22.2.08

De la sociedad civil y de la participación cívica

De vuelta a los clásicos. Benjamin Constant escribió en la libertad de los modernos que, a diferencia de los antiguos, nosotros votamos representantes para que elijan por nosotros, pero eso no agota nuestro papel político en el mundo moderno. Hay algo más. Algo que ya intuyó Tocqueville en los años treinta del XIX. Nuestra responsabilidad es controlar a los gobiernos, sean del color que sean. Y una de las formas de hacerlo es articulando una sociedad civil fuerte que esté siempre en guardia ante los excesos del poder.
Viene esto a cuento no sólo de que ayer empezar la campaña sino, sobre todo, por una agradable charla que mantuvimos Jimena y yo con un par de paisanos y, sin embargo amigos. El caso es que nuestros anfitriones apostaban por un modelo de cada uno en su casa y dios en la de todos, de manera que, por ejemplo la semana de una persona normal ha de ser de casa al trabajo y del trabajo a casa. Y las vacaciones, pues lo mismo pero sin el trabajo.
Y pensaba el perdíu que ese es el sueño de todo gobernante, sea de izquierda o de derechas. Que los ciudadanos no se asocien, que no participen, que no reivindiquen. Hay que asociarse. Por lo que sea. Vale una asociación de vecinos, pero también un club de futbol. Vale una asociación cultural, pero también una casa regional. Esos espacios de libertad suponen contrapesos frente al poder, que sueña con un escenario kafkiano de toda la burocracia contra el ciudadano indefenso.
Imagino a algún despistado e izquierdista lector pensando: “vaya, el perdíu ha visto la luz”. No se equivoquen. La izquierda habla de participación ciudadana, con sus concejalías y sus presupuestos, y yo hablo de participación cívica, sin lo uno y sin lo otro. No creo en la participación como la entiende la izquierda; es decir, crítica con el poder cuando el poder lo ocupa la derecha y de vacaciones cuando lo ocupa la izquierda; y dependiente de los presupuestos en todo momento. Interesante nunca mais, pero pierde toda credibilidad cuando el chapapote le salpica al pesoe y miran para otro lado. No gracias. Tampoco quiero una participación en la que hay liberados, gente que viva de ello. No gracias, no es mi modelo.
Yo creo que en la participación crítica con todos los poderes y poco o nada dependiente del presupuesto público.
Recuerdo una conversación, hace años, con el padre de Jimena. Se acababa de apuntar a un peña perica y me dijo: "hay gente que no valemos para estar todo el día en casa viendo la tele".
Por eso a veces me desespera un poco este país.
Porque parece que la gente que no nos resignamos a vivir frente a la tele y a pastar aborregados en el limbo de la semana de cinco días y el fin de semana de centros comerciales somos los raros.

PS. Las cosas como son. Ganó Solbes. Hay que joderse, con la fácil que es arrearle a este ¿gobierno? con los datos económicos en la mano…

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin que sirva de precedente, suscribo totalmente el post de hoy.

Ciertamente creo que vas viendo la luz ;o)

Un abrazo

Anónimo dijo...

Por eso ahora curras doce horas diarias, mamona.

Anónimo dijo...

Muy interesante opinión. El fallo de tu argumentación está en que esos mismos argumentos que expones para atacar a Nunca Mais también sirven para atacar a la AVT o al Foro de la Familia. No nos engañemos, tanto la izquierda como la derecha utilizan a estos grupos en su favor.

Y sí, ganó Solbes de goleada, no se puede ir a un debate de economía y hablar de la familia o comentar la actualidad como si estubieran en una barra de bar.

Anónimo dijo...

Sin sociedad civil no hay libertad posible. Cualquier actividad al margen del Estado se hace sospechosa. Esto explica que, para los regímenes despóticos y totalitarios, su control y disolución sean tarea primordial. También la beligerancia de las tiranías contra la Iglesia Católica, lo mejor de la antigua aristocracia y los espíritus más independientes. Para los libres. En la Alemania nazi este proceso totalitario recibía el nombre de "coordinación". Ian Kershaw menciona el testimonio de un alemán de 1933: "no había ya vida social y no podías pertenecer siquiera a un club de bolos que no estuviera coordinado", es decir, bajo el control del Estado.

Reciba un cordial saludo.

De Lescure

Juan Fernando dijo...

Éste no defiende un "liberalismo abierto", al menos en la práctica:

Losantos – El gran político disfrazado (II): ¿Un liberal?

http://lacomunidad.elpais.com/periferia06/posts

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