos (y creánme, aporto más), reciba menos servicios que ellos. Para esto ha quedado la socialdemocracia española.
Un párrafo, más preocupante, que explica a la sociedad lo que significa para el pesoe lo de profundizar en la democracia. Ya saben, para el mundo occidental, la democracia es un sistema que garantiza la alternancia pacífica en el poder. Nada más, pero tampoco nada menos. Para nuestra izquierda no. El concepto va más allá. Ellos son el bien, y nosotros el mal. Y hay que vencer. Ahí va la frase, en esta ocasión del Excmo. Sr. Profesor Asociado en la Universidad de León y, de manera temporal, presidente del gobierno de España. Díganme si no les ponen los pelos de punta: “
El Cambio que invocamos va mucho más allá de una mera alternancia en el gobierno. Acaso para otros el gobierno será el objetivo; para nosotros el gobierno es el instrumento. Acaso para otros el gobierno es la meta; para nosotros es el camino. Somos una fuerza que viene de lejos y somos una fuerza que va aún más lejos. El Cambio del que hablamos es la transformación de nuestra sociedad para que los valores humanos prevalezcan sobre el dinero y el poder. Ese es el cambio del que hablamos”.
Ufff, ingeniería social y el hombre nuevo; con el siglo XX que hemos tenido, dan ganas de salir corriendo…

PS: "El liberalismo […] es forzosamente indeterminado […] se trata […] de una sociedad en la cual el desorden y la apertura de la política descartan de plano la aplicación de proyectos a gran escala, por racionales e ideales que sean, y muy especialmente, desde luego, cuando son racionales e ideales". Judt Tony:
Pasado imperfecto. Los intelectuales franceses, 1944-1956. Taurus, Madrid, 2007. Página 353

3 comentarios:

Anxo Sampedro dijo...

La frase es una bonitura. Te agradezco que la hayas traído aquí. Además de una hermosura es un compendio: ahí están las ideas de justicia, distribución, equidad y racionalidad, todos destrozados, claro. Y los de intevención y arbitrariedad, atributos de todo despotismo, perfectamente fundamentados. Y no digamos nada si entramos en la consideración del personaje que la pronuncia. En fin, no tiene precio.

Unknown dijo...

que bonito. (puajjjjj)
Me quedo con una frase:
SOMOS UNA FUERZA QUE VIENE DE LEJOS Y QUE VA AÚN MAS LEJOS.
Esto, aparte de "la mera alternancia (como si esto fuera secundario, oye. Echan de menos al frente popular, se ve) decía yo que me huele al tufo de: "somos la raza elegida para la política y no se pongan delante que les machacamos, eh!"
Espantoso, esto huele al dictador que todo sociata lleva dentro, asqueroso en definitiva.
Gracias por ilustrarnos Perdiu

Unknown dijo...

ah, se me olvidaba, al hilo del post de ayer:
La Generalitat de Cataluña es la primera interesada en que sigan existiento las Autopista de peaje AP7 y AP2.
La razón es que es, junto con Pertús, la uníca via de salida de la península (omito España), y como diría un compañero mío, cada camión o coche que por alli transita: "clínk-clank-clink-clank"; dinerito para sus arcas.
Por cierto, cuando abrtes la llave del gas, o te metes en la AP6 (de Abertis=Caixa) te conviertes en otro "pagano" del IVA a cataluña.
Asi que no nos toquen mas las p. con el lloriqueo, y pónganse a trabajar, que les gusta micho divagar pero poco el currar, calaro se han mezclado tanto con los mismos andaluces y extremeños a los que detestan que el seny del botiguer de la cantonada se ha ido al carajo