15.1.08

Las ideas como tablero de ajedrez

Desde la transición, la derecha, el centro derecha y el liberalismo en España han adolecido de una alarmante falta de elaboración intelectual. El marco del que habla Lakoff lo ha puesto la izquierda desde los setenta. No sé bien porqué. Quizá por la deslegitimación del antifranquismo sobrevenido de gran parte de la sociedad española. Quizá. Tal vez por la querencia de la izquierda por las letras. Quizá. Quizá porque en España liberales hay seis y el centro derecha no ha sido nunca demasiado lector.
Pero puede que algunas cosas estén cambiando. Hace años, el pepé puso en marcha
FAES, fusionando un montón de minúsculas fundaciones. El dinero invertido ahí es un dinero muy rentable, y eso lo ha sabido siempre la izquierda. Ahí están los Cuadernos de Pensamiento Político. La semana pasada, FAES publicó un libro muy recomendable: ¿Libertad o coacción? Políticas lingüísticas y nacionalismos en España. Es un libro de parte que se aparta del pensamiento único de los socialistas de todos los partidos. Sus autores no tienen réplica en el ámbito nacionalista, quizá porque, aunque algunos pensadores han sido nacionalistas, el nacionalismo nunca ha producido pensadores relevantes. No hay en el nacionalismo incruento vasco un personaje de la talla de Jon Juaristi, que escribe sobre la mitología de la diferencia entre las lenguas hispánicas. Lo mismo podríamos decir sobre Aurelio Arteta, que escribe sobre el caso navarro, o sobre Pericay, que se ocupa del caso catalán.
Hay que invertir en el pensamiento. Hay que cambiar los marcos socialdemócratas que monopolizan el debate público en España. Si no damos la batalla en el campo de las ideas, lo hablábamos con
Alejandro el día que vino a dar una conferencia, estaremos jugando siempre en campo contrario y con árbitro casero.


PS: “Todo el interés sobre los posos nefastos que la dictadura irradió en los españoles se concentra ahora en abrir fosas y condenar un régimen ya fallecido. Naturalmente, lo más fácil. […] –en un país donde Tàpies es el genio nacional no se puede esperar nada mejor.”
Boadella, Albert:
Adiós Cataluña. Crónicas de amor y de guerra. Espasa, Madrid, 2007. página 197.

PD: todo el día en clase, como los niños.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ser antifranquista con efectos retroactivos tiene un refrán muy nuestro: "A moro muerto que gran lanzada".

Anónimo dijo...

Como ya sabes, no puedo estar más de acuerdo con tu entrada.

Anónimo dijo...

Siempre me ha parecido un tema interesante el hecho de que la izquierda monopolize la cultura, el pensamiento, y en estos tiempos el ecologismo. Dicho de otra manera, la izquierda peca de narcisista al considerar que un intelectual, si lo es de verdad, es un progresista. Más aún, yo, que no soy de izquierdas, instintivamente les doy la razón. Luego, cuando reflexiono, me doy cuenta de mi error, y llego a la triste conclusión de que tienen la partida ganada. Supongo que hay muchos factores que hacen que no ser de izquierdas sea equivalente, para el común de los mortales, a no creer en el "progreso de la sociedad" y en no respetar al prójimo y a nuestro entorno, es decir, ser un inmovilista. Y además, con un pasado que ocultar. Tanto han ganado la guerra del márketin que nos abruman con Franco, Pinochet, y demás personajes deplorables, pero parece que nunca exitió nadie que defendiera "la dictadura del proletariado" y justificara sus barbaridades, y en todo caso siempre nos dirán que la izquierda actual no es aquella, la que se llevó mucha vidas por delante, pero sin embargo la derecha sí, es como aquella.

Anónimo dijo...

¡¡¡Cucurucucúúúúú, Paloooomaaa!!!!