26.6.07

Fatum


La foto está tomada el pasado sábado por la tarde. En la Candelaria esquina con la Avenida de Portugal, si la memoria no me falla. Tengo la sensación de que esta pintada sólo podría estar en alguna pared zamorana. Va uno al País Vasco o a Cataluña y encuentra pintadas políticas, incluso amenazantes. En otras partes de España las pintadas políticas se alternan con las amorosas o las reivindicativas. Pero en Zamora ya no se reivindica nada. Es una constatación del destino. La posmodernidad en un solo sintagma. El ocaso del mundo rural imbricado en la hiperrealidad de Baudrillard.

No me negarán que el género de la pintada fatalista tiene denominación de origen zamorana.


Reflexión de Toynbee.

En una megápolis, la gran mayoría de los habitantes son extraños, en el sentido de que ellos o sus padres, o en última instancia sus abuelos fueron trasladados desde una agrupación rural –en la que sus antepasados vivieron durante miles de años- a una pesadilla urbana a la que ninguna de las generaciones anteriores había sido jamás expuesta.

Toynbee, Arnold: Ciudades en marcha. Alianza editorial, Madrid, 1971. Pág. 80


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los Zamoranos sois pateticos...

Butzer dijo...

Seguramente haya ese tipo de pintadas en muchos lugares de España.