21.5.07

Burgos, cabeza de Castilla

Burgos, la cabeza de Castilla. El sábado, paseando por el Espolón, nos encontramos paseando a Ángel Olivares, candidato sociata, y al tal Peña, de Solución Independiente, condenado por prevariación cuando fue alcalde. Cuando estamos en campaña, los políticos pasean por las calles como si quisieran recuperar el tiempo perdido con los vecinos. Burgos es una ciudad hermosa, fría y gris. El azar me llevó a ella hace años y, desde entonces, mantengo una cierta relación con ella. El sábado hubo asado y mi estómago se resintió. Cena en el Dollar, la mejor pizza que se hace en España, según los (entendidos) burgaleses. El domingo nos acercamos a Lerma. El parador es fantástico. Un viejo palacio erigido por “el mayor ladrón de España” para que el Rey, Su Majestad Católica Felpe III, pudiera alojarse en la zona. El Duque de Lerma, aquel ladrón que “se vistió de colorado para no morir ahorcado” y que, oh tempora, oh mores, era el valido real.

Almorzamos en la Bodega San Blas. Por fin una bodega castellana decorada de manera moderna, con estilo, fusionando colores y luces, y con una carta creativa. Aunque la carta de vinos es un poco floja, la relación calidad precio es buena, el servicio es atento y la comida está bien presentada. No dejen de visitarla.

Principio Tierra, Tierra, la continuación de las memorias del húngaro Sándor Márai. El autor describe con ritmo, precisión y estilo la instauración, de la mano de las bayonetas soviéticas, de la dictadura comunista en el país ante la sonrisa complaciente de la izquierda democrática europea.

Principio también los Viajes de Jorge Juan y Santacilia, en relación a los viajes científicos emprendidos por la Armada Real en el XVIII. Les iré contando.


Cita final. Una cosa es predicar y otra, dar trigo.

Fernando de Castro, el mismo que había pronunciado el revolucionario “sermón de las barricadas” en el ambiente civilizado y tolerante de la corte isabelina, se enfrentó a los alborotadores [profesores y alumnos que en 1869 protestaban contra el gobierno revolucionario] invocando la disciplina, la autoridad y la dignidad del profesorado.

Marco, José María: Francisco Giner de los Ríos: pedagogía y poder. Península, Barcelona, 2002. Página 136.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estuve allí alojado un día, en el parador. La piscina cubierta se agradece...