1.2.07

Miscelánea entrópica

A ver si algún día tengo un rato y reflexiono junto con usted, desocupado lector, sobre el concepto de “poder”. Dos reuniones esta semana con dos altos cargos, uno de la AGE y otro autonómico me han hecho darle vueltas, de nuevo, a los fascinantes conceptos de “autoridad” y “poder”.

Definiciones atropelladas: el poder es superior al dinero (a César Alierta nunca le cortarán la Castellana para que pase); el poder sin autoridad es una caricatura (Zapatero); el poder cambia a las personas, habitualmente para peor; y es mejor tener autoridad a tener poder.


Más cosas. La soberbia del lendacari Ibarreche, negándose a contestar al Foro de Ermua y contestando alegremente a la batasuna Goiricelaya, es otro motivo más para ir, este sábado, a la Plaza de Colón, a manifestarnos como ciudadanos de un Estado democrático de derecho. “Por la libertad. Derrotemos juntos a ETA. No a la negociación”. Los asesinos ríen. Algo hacemos mal.


Y fíjense como está Madrid de alterado. El mundo al revés. Simancas haciendo propuestas sensatas, quién lo diría; Sebastián haciendo propuestas sensatas en relación a la agobiante presión fiscal de los madrileños, quién lo diría. El ayto de Madrid, gobernando por el pepé y tras subir los impuestos, se suma a las poses progres de amor al planeta.

PS: si serán catetos estos ingleses que permiten que la policía interrogue al presidente. ¿Se imagina a la Ertzaintza interrogando a alguien, en general, del peneuve? Fue memorable lo de ayer. Como el peneuve no tiene militantes sino funcionarios, (decía Martín Prieto en el Mundo de hoy), hubo convocatoria general a los talluditos del grupo A para que fueran a berrear al palacio de justicia. No creo que sea punible la acción de Ibarreche con Otegui. Pero de ahí a desafiar al poder judicial por imputarlo, media un abismo, ¿no creen?



PD: echen un vistazo a La Frase progre. Tiene días con mucha gracia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy de acuerdo sr. Perdíu en casi todo lo que dice.
El poder, tema central del Señor de los anillos. Gandalf ni tan siquiera se atreve a tocarlo sabiendo con que facilidad trasforma y degrada a las personas. Quizá en ese principio está la esencia del liberalismo. Eso creo.

Recuerdo también aquella magistral película “El hombre que pudo reinar” de John Huston, basada en un relato de Rudyard Kipling. Los protagonistas tienen que elegir entre disfrutar de enormes riquezas y el anonimato en la civilización, o ser considerados Dioses en una tribu remota donde el dinero de nada sirve. Eligen la opción B. Acaba mal, claro. Ser Dios sólo le sienta bien a Uno.
Respecto del Lendacari. Pienso que sí cometió un delito. La ley de partidos, aún vigente, aunque no lo parezca, y la sentencia del Supremo que identifica ETA con Batasuna, supone, que el Presidente de una Comunidad Autónoma, recibe en sede oficial al representante de los terroristas. Si no es delito, es profundamente inmoral y envilecedor. Además, es un reconocimiento de hecho de la justificación política de la actividad terrorista, y en el mismo sentido, la negación de la legitimidad democrática del sistema.