30.6.08

Quizá yo sólo sea un solo laz

Estoy rematando, lector, un libro fascinante. Fruto de los buenos consejos no sólo de la madre de Jimena, sino también de la insistencia de ese desocupado lector de estos lares que se llama Miquel Barceló. El libro, (El Mar Negro, cuna de la civilización y la barbarie), es una magnífica mezcla de los estilos de Magris y Kaplan, con un resultado sencillamente delicioso. El autor, Ascherson, elabora un libro hermoso que nos pone ante el espejo de nuestra propia ignorancia. Un recorrido por las riberas de un mar muerto desde hace siglos. Y con unas historias deslumbrantes, tan lejanas del campanario y de la aldea que pueblan hoy los medios españoles. Los jázaros, un pueblo turco que se convirtió nada menos que al judaísmo y allá por el siglo X desapareció de la zona y de la historia. Los caratíes de Crimea. La Hipótesis Varega como hipótesis de trabajo, según la cuál los rusos serían descendientes de esta tribu nórdica, mezcla de bandoleros y aventureros, que dieron origen al primer estado ruso-eslavo en la actual Ucrania en el siglo X. Hipotesis combatida por la historiografía rusa, ya fuera zarista o soviética. El impulso que Stalin dio a la partenogénesis como origen del pueblo ruso, según la cual las evoluciones de la cultura rusa se debían a movimientos internos, y no a aportaciones de otros pueblos, llegando a prohibir la historia: los godos de Crimea pasaron a ser habitantes autóctonos, así como los jázaros, que dejaron de ser turcos que llegaron del este, por no hablar de los tártaros, que pasaron a ser de la noche a la mañana oriundos del Volga. La llegada de los escitas. La legendaria ciudad de Olbia, destruida por los Getas y de la que tanto sabemos gracias a la certera descripción, casi un documental, que hizo Dion de Prusa. El proceso progresivo de aculturación de los griegos que vivían en las riberas del río. La construcción del otro como un bárbaro. 

Un recorrido lúcido y apasionante sobre los árboles genealógicos del Cáucaso del que espero poder hablarse estos días si tengo algo de tiempo… sobre todo porque creo que he encontrado un caso con el que poder identificarme. Quizá mi identidad sanabreso-zamorano-castellano-española-europea-occidental no sea más que una identidad
laz a este lado de Europa. Mañana sigo.

PS: Herodoto escribió una vez: “Todos sin excepción creen que las costumbres de su patria son las más excelentes y hay multitud de ejemplos que prueban que esta actitud ha arraigado en todas partes”. Citado por Ascherson, N. en
El mar negro, cuna de la civilización y la barbarie. Tusquets, Barcelona, 2001. Página 73

26.6.08

Concatenación y caudillaje

Ha hecho fortuna en los ambientes la máxima de que esquerra y su repunte fueron hijos de la soberbia de Aznar. Mi intuición me dice que nada más lejano a la realidad, pero a veces es bueno contrastar la intuición con fuentes bien informadas. Son hijos de muchos años de pujolato. De vivir en una mentira. La mentira, tan falangista, de la revolución pendiente. Al final, los niños creyeron lo que durante años sus padres decían en casa y, en cuando pudieron votar, fueron consecuentes. Leí de un tirón Quintacolumnismo, una recopilación de artículos publicados por Arcadi Espada durante los años noventa. El libro desmitifica, y mucho, no sólo el supuesto oasis catalán, sino toda la martingala nacionalista que han generado tantos años de catalanismo en el poder.
La política: el presidente de la Generalidad enviando entrevistas realizadas por él mismo a la prensa. Así, como en una
República Bananera. Y eso que Pujol era un hombre de Estado. Las artes: cineastas catalanes ausentes de premios porque sus películas, mudas, “estaban en castellano” La provincia: unos premios, los Ciudad de Barcelona, que sólo se otorgan a obras editadas en la ciudad. La provincia como endogamia. Los medios: la ocupación de todos los espacios simbólicos de país por TV3. La etnia: el sutil racismo de los alcaldes nacionalistas. La subvención: la farsa de unas fiestas pagadas, íntegramente, con dinero público.
Ningún delito es hermoso. Pero pocos más entrañables que el de traicionar a la tribu.
Ya saben, mi patria en mis zapatos, mis manos son mi ejército…


PS: “Creo que vivir bajo un caudillaje colectivo acaba siendo extremadamente cómodo. Que procura todas las respuestas, incluso si las preguntas no han sido formuladas”. Espada, Arcadi:
Quintacolumnismo. En “el caudillo colectivo” Páginas 128-133, página 133.

PD: El Perdíu
ya ha firmado.

25.6.08

Libros de guarda (V).

El final del libro de Tony Judt se adentra en el proceso de construcción del enemigo de la izquierda francesa: el liberalismo, convertido en la actualidad en “neoliberalismo”. La libertad no lo tenía fácil: el espacio público francés raramente ha estado ocupado por el pensamiento liberal. La concepción de la libertad negativa de Berlin no cuajó en Francia. Los derechos no defendían a los ciudadanos frente al poder, sino que legitimaban las actuaciones de éste poder frente a los administrados. A ello se sumó el bodrio de los derechos más allá de los individuos (vg. derechos de los trabajadores), que con tanta fortuna se han visto aquí reflejados en esa cosa que no aprobaron ni la mitad de los catalanes. El Estado debía convertirse en el arma de la que se dotaba la sociedad para conseguir los objetivos últimos. El modelo liberal, que considera el conflicto como consustancial a la sociedad y no como un problema a superar, quedó atrás. Y es que para Sartre, el pluralismo era fuente de alienación. Por ello, lo mejor de la producción de Aron y de otros liberales se movió en el marco conceptual de la izquierda. Se escribía para responderles, no para proponer otras alternativas. Llovía, en casa estaba la izquierda y nadie quería dejar entrar a los liberales…

Es cierto que, como recuerda Judt, esta situación no fue exclusiva del mundo francés. Gentuza como
Bernard Shaw aseguró que el proletariado soviético amaba a sus camaradas estajanovistas. O aquel Sweezy, que realizó un estudio sobre la violencia en las sociedades socialistas frente a las capitalistas, en las que lógicamente, aquellas eran las que salían bien paradas frente a estas…

Pero en Francia todo esto se generalizó en el discurso de las élites. Unas élites, además, extraordinariamente despreocupadas por el conocimiento empírico. Por no hablar de su absoluto desconocimiento de la economía. A ellos se le suma un chauvinismo nacionalista brutal. Francia no sólo tenía una visión desinteresada del mundo (
Mauriac dixit), sino que Francia era y siempre sería “la vanguardia del progreso humano” (Le Monde dixit). Francia era la nación elegida y su lengua la más perfecta. A fin de cuentas, “sólo un francés sabe lo que es la prosa” (Jacques Chardonne dixit). Y ahí da Judt una clave. “Al defender a la URSS, el intelectual burgués francés superó su propia irrelevancia provinciana y volvió a hablar por la historia y con la historia”.
Muchos europeos creyeron todo esto. Para otros, en especial para los de la Europa central y del este, todo se vivió como un drama. Durante años Francia había representado la tierra de asilo y de promisión para los refugiados de medio continente. Es cierto que muchos de los intelectuales del este callaron, pero es que ellos sí se estaban jugando la vida. Los que debieron hablar, en París, miraron para otro lado. Y todavía la socialdemocracia europea se pregunta el motivo del desaforado atlantismo de checos, rumanos o albaneses. No te jode.


Todo aquello empezó a cambiar en el 56. La masacre de Hungría fue demasiado evidente para todo. Así que la izquierda francesa desplazó su punto de mira. Asumir lo ocurrido en Hungría exigía demasiadas preguntas y demasiadas respuestas dolorosas. Así que la atención se fijó en la descolonización, como una forma de combatir el capitalismo y el imperialismo europeo. Ello permitió a los intelectuales abandonar sin mácula sus posturas primigenias. Algunos serían idiotas hasta el final, como ese patético Sartre proclamándose maoísta a finales de los sesenta. Pero las cosas habían cambiado. Francia no era ya el mismo país a finales de los sesenta que en los cuarenta. Un mundo urbano se abría paso a toda velocidad. Los intelectuales, poco a poco, fueron perdiendo su espacio público. La educación superior y la lectura se generalizaron en una sociedad de clases medias. En realidad, Sartre y su tropa ya llegaron tarde. Su mundo había terminado cuando ellos estaban en pleno apogeo. No supieron verlo. Nuestra intelectualidad, la española me refiero, obviamente tampoco. Sartre y
Brasillach tenían más en común de lo que nunca hubieran reconocido. Y aquel era su mundo. En este sentido, son pocos lo que como Aron o Camus, estuvieron, el concepto es de Ortega, a la altura de los tiempos.

Queda poco de todo aquello. Y queda más fuera de Francia que en el hexágono. En este sentido, el caso español no es único: una gran parte de la élite intelectual absolutamente fascinada por Francia y lo francés. No es que los intelectuales ya no sean importantes, es que terminó la época de las certezas absolutas. Y es falso que aquella época fuera la época de oro de la responsabilidad; al contrario, dice Judt, nunca los intelectuales fueron más irresponsables; escribieron sin ningún fundamento sobre lo que les vino en gana, sabiendo que nunca tendrían que confrontarse con sus palabras.


PS: En 1977
Mary McCarthy escribía: “El socialismo de rostro humano sigue siendo mi ideal. Vivir en un sistema así sin duda exigiría un reajuste, pero sería emocionante. Espero que uno esté deseoso de sacrificar las comodidades de una vida a la que se halla acostumbrado en extremo. Creo que esa emoción constituiría una drástica diferencia”. Citado por Judt, Tony: Pasado imperfecto. Los intelectuales franceses, 1944-1956. Taurus, Madrid, 2007. Página 281

PD:
en mi tierra también habitan aquellos pájaros de los que hablaba Borges en su libro sobre los seres imaginarios. Unos pájaros que volaban siempre de espaldas, porque lo que les interesaba no era saber a dónde iban, sino de dónde venían.

PS:
algo de cordura queda en el gobierno. Menos mal

24.6.08

Ética, estética y Movimiento

Ya sé, ya sé que no se debe hacer leña del árbol caído. Pero las hemerotecas suelen ser una tentación demasiado golosa. Ahí está la noticia, de junio de 2003. De ayer mismo, vamos. No tiene desperdicio, y le recomiendo que la lea, desocupado lector. La izquierda, reserva espiritual de la moral en occidente. El caso es que algo olía a podrido en aquel Ayuntamiento. Pero había que evitar, (ya saben: el cordón sanitario), que esa derecha cerril, gótica y podrida de ambición llegara al poder. Así que a ello se pusieron. Los de izquierda unida y los del pesoe. El acuerdo con los exgilistas era complejo de explicar, así que la situación requería una declaración solemne a la altura de las circunstancias. Nada menos que la vicesecretaria general del Movimiento, una tal Moreno, salió a explicarlo.
A la izquierda le repugnaba gobernar con ellos, es cierto, pero la izquierda no es egoísta y no mira sólo por sí misma, de manera que se había impuesto la responsabilidad. ¿La responsabilidad de qué? Preguntará el desocupado lector. Pues la responsabilidad de hacer de Estepona un escaparate de que en el litoral andaluz se puede desarrollar un urbanismo "distinto al de la especulación y al desarrollismo". Claro, claro… Y es que si otro mundo es posible, otra cultura del agua es posible, otra masculinidad es posible, la tal Moreno debió de pensar que estaba claro que, con la izquierda de por medio también otro urbanismo es posible: “Tenemos la ocasión de hacer las cosas de otra manera desde un municipio referente de la Costa del Sol".
En el apaño estaba también Izquierda Unida, siempre garantía de honradez. Para tranquilizar a las biempensantes mentes de progreso resultaba que, a partir de ese día, las direcciones regionales de sociatas y comunatas iban a poner “en marcha mecanismos de "extraordinaria vigilancia" en ese municipio”. En esta frase está resumida la esencia de la política posmoderna, y es que probablemente no hubo más mecanismos más allá de su propio enunciado. Pero con eso vale.
El periodista que firma la noticia señala también que el pesoe es consciente de que el pacto despertará críticas, pero ya se sabe que cuando uno es responsable ante dios y ante la historia, el cargo exige sacrificios: por ello, “el PSOE confía en poder convencer a la opinión pública con una gestión que demuestre que existe un modelo diferente de gestión urbanística en la Costa del Sol”. Pues sí que nos ha convencido, sí.
Todo por el bien de los ciudadanos, por supuesto. Y es que el pesoe, en un ejercicio de responsabilidad, prefería pactar con el PES antes que dejar gobernar al pepé que, oh milagro, había sido el partido más votado en aquellas elecciones.
La izquierda, feroz guardiana de la ética.


PS: Pierre Patrick Kaltenbach dijo una vez que “cuando no se tiene suficiente fe para convencer, ni suficiente valor para mandar, lo único que queda es corromper”. Citado por Revel, J. F.: La
gran mascarada. Ensayo sobre la supervivencia de la utopía socialista. Página 244.

23.6.08

Libros de guarda (IV). Del chivo expiatorio y de la indignación importante

La imagen que los franceses tenían de los Estados Unidos estaba ya fijada antes de la Segunda Guerra Mundial, asegura Tony Judt en su pasado imperfecto. América era un futuro muy desagradable para una Europa que se veía a sí misma decadente. La historia no se detiene y los europeos veían emerger un poder que, antes o después, les pasaría por encima. Fue providencial, en ese sentido, el golpe soviético de 1917. Aquella acción convirtió a un mundo oriental que era simbólicamente atractivo, en un modelo políticamente atractivo para una parte de la clase intelectual europea. Por si fuera poco, asegura Judt, los norteamericanos fueron ocupando un lugar similar al de los judíos en el imaginario cultural francés: unos y otros se identificaban con la libre circulación de personas y de capitales, así como con la presencia relevante en la vida pública. Esta identificación convirtió a los EEUU en enemigo, por igual, de la extrema izquierda y de la extrema derecha. 

El Plan Marshall fue demasiado para el imaginario de la izquierda: Francia volvía a ser un país ocupado; cualquier intento norteamericano de ayudar era considerado por la izquierda divina como un nuevo intento de humillar no sólo a Europa en general, sino a Francia en especial. El discurso contra la ocupación, que con tanta demagogia maneja la izquierda europea en los últimos años, tiene raíces antiguas.

Aquel escenario de evidentes mejoras materiales en la Francia ocupada por los norteamericanos, frente a lo que ocurría en la Europa liberada por los soviéticos, obligó a los intelectuales a un ejercicio de responsabilidad: no había, bajo ningún concepto, que desilusionar a los obreros. Todo aquello se resumió en aquel lema de “No debemos desilusionar a Billancourt”, un barrio obrero de la periferia de París. Cualquier cosa, en fin, antes que, como había hecho Koestler, abandonar al proletariado. Para ello, se identificó al anticomunismo como un arma de guerra, frente a la paz que representaba el comunismo.

Se trataba de un discurso que hizo mucha fortuna y que se mantuvo, de hecho, hasta minutos antes de que el bloque soviético implosionara en 1989. Ahí nació el Movimiento por la Paz, en 1948, el Congreso de los Partidarios de la Paz, el Movimiento de los Intelectuales Franceses en defensa de la Paz… la guinda, les sonará de algo, lector, la Asociación Internacional de Juristas Democráticos, con el objetivo de centrar la atención internacional en las injusticias acaecidas en el mundo no comunista. Todos ellos, huelga decirlo, burdamente dirigidos, financiados y controlados por la Unión Soviética
Y es que el tradicional discurso de la izquierda a favor de la paz, ese que llega hasta hoy mismo y que tuvo su momento de esplendor en España tanto en las
manifestaciones por el desarme en los ochenta, como en la oposición a la guerra de Irac, ese discurso, digo, hunde sus raíces en la mayor ciénaga moral del siglo XX.
Lo dice Judt, y tiene la misma validez que si lo hubiera dicho Agamenón. O su porquero.

PS: “Durante los años en los que la pintura fue sistemáticamente destruida en la Unión Soviética y en las democracias populares, usted prestó su nombre a las proclamas que glorificaban el régimen de Stalin […] Su peso contó en la balanza, y arrebató las esperanzas de quienes en el Este no deseaban someterse al absurdo. Nadie sabe qué consecuencias podría haber tenido una protesta categórica de usted […] contra el juicio de Rajk, por ejemplo. Si su apoyo ayudó al terror, su indignación también habría importado". Czeslaw Milosz. Carta abierta a Pablo Picasso, 1956. Citado por Judt Tony:
Pasado imperfecto. Los intelectuales franceses, 1944-1956. Taurus, Madrid, 2007. Página 309

21.6.08

Cine

Algunas películas vistas últimamente, que hace mucho que no hablamos de cine, desocupado lector.

20.6.08

Libros de guarda (III). De culpables y de perros

Sigo repasando con usted, desocupado lector, el magnífico pasado imperfecto escrito por Tony Judt.
Las cosas iban estando claras. Benda trajo a colación el asunto Dreyfus para hacer un llamamiento a la rebelión de los intelectuales ante los juicios farsa de la Europa socialista. La respuesta de Paul Eluard no puso ser más clara: “estoy demasiado ocupado con inocentes que afirman su inocencia como para ocuparme de culpables que proclaman su culpa”. Y ahí nos aparece Albert Camus. Ya en 1948 proclamó que el juicio moral sobre las dictaduras era indivisible, y que quien condenase la dictadura en España no podía callar ante lo que pasaba en la Unión Soviética. Pocos tuvieron, igualmente, la claridad de Lefort: la Unión Soviética no sólo no era un Estado obrero sino que era un Estado que vivía, precisamente, de la explotación de los obreros que allí existían.
La traición de los intelectuales se completó, claro que se completó. No había una ideología, había una fe, un deseo de creer, y nada podía imponerse en el camino. Así,
Lyssenko, por raras que sonaran sus teorías, era un sólido científico porque el “Comité Central no va a confiar el futuro de su agricultura a un charlatán”. Si en España había restricciones alimenticias, era porque el Estado quería tener a su pueblo controlado, si esto pasaba en Polonia, era porque esa era una forma magníficamente democrática de compartir en tiempos de escasez (no parezca esto una broma, la misma idiotez supina ha defendido en tiempos recientes el novelista Sampedro). Esa voluntad de ignorar la realidad es lo que estaba en el medio de aquella fe. Y el que estaba fuera de la misma era un hereje. Que se lo digan a Silone

Esta fe daba lugar a ese doble rasero al que tan acostumbrados estamos; para Sartre, el comunismo no deseaba la opresión, mientras que la represión era consustancial al sistema capitalista. Por ello, no se podía criticar a la Unión Soviética desde occidente porque occidente no podría tener nunca la 
conciencia tranquila.

Y es ahí donde la izquierda francesa se deslizó por lo que Judt denomina, brillantemente, por la senda de “la metáfora como obscenidad”. Así, los barrios obreros de París eran auténticos gulags. Y ahí seguimos: los ataques israelíes contra terroristas palestinos son "asaltos al gueto de Varsovia". Cuando el lenguaje se relativiza, la realidad se evapora como por ensalmo. Y es que, aunque en occidente los intelectuales vivieran bien, la gran esperanza para los obreros estaba en el este. Por eso Sartre escribía aquello de “un anticomunista es un perro; de ahí no me apeo ni me apearé jamás”.
De ahí al antiamericanismo no había mucho tramo que recorrer…

PS: "La inagotable letanía de las referencias de la era de la resistencia a la renovación, la purificación y la lucha, había conformado una red de símbolos lingüísticos que los comunistas manipulaban con contrastada facilidad, tanto más si se piensa que este léxico político radicalizado vino a suplir la revolución misma". Judt, Tony:
Pasado imperfecto. Los intelectuales franceses, 1944-1956. Taurus, Madrid, 2007. Página 64

PS: interesante noticia. Un cómico que mandó
a la mierda “a la puta Cataluña” en Telemadrid, ante la sonrisa cómplice del presentador, se sentará en el banquillo.

19.6.08

El primer día, dos años después

Dos años se cumplen hoy. Dos años de aquello de que si no è vero, è ben trovato. Tras un entorno libertario, un entorno verdadero. Rodeado no sólo de gente buena, sino también de buena gente. Ha pasado el tiempo. Y otra vez se abren nuevos horizontes en lontananza. Dos años intensos. El Perdíu ha aprendido. Y mucho. Y eso no se paga en la nómina. Entramos siete. Sólo quedo yo. Uno se hace mayor, es cierto. Sensaciones y percepciones cambiantes. A veces, he podido escribir con Azorín aquello de “Señor, dame un momento de reposo, tengo en mi espíritu un profundo cansancio”. Otras, en cambio, he recitado con el guipuzcoano Gabriel Celaya aquello de “Hoy me siento tan cargado de secretos no explotados / que domino el porvenir”.
Dos años aquí, en suma. Recuerdo que, el segundo día, al presentarme a un compañero, confundieron politólogo con ornitólogo.
Dos años.
¿Será cierto que en el ámbito laboral hay épocas vitales en la que los proyectos duran entre dos y cuatro años?
En cualquier caso, sólo es trabajo.

PS: "Mi propósito aquí no es defender a Weber […]. Mi tarea es mucho más limitada […]. Mi tesis consiste en que el conjunto de actitudes identificado por Weber, cualesquiera que sean sus orígenes, teológicos o de otro tipio, ha sido, es y puede ser importante, generando y manteniendo el progreso económico. Una sociedad cuyos miembros comparten las virtudes puritanas, cualquiera que sea el origen y por el motivo que sea, tendrá económicamente más éxito que una sociedad en la que esas virtudes brillen por su ausencia o estén menos ampliamente compartidas".
Buchanan, James M.: Ética y progreso económico. Ariel, Barcelona, 1996. Página 88

18.6.08

De la tierra de la frontera

Qué hermoso documental sobre la mi tierra sanabresa. Emitido en La 2 ayer, dentro de la serie “Cuadernos de Paso”. Puede verse pinchando aquí. No hablo sólo de la hipótesis que Leandro defiende desde hace décadas, a saber, que la mancha con la que se abre el Quijote no hace referencia la Mancha física sino la condición de manchado (judío) de Cervantes. En realidad importa poco que D. Miguel fuese sanabrés o no. Yo hablo ahora de los paisajes. Hablo de Pura, la de Cervantes. Hablo de los castaños. Hablo de la bruma. Hablo de la emigración. Hablo de esas palabras, acogedoras, que me llevan, hace ya tantos años, a una cocina en la que mi abuelo me enseña a dibujar el número cinco. Hablo, en fin, de Argimiro el de Codesal cantando desgarradoramente ese “campesino, no te vayas de Sanabria”.
A uno le invade la nostalgia, y siente ganas de coger el coche y plantarse allí. Pero había que irse, claro que había que irse. La modernidad es una gobernanta severa que, entre otras cosas, ha condenado al mundo rural a desparecer. Y ha generado identidades escindidas y ausentes, como esos cosacos del Don que se sentían a la vez nómadas y pastores, guardianes de la esencia rusa pero ferozmente cosacos a la vez. A cambio, quién lo diría, los nietos de los herreros hemos ido a la universidad.

PS: Alonso del Real dijo de Ortega que “Todos tenemos algo que agradecerle y a todos nos ha hecho mucho daño”. Citado por Morán, Gregorio:
El maestro en el erial. Ortega y Gasset y la cultura del franquismo. Tusquets, Barcelona, 1998. Página 316.

17.6.08

Discreto pronunciamiento sobre lo que pasa en el pepé

Me pide la afición un pronunciamiento sobre lo que está pasando en el pepé. No lo he dado hasta ahora porque me parece que, en realidad, hay poco que comentar. Ya Michels habló de estos temas: el poder de la oligarquía en las organizaciones complejas. En los partidos muchas de las disputas suelen envolverse en fantásticas declaraciones doctrinarias que buscan disimular lo que únicamente es la necesidad de conservar y mantener el poder. Tenemos el ejemplo de cuando al presidente del gobierno lo aupó González para evitar que Bono se hiciera con el puesto de Secretario General. El tal Rodríguez se presentó con martingalas de Nueva Vía y socialismo libertario. Pues bien, ganó, fuese y no hubo nada.
Con el pepé creo que pasa un poco lo mismo. En el mundo posmoderno, las etiquetas, al nombrar, generan realidades. Basta con que Costa diga un día que él está “centrado” para que todos digan que es centrista. Basta que Gallardón diga que es “moderado” para que todos lo asumamos. O que Esperanza Aguirre diga que es “liberal” para que la ubiquemos allí. Y luego no hay que hacer nada. Uno es lo que ha dicho que es, y con eso basta. Por eso creo que tengo bastante poco que decir en esta situación. Creo que lo que se está desarrollando en el pepé es una lucha por el poder, descarnada, en un movimiento de “quítate-tú-para-ponerme-yo”. Quia, que no cuenten conmigo para eso. No me parece grave. El pepé tiene hasta el otoño para perder el tiempo en estas luchas. Luego, a ejercer de oposición, cosa que con este desastroso gobierno no parece complicado, ahora que vamos a combatir la violencia doméstica
generando institutos libres de violencia de género. Lo malo de que se te ocurran idioteces cuando eres "menestro" es que tienes el BOE a tu disposición.
Así que, qué quieren que les diga. Lo único que me apena es lo que está pasando en el pepé vasco. María San Gil y su gente han sido lo más digno en cuanto a compromiso vital y moral que ha producido la sociedad española en los últimos veinte años. Compromiso del de verdad, del que te puede suponer a cambio un tiro en la cabeza, no idioteces de salón en lucha contra molinos de viento al que tan acostumbrados nos tiene nuestra socialdemocracia. En fin, creo que María San Gil no merecía ese final, pero ya lo decía Ortega. La persona que se subordina a un partido está desperdiciando, al menos, la mitad de su inteligencia.

PS: Maura quería ganar tiempo. No le dejaron. […] A Maura no le tembló la mano a la hora de reprimir y castigar aquella barbaridad [la quema de conventos en 1909 en Barcelona]. Los […] que, como Giner, veían con auténtico pavor la consolidación de una gran derecha democrática, se lanzaron a una campaña formidable. […]
Marco, José María: Francisco Giner de los Ríos: pedagogía y poder. Península, Barcelona, 2002. Página 358.

16.6.08

Libros de Guarda (II). Perder para ganar siempre

El libro de Tony Judt sobre el pasado imperfecto describe, igualmente, la recepción en Francia del terror que se desató en Europa del Este entre el 47 el 53. A finales de los cuarenta, la información sobre lo que era en realidad el estalinismo estaba disponible para quien quisiera acercarse a ella. Pero es más cómodo fingir no ver. Louis Aragon, ese horror totalitario, escribía en 1937 que “aceptar la inocencia de aquellos hombres era como adoptar las tesis hitlerianas”. Acabó la guerra y los pecados de la URSS se olvidaron. Pero la cabra tira al monte; enseguida llegó el caso Petkov en Bulgaria; un izquierdista ejecutado por un gobierno comunista. El terror desatado en Rumanía, ¿de qué manera explicar que un partido con apenas mil afiliados ganara unas elecciones? Aquellos juicios de postguerra tenían un sentido que Judt denomina “funcional”. Los partidos comunistas europeos estaban después de la guerra llenos de personas con mentalidad independiente y que habían convivido demasiado con demócratas de todo tipo. Y aquello había que purgarlo, no fuera a ser que se convirtieran en herejes. Y los intelectuales franceses callaron.

Y es que la respuesta de la intelectualidad francesa ante el terror fue, en general, lamentable… la historia tiene una lógica y una fuerza, y no tiene sentido oponerse a ella. Muy pocos, como
Aron, rechazaron sin matices esta argumentación. Fueron más lo que, como Aragon, simplemente aceptaron lo que había. Otros, como Morin, se fueron, y finalmente estaba el grupo de los que, como Sartre, trataron de explicarlo, convirtiendo en racional el asesinato y la destrucción de sociedades enteras. Cuando explicar significa comprender. Para gentuza como Sartre, la Unión Soviética  gozaba de privilegios especiales gracias a que sus objetivos (justicia y libertad para todos) estaban por encima de los objetivos del resto de los Estados. Así, con dos cojones. Esta era la élite intelectual europea. No había, pues, que pronunciarse contra las injusticias cometidas por un Estado comunista pues eso sería “dar munición” a los Estados capitalistas. Recuerden: prefiero equivcarme con Sartre a acertar con Aron. Toda una declaración de honradez intelectual, sí señor.

Hay aquí una cierta fascinación por la violencia (ejercida siempre contra el otro lejano) que parece beber de las fuentes más profundas de la irracionalidad filosófica del XIX europeo. Una violencia, eso sí, progresista, que permitía juzgar con criterios diferentes los miles de muertos en Europa del Este respecto de los dos muertos en lo que la ideología progresista dio en llamar “
caza de brujas” ocurrida en los Estados Unidos.
Así, mientras en Europa del Este algunas de sus mejores cabezas (Heda Kovaly, Edith Bone) y algunos miembros de la izquierda (London, Loebl, Szasz) vivían el comunismo como un drama diario, la izquierda intelectual francesa lo vivía a distancia y como un dilema fascinante.
Algo similar a lo que ha ocurrido, en España, durante muchos años con el terrorismo etarra. Ya saben, aquello de “vosotros fascistas sois los terroristas”.

PS: "Thomas Pavel ha sabido describir con precisión qué sucedió a gran parte de la élite intelectual francesa durante los años cuarenta y cincuenta, calificándolo de “una negativa a escuchar”. Judt, Tony:
Pasado imperfecto. Los intelectuales franceses, 1944-1956. Taurus, Madrid, 2007. Página 16

15.6.08

Fútbol (y toros)

Está por hacer una sociología del futbol. Y no hablo siquiera del fútbol de élite. Hablo del fútbol en general. Analizar cómo el deporte fue sustituyendo, en el siglo XX, a las guerras como campa sobre debatir el honor entre los territorios.
Hoy tocó tarde de fútbol. El Zamora iba a Vallecas a intentar a remontar un cero uno en la ida y conseguir, así, el ascenso a segunda división. Catorce mil personas abarrotábamos el estadio. Sí, sí, catorce mil. Para que luego digan que en España la afición al fútbol se limita al Madrid o al Barsa.
El ambiente en un partido de fútbol suele ser más interesante que el propio fútbol. Jugó mejor el Rayo. Tiene más plantilla y más equipo. Le anularon un gol. El Zamora tuvo miedo. Llegó el descanso. Marcó el Rayo. El ascenso se iba. El Rayo bailó al Zamora. Y de repente, a falta de diez minutos, empata el Zamora, lo que lo situaba a un solo gol del ascenso. Fueron unos últimos minutos trepidantes. El fútbol es ese azar que se introduce de manera insospechada en los campos de juego. No siempre gana el mejor, ni gana el que más dinero tiene. Al final no pudo ser. Una lástima por el Zamora. Aunque me alegro por el Rayo.

PS: Y qué decir
de la Fiesta. El único espectáculo premoderno que sigue entre nosotros. La plasticidad del toreo es difícilmente alcanzable en cualquier otro arte.

Nomadismo

El otro día tuve el privilegio, y el placer, de asistir a una conferencia, en petit comité, impartida por el profesor Rodríguez Braun. No todo va a ser trabajar. Me interesaron muchas de las cosas que dijo. A veces es posible hablar de filosofía sin perder la sonrisa. El peligro de la democracia, que pone al votante ante un espejo (“hago lo que tú me has pedido, luego no te quejes”). Un comentario interesante: el telefóno móvil es el mayor cambio en la vestimenta en occidente desde la desaparición del sombrero en los años cuarenta.
Enlacé el comentario con el aspecto que presentaba la sala. Todos con
Blackberry. Todos nómadas al fin, como tituló un magnífico Reportaje Especial que publicó The Economist a principios de abril. No sé qué espera, lector, a suscribirse a esta revista. Un soplo de realidad cuando uno vive en el país en el que se está rodando la segunda parte de la vida de Brian. Como el mundo no se agota en España, gracias a Dios, podemos observar cosas interesantes.
Caminamos hacia modelos de negocio basados en escenarios móviles. Se acabó quizá la oficina. Y no hablo tanto de teletrabajo como de ausencia de escenario físico de trabajo. La oficina es un
Smartphone, el orden del día un blog y todo el conocimiento de la empresa, una presentación en ppt. En estos escenarios, las reuniones tienen lugar en cafés o restaurantes dotados de conexión a Internet. Poder entrar en la ciudad lejos de la hora punta.
Empresas virtuales basadas en la libertad y la autonomía del trabajador. Y también en el estrés, no debe ocultarse. En los
workend. La emergencia, en suma, de esos terceros espacios, más allá del hogar y de la oficina. Una vuelta, puede ser, a modelos premodernos, cuando el trabajo estaba pegado a casa. Pienso en mi familia. Mis abuelos, y no digamos mis bisabuelos, nacieron en la premodernidad. Todos ellos trabajaban literalmente en casa. Quizá el escenario de nómadas que se nos abre nos lleve a lugares similares. La flexibilidad como una característica de la posmodernidad. Nuevos modelos de organización del trabajo (posibilidad de trabajar hasta sesenta y cinco horas a la semana.).
La libertad es ese espacio que queda entre el Estado y los usos sociales que se imponen al individuo.

PS: Él dijo: "I´m here to teach, not to learn". Y yo, no sé porqué, pensé en unos versos de César Vallejo: ¡Y si después de tantas palabras, / no sobrevive la palabra! / ¡Si después de las alas de los pájaros, / no sobrevive el pájaro parado!

12.6.08

Índices luteranos

Algunos libros de bolsillo son fascinantes para estar entretenido en las interminables reuniones que forman parte de la agenda de un día normal en una empresa multinacional. Tengo frente a mí el Pocket World in Figures, edición de 2008, que publica The Economist.
Déjeme, lector, que le llame la atención sobre los tres Índices que se referencian en la página 62 del libro. Les llamo la atención sobre ellos precisamente ahora, lector, que tenemos un consejo de ministros que, como dice
Santiago González, ha hecho de los diálogos de La Vida de Brian su hoja de ruta de gobierno.
- El primero de los Índices es el Innovation Index que mide, según The Economist “the adoption of new technology, and the interaction between business and the scientific sector”. El Índice lo encabezan los Estados Unidos con un 6,51, seguido por Taiwan con 6,32, ocupando el bronce Japón con 5,86. Entre los diez primeros Estados del Índice uno está en América (los EE.UU.), tres en Asia (Taiwán, Japón y Corea del Sur) y el resto en Europa, (Finlandia, Suecia, Israel, Suiza, Dinamarca y Noruega). El Índice recoge los veinticuatro primeros países del mundo (puesto que ocupa Grecia con 3.63), y España no aparece entre ellos. Eso, en nuestra agenda política no están estas bobadas, sino temas serios, como
si hay que alojar la palabra miembra en el diccionario o no.
- El segundo de los Índices es el Information and Communications Technology Index, que mide “ICT usage and includes per capita measures of telephone lines, internet usage, personal computers and mobile phone users” Suecia e Islandia encabezan el ranquin seguidas de Dinamarca y de los Países Bajos. Entre los diez primeros únicaemnte los Estados Unidos y Hong-Kong son territorios no europeos. Entre los 24 primeros Estados aparecen lugares como Estonia, Nueva Zelanda o Malta. Nuevamente, desocupado lector, España no aparece entre los veinticinco primeros, pero eso no es problema porque, en realidad, nosotros de lo que estamos orgullosos es de tener un país en el que en el año 2008 los derechos básicos, como el de libertad de circulación,
están garantizados por el Estado.
- En fin, el último es el “
Brain Drain”, que mide la facilidad que tienen los Estados para retener sus talentos. Por la cola, territorios como Guyana, Lesoto y Zimbabue. A la cabeza, Estados Unidos, Japón y Qatar. España, lógicamente, ni figura entre los dos Estados con menor tasa de fuga de cerebros.

PS: el domingo fue el cumple de Jimena. A mí, como ella me enseñó, y como a Benedetti,
me sirve.

10.6.08

De la universidad en la provincia

Era, en aquel entonces, un humilde diputado de provincias. Como se había peleado con media agrupación provincial –ejerciendo ese papel que tanto le gusta de táctico impenitente- los guerristas, supongo, le sacaron los trapos sucios en el diario amigo.
El resultado es demoledor. Nuestro actual presidente del gobierno sólo había ejercido un puesto de trabajo en su vida antes de ser diputado; el puesto de profesor asociado en la Universidad de León. Cualquiera que conozca la universidad sabe que para ser Asociado no se necesita, en realidad, nada. Pero nada de nada. Pues con el presidente, ni eso.
Habla el diario amigo, ese que llevaba Sonsoles cuando se conocieron. Se licenció en junio de 1983 y cuatro meses después fue contratado “por libre designación” en la Universidad. En la Universidad no había ni rastro de aquel contrato y en su expediente había numerosas lagunas. Continúa el diario amigo: “
Rodríguez Zapatero eludió los trámites obligados para el ingreso del profesorado en la universidad, entre ellos un concurso público de la plaza, el examen de una comisión de contratación compuesta por profesores, alumnos y ayudantes y la propia contratación administrativa por- parte de los órganos de Gobierno”.
Más cosas interesantes, cuando fue contratado, el Secretario General de la Universidad era del departamento. El Interventor que visó el contrato fue luego presidente socialista de la Diputación leonesa. En 1991 el Rector decidió no renovar un contrato que, en realidad, jamás estuvo firmado. Un informe de los servicios jurídicos de la Universidad aseguraba que la condición de diputado era incompatible con la de profesor asociado.
Zapatero, ya en 1994, no recordaba nada. Vaya por dios, el hombre que ha hecho de la memoria el eje de su ¿gobierno? tiene lagunas cuando los temas se refieren a él.
Españoles, a este hombre le confiasteis salir de la crisis. Así que no sé a qué viene tanto quejarse ahora.

PD: Alcalá Galiano dijo una vez: “Los franceses necesitaron tres años de lucha y un océano de sangre para conquistar la libertad. Todo lo que hemos necesitado en España ha sido dos días de explicaciones y uno de regocijo”.

9.6.08

Libros de guarda (I)

Hay libros que ayudan a entender el mundo en el que vivimos. La primacía intelectual de “lo francés” en el mundo occidental durante gran parte de la segunda mitad del siglo XX era, en gran parte, un arcano para mí. Quizá porque no provengo de un entorno criado en la cultura francesa, quizá porque yo llegué a la universidad cuando el mundo francés estaba en franco declive. Los antimodernos, de Compagnon, fueron un primer (y deslumbrante) acercamiento a aquel mundo. Pero me faltaba por acercarme a la segunda mitad del siglo XX. Y en ese momento apareció Pasado imperfecto, la magnífica obra de Tony Judt que me permito, la confianza me lo posibilita, recomendarle vivamente, desocupado lector.

Las cosas no son fáciles de entender sino se comprende la situación de la comunidad intelectual francesa en la agonía de la III República, así como lo sucedido durante la ocupación alemana. El anhelo de un nuevo orden mundial, el engagement como forma de notoriedad. Aquel momento en el que la clase intelectual descubrió que la desobediencia estaba la clave de la libertad. La resistencia en retrospectiva. La urgencia de sumarse al bando ganador en 1944, intentando además recuperar el tiempo perdido. La fascinación que el PCF ejercía en los más jóvenes, que no recordaban lo ocurrido durante los años treinta. El mito de que sólo mediante una revolución podía ver la luz un hombre nuevo fundado sobre principios estrictamente racionales. La creación del “Síndrome Vichy”: al acabar la guerra, todos estuvieron de acuerdo en que, salvo una pequeña excepción, todo el pueblo francés estuvo con la resistencia. Aquello era mentira, por supuesto. La habilidad del PCF para manipular los símbolos sobre los que se construía el relato de la liberación: resistencia / violencia / traición…El intelectual que traiciona, como Brasillach, ha de ser ejecutado. La primacía, en fin, de lo político, sobre cualquier otra clase de consideración. Algo muy importante: el positivismo austriaco apenas rozó Francia. Las grandes teorías de la ética y la filosofía contemporánea, una vez en el exilio, marcharon a Inglaterra o a Estados Unidos, pero no a Francia, dejando al ámbito cultural francés con la herencia de Hegel y Nietzsche. Una generación que buscaba filosofías para transformar el mundo, y que buscaba respuestas claras, más allá de la duda en la que la modernidad había instalado al hombre. La certeza estaba en y con el comunismo. La duda y el compromiso eran, al fin y al cabo, debilidades burguesas.


PS: El 17 de diciembre de 1952, tras el juicio contra
Slansky, [Karel Bacilek] informó al Congreso Nacional del Partido Comunista de Checoslovaquia y dijo que, ante todo, había que ser muy claro: “La cuestión relativa a quién sea culpable y quién sea inocente la decidirá al fin y a la postre el Partido con ayuda de los organismos de la Seguridad Nacional” Judt, Tony: Pasado imperfecto. Los intelectuales franceses, 1944-1956. Taurus, Madrid, 2007. Página 117

8.6.08

Entrañables

Nuestra socialdemocracia, siempre tan consciente de nuestro lugar en el mundo y siempre tan modesta.
2. "Entrevistado por el Financial Times, Zapatero ha descartado la inversión en energía nuclear porque, a diferencia de Francia, este país "no tiene la capacidad de agua suficiente para refrigerar este tipo de plantas." Citado por El Mundo, 5 de junio de 2008.
Nunca la ignorancia campeó tan alto en Europa. Y sin complejos, coño, que para eso somos socialdemócratas. ¿Sabrá Zapatero dónde está situada Vandellós?, ¿Sabrá de dónde toma el agua?
Algo bueno tiene la victoria del pesoe en las elecciones de marzo.
Gobierno de España: "el entretenimiento está asegurado".

6.6.08

D. Antonio

Era otra época y era otro tiempo. De cuando en Sanabria los hijos más despiertos eran enviados al seminario. “Aquí hubo un cura llamado Pereira que desasnó a muchos”, me dijo una tarde de agosto, hace ya quince años. Hablo quizá de los años veinte en Sanabria. De la Sanabria que se desangraba en África en una guerra que nadie entendía (“a mi hermano le traje unos puros cuando volví, después de más veinticuatro meses en artillería de montaña en Larache”, me contó mi abuelo una vez). D. Antonio nació en el seno de una familia poderosa, los Rodríguez de Medio, aunque él ya llevara este apellido como tercero, porque era el segundo de su padre. La familia, que había dominado su pueblo durante la Edad Moderna, alcanzó su apogeo en la segunda mitad del XIX y principios del XX. Uno de sus tíos, Miguel Mostaza Rodríguez de Medio, llegó a ser Decano de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Otro de ellos, José, profesor de la Universidad de Comillas. Sus hermanos se dispersaron. Uno de ellos, Bartolomé Mostaza, camisa vieja, escritor y periodista, alcanzó cargos de cierta responsabilidad en los años sesenta; otro, Miguel, alcanzó el grado de prelado doméstico del Papa. Era otra España. La que dejaba el pueblo y, en pocos años, pasaba del siglo XVII al siglo XXI. Y ahí estamos
Ya sólo quedaba él. Otra tarde, lo recuerdo, me habló del expediente de hidalguía de su familia.

Coronel castrense del ejército. Catedrático de Teología en las Unviersidades de Valencia y Complutense. Licenciado en Filosofía, licenciado en sociología, licenciado en derecho. Sacerdote.

Ayer murió Don Antonio Mostaza Rodríguez Rodríguez de Medio.
Descanse en paz en su tierra sanabresa.

5.6.08

De la melancolía como arma.

Mañana se cumplen cuarenta años. Alguien decidió matar. Y como contaba Mario Onaindía en sus memorias, no porque el pueblo vasco lo mereciese, sino precisamente porque no lo merecía. La víctima fue un ser humano. Que fuera guardia civil es lo de menos. Era una persona a la que la estupidez etarra ha dejado sin estos cuarenta años. Sin cada mañana y sin cada noche. Tenía veinticinco años. Hoy tendría sesenta y cinco. Se llamaba José Pardines. Aquel día, y con Pardines como víctima, ETA cruzó una raya simbólica. “Mis demandas no son estúpidas porque mato por ellas, ¿Acaso alguien mata por bobadas?”. Txabi Etxebarrieta, el gran teórico de la organización asesina, fue el encargado de matar. Y también fue el primero en morir. Su acción causo sorpresa en el nacionalismo vasco. Nadie la esperaba en realidad.
La muerte de aquel hombre, gallego, que estaba trabajando a aquellas horas en las carreteras vascas, fue el inicio de la construcción de un espejo. Un espejo creado por ETA y que, en poco tiempo, creó la realidad que intentaba reflejar. Disparó Etxebarrieta, es cierto, pero la bala la había cargado ochenta años antes Sabino Arana. Y desde aquel día todo fue diferente. En menos de diez años, el País Vasco se llenaría de sangre y de miedo.
Descansa en Paz, José Pardines. Tanta paz llevaras como aquí dejaste, Francisco Javier Echebarrieta. No llegaste a saberlo, pero tus padres también mintieron. Y eso fue todo.

PS: El uno de agosto de 1915 y al pie de la tumba de
O´Donovan Rossa, Patrick Pearse afirmó: ”They have left us our Fenian dead, and while Ireland holds these graves, Ireland unfree shall never be at peace."


PD: Tour por las provincias. Hoy en La Rioja, demà a Barcelona

4.6.08

De la irresponsabilidad de la política

“El Estado moderno es enemigo de la responsabilidad política”. La frase, áspera y certera, no es mía. En realidad es del profesor Dalmacio Negro, todo un lujo en segundo de carrera, más allá de la quinta bandera de Navarra. Y el Estado posmoderno, más aún. La posmodernidad, aplicada al Estado, es aquel punto en que puedes nombrar ministro de defensa a una mujer embarazada sin ningún conocimiento del tema por tres motivos básicos. Porque es mujer, porque está embarazada y, sobre todo, porque en realidad no se necesita un ministro de defensa. Cuando la política se hace imagen, la gestión salta por la ventana. Por eso sorprende la imputación de una consejera autonómica en esta España pasada de vueltas en la que vivimos. Entra dentro de la lógica posmoderna que si te cazan robando, te imputen. Pero que te imputen por algo mal hecho durante el mandato es, a estas alturas de siglo, casi una obscenidad. Es seguro que las cosas no iban bien en la gestión medioambiental de la Junta. Pero también es seguro, y eso es lo que no tiene en cuenta el juez, es que en realidad no había ninguna gestión medioambiental, ni entonces ni ahora, ni en Castilla la Mancha ni en ningún sitio. Es seguro que hay miles de barbacoas sin señalizar, aquí y allá, y que hay miles de normas por cumplir, en Guadalajara y en Zamora. Es seguro, en suma, que las Comunidades Autónomas son gobiernos de papel dotados de unas administraciones más o menos sobredimensionadas que viven de la ficción de pensarse, a sí mismas, gobiernos.
Al final, para desgracia de la consejera imputada, va a resultar que ser consejero de un gobierno autonómico es algo más que presidir actos.

PS: “En 1957, un año después de alentar a los chinos a expresar sus críticas con la administración comunista, Mao persiguió y encarceló a más de medio millón de chinos que se habían destacado como derechistas”. Novell, J.:
La gran muralla. China contra el mundo. Debate, Madrid, Página 332.

PD: "
Si el tema llega a mi negociado, me llamas". La España de la Restauración. Gabino Bugallal en la presidencia del Constitucional.

3.6.08

Cuando lo que unía era el espanto

Nueve historias. Narradas A sangre y fuego por Manuel Chaves Nogales. Nueve reflejos de un tiempo y de una vida en un país. Más de cien militares fusilados en el patio de una cárcel en Madrid para saciar la sed de venganza de las milicias republicanas. Un hijo fusilando a su padre. Rafael, un señorito andaluz, que sale de caza por el territorio liberado por el ejército franquista y que, acabada la misma, se exilia a Gibraltar. Muertos y más muertos en la búsqueda de la quinta columna en Madrid. Las milicias, auténticas bagaudas, sembrando el terror por la retaguardia republicana, frente al empeño de hombres buenos por mantener el orden. Arnal, un comisario experto en arte que intenta poner a salvo de la guerra los tesoros de los pequeños pueblos castellanos y acaba volviéndose loco ante los horrores de la guerra. Soldados moros luchando y muriendo en un largo camino que va de las tierras de Ávila a la Ciudad Universitaria. Tan lejos del monte Atlas. El estallido de la guerra, un día como otro cualquiera, en un pequeño hotel de la sierra madrileña: el rencor acumulado entre los clientes y el servicio. La cobardía de los hombres. De tantos hombres. De la izquierda y de la derecha. Bigornia, un gigantón anarquista, muerto conduciendo un tanque ruso; soñando con un mundo mejor para su prole. La dictadura, en fin, de un Consejo Obrero sobre una fábrica. La tiranía de disponer sobre la vida y la muerte de los otros.
Un “pequeño burgués liberal” escribió una vez un libro. En el año treinta y siete. En el exilio. Esa tercera España que a Zapatero y a tantos otros le parece imposible. Y que existió. La que no estuvo ni con los golpistas ni con aquella “República de trabajadores”. La España a la que no unía ni la Iglesia, ni el comunismo, sino el espanto.

PS: “Me fui cuando tuve la íntima convicción de que todo estaba perdido y ya no había nada que salvar […]. En mi deserción pesaba tanto la sangre derramada por las cuadrillas de asesinos que ejercían el terror rojo en Madrid como la que vertían los aviones de Franco […]”. Chaves Nogales, M:
A sangre y fuego. Espasa Relecturas, Madrid, 2001.Página 16.

2.6.08

Sábado 17. De la modernidad

Hay una zona, cerca de Badaling, en la que se puede apreciar la transformación de la China del siglo XXI. Es un espacio frondoso, metido en el bosque, en el que es difícil observar la presencia de construcciones. Arquitectura del siglo XXI. Amplios espacios para que entre la luz, como en un sueño modernista. Y al fondo, el bosque. Comemos en uno de los edificios. Un fascinante juego de formas geométricas, hormigón y acero. Me recuerda, lejanamente, al magnífico edificio de la Fundación Rei Afonso Henriques en Zamora. Estamos en Commune by The Great Wall, un espacio de lujo donde comer y pasear. Fernando, el guía, tan inocente que aún debe creer en la lucha de clases, nos indica que a estos edificios vienen los nuevos ricos, y que la corrupción es un cáncer que el Partido está intentando combatir. Pone un perfil de “ya-caerán-estos-cabrones” que asusta. Si algo hemos aprendido del siglo XX es que el objetivo de la izquierda no era acabar con las clases, sino cambiarlas de lugar. Hay un hermoso recorrido que empieza en una dacha poblada por miembros del partido y acaba mayormente antes de ayer con el ministro Bermejo cazando en la misma finca en la que lo hacía el caudillo y con ademanes, impasibles, similares a los antaño. ¡Ah la naturaleza humana!, siempre tan poco heroica.
Esta noche hay cena porque el viaje está pronto a acabar. Estreno cuello mao. Otra copita. Porto con hielo. Heterodoxo, ya lo dije, hasta el final.


No sé en qué quedará China. Pero si sé, es claro, que lo que es una anomalía en la historia del mundo es la época que hemos vivido y que hemos interiorizado simbólicamente como propia. Hasta el siglo XV, el PIB asiático era muy superior al europeo. Durante cinco siglos, Europa ha disfrutado de una hegemonía económica, militar y cultural en el globo que no se corresponde con su escaso tamaño y su
magra población. Quizá la anomalía esté tocando a su fin. Quizá la única ventaja que conserva Europa es la cultural. Los chinos llevan aún camisetas del Real Madrid y los norteamericanos viajan a Francia a culturizarse. Pero el mundo va rápido, y esa ventaja no durará mucho. La propia historia de la postguerra en Europa es la crónica de un precipicio. Y la Unión Europea la de una pasión inútil. Cuando nuestros hijos sean seguidores de equipos chinos, y sus novias se mueran por comprar ropa nipona, y lo más de lo más en viajes sea visitar Xi´an, todo habrá vuelto a la normalidad. Y nosotros, tal vez como hubiera hecho Salvador Escalante, en ese momento sonriamos mientras apuramos una copa viendo como el sol se pone por Lubián.

Mañana toca volver a Madrid. Lo haremos vía Múnich. Cuando uno vuelve a casa desde el fin del mundo, lo mejor es hacerlo sobrevolando el Camino Español.

PS: - Salvador Escalante tenía las haciendas, la herencia, el lujoso automóvil, la chica era buena y en una de esas viejas casonas algún viejo hijo de ingleses, probablemente educado en Inglaterra, extraviado entre el gin y la nostalgia, volvería a sonreír. Valía la pena. Bryce Echenique, Alfredo:
Muerte de Sevilla en Madrid. Madrid. Alianza Editorial. 1994. Pág. 10

PD: aviso importante a los (múltiples) lectores catalanes de esta bitácora. Si este verano van a ir de vacaciones por el resto de España, lleven una nómina con ustedes. No es broma ni boutade.
La necesitarán.