4.12.06

Y narciso se hizo ley (I): Aragón

Como he descansado poco el fin de semana, vengo guerrero el lunes.

Me cansa un poco todo este narcisismo desbordado que se puede leer en los proyectos de reforma de Estatuto que están llegando a las Cortes Generales. Ya no es el secesionismo o cosas por el estilo. Es la pura estupidez.

El muy constitucional, consensuado y aplaudido proyecto de Estatuto aprobado por las Cortes de Aragón tiene varias cosas que me dejan pasmado:

Un preámbulo para enmarcar.

- Resulta que Aragón es una nacionalidad, término de origen leninista que nuestros políticos interpretan como más que región pero menos que nación. Como nuestros políticos son, en líneas generales, analfabetos funcionales, exhiben sin rubor su ignorancia, con esa seguridad que da el ser ágrafo declarado. Qué paletos son, dios mío.

- Resulta que el autogobierno de Aragón se fundamenta, además de en la Constitución, en algo que llaman “derechos históricos del pueblo aragonés”. Así, como si estuviésemos en el Antiguo Régimen. Territorios o personas que tienen derechos no en función de sus méritos o de su trabajo, sino en función de sus antepasados muertos. Viaje, sin frenos, hacia 1.648. No se explica bien cuáles son esos derechos, pero ahí queda el tema. He buscado, pero se ve que sus señorías aragonesas no se han atrevido a dar el siguiente paso: declarar que las personas que tengan título nobiliario no pagarán impuestos “en función de sus derechos históricos”. Es el siguiente paso e imagino que todo se andará, ya lo verán.

- Resulta, no me lo estoy inventando, que aquéllos derechos históricos “dan origen en este Estatuto al reconocimiento de una posición singular de nuestra Comunidad Autónoma en España. Según el diccionario de la RAE, singular tiene, para este caso, dos acepciones. O es algo único en su especie (lo que no parece que sea Aragón), o es “extraordinario, raro, excelente”, que tampoco parece. Es decir, no parece que Aragón tenga una posición singular en España. Constitucionalmente, esa posición únicamente la tienen la Comunidad Foral de Navarra y el País Vasco. Pero Aragón no va a ser menos. El narcisismo de la diferencia menor, de la que habla Ignatieff.

- Resulta, que tiene 115 artículos. En la mejor tradición del Estatuto que no fueron a votar ni la mitad de los catalanes. Legislar todo sobre todos los asuntos. Si no aparece en el Estatuto, los políticos creen que no se protege. Artículos redundantes, derechos redundantes que ya están asegurados en otros lugares, ¿o es qué hasta ahora no tenían derecho a la salud los aragoneses, tal y como se recoge en el artículo 14?. Pero hay que hacer una constitución en pequeñito.

- En fin, dos Adicionales de traca.

La Comunidad se queda con 6.550 hectómetros cúbicos del ebro, como si fuera suyo. ¿De dónde habrán sacado la cifra exacta?, ¿Cómo lo van a repartir?, pero, ¿no habíamos quedado que no se podía coger agua del ebro porque se morían los peces?. ¿Lo sacarán por bombeo del río o usarán cubos?

Otrosí, la Comunidad le dice al Estado los criterios con los que ha de invertir en la Comunidad en materia de infraestructuras.

Y yo me pregunto. ¿Qué hace el pepé votando a favor de estas cosas?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Perdiu.
Menospreciar a Aragón, aparte de una postura poco elegante es claramente contraproducente. Si Aragón busca su lugar en el mundo, quienes somos los demás para impedirlo y destrozar el sentimiento de miles de personas.
Son cosas de la democracia, la gente decide como y con quien quiere vivir. Si el actual marco de la constitución española se nos ha quedado pequeño tendremos que aumentarlo y moldearlo hasta que se ajuste a todos. Recortar derechos y formas de expresión se adecuan más a otros tipos de gobierno con los que quizás se sentiría más a gusto. “Todo en el estado, todo para el estado, nada fuera del estado, nada contra el estado”. Busque de quien es la frase y verá lo de cercanas que están sus posturas.
Seguramente algo de las lecturas de Linz le enseñe a encontrar su sitio y reafirmarlo sin ninguna vergüenza.
PS: Su reflexión sobre la nobleza es la quintaesencia de la subjetividad, máxime cuando en España tenemos que aguantar la anacronía de la nobleza en grado supremo, la monarquía, pagada entre otros por usted y por mí.

Anónimo dijo...

Estimado baba, yo no menosprecio a Aragon. No confunda la parte con el todo. Mi crítica es a su clase política. ¿Qué significa que "Aragón busca su lugar en el mundo"? ¿Dónde esta Aragón? ¿Aragón habla? ¿Aragón busca? ¿Cómo?
En ningún momento he hablado de recortar derechos o formas de expresión. Eso forma parte de su tradición política, no de la mía, no se equivoque.
En fin, he leído a linz, pero no sé bien a qué se refiere.
Y a ver si tenemos un rato y hablamos de porqué la monarquía es un anacronismo y considerar que los territorios buscan lugares en el mundo no es una fantasía.
Afectuosamente

Tvrtko dijo...

Ficción legal. Véase "Preámbulo Constitucional"

Anónimo dijo...

Estimado perdiu, llevo un tiempo siguiendo de cerca los temas y diferentes comentarios que ocupan su blog.Creo que me he podido formar una ligera impresión general acerca de sus posturas y de las de algunos participantes asiduos.
Teniendo en cuenta el título de "Liberalismo Abierto" que encabeza este blog, encuentro últimamente una importante ausencia de debate del tema en cuestión (el liberalismo, por supuesto) y sí un exceso de discusión sobre temas (vistos desde el punto de vista ideológico que se quiera)que tienden más a una opción tipo "Salsa Rosa" que al puro
debate de las ideas políticas.
Dicho esto, y centrándonos en el tema que hoy le ocupa debo decir que estoy mas de acuerdo con lo que plantea Baba que con ud.Desde mi punto de vista es difícil entender porqué aquello que es defendible a nivel individual -teniendo en cuenta
la importancia que dan las posturas liberales al individuo y a su libertad- no lo es a nivel colectivo!
Por plantear una hipótesis...¿No defendería ud. su derecho a abandonar un proyetco laboral, o a mejorar su situación dentro de él, o a plantear cualesquiera que fueran sus demandas, si su situación no fuera satisfactoria?(y quien pone como ejemplo situación laboral, puede decir personal etc...)Sus semejantes le entenderían sin ningún problema, puesto que está haciendo lo que cree más conveniente.
¿Por qué no es posible entonces aplicar ese cuento al terreno de las ideas políticas?
¿Por qué no puede Aragón decidir -si así sus habitantes lo desean- hasta cierto punto, sobre el agua que pasa por su territorio, puesto que jamás tendrá nada que decir sobre los planes urbanísticos de Múrcia o sobre la ley de costas que afecte a la comunidad valenciana por citar dos ejemplos.
Tengo que coincidir sin embargo(y hasta cierto punto) con ud. en que las reformas estatutarias que se están produciendo en ESPAÑA son (al menos en su parte formal) una auténtica pantomima, puesto que la madurez política de nuestra sociedad
(y de gran parte de la clase dirigente de este país -en especial aquella a la que ud. defiende-) es de un nivel abisal, lo cual no permite llamar a las cosas por su nombre,puesto que el trauma, el escándalo o la polémica barata e interesada que generan (a la que hacía referencia al principio) nublan las expectativa de creer que hay algo más que hacer que pararse a pensar en eseñas, escudos, uniformes o lo que sea y plantear las posturas políticas desde un plano más cercano a nuestro comportamiento y costumbres de a pie.
Un saludo.

Turambar

El Perdíu dijo...

Estimado Turambar, el ritmo de los debates lo marcan los (improbables) lectores y, en cierta medida, la actualidad.
Plantea usted un tema interesante. Los derechos colectivos. Como me considero cercano al modelo racional-ilustrado, lo de derechos colectivos me parece un concepto vacío o incluso peligroso. Los colectivos no tienen derechos, porque la siniestra voluntad general es una engañifa. Los derechos los tienen las personas. Un ejemplo. El catalán, como lengua, no tienen ningún derecho. Tienen derecho las personas que se imaginan catalanes a hablar el catalán. Son dos cosas diferentes. La clase obrera no tiene derechos por serlo. Tienen derechos las personas que trabajan como obreros manuales.
Por eso me parece lamentable que se diga que "aragón (o españa) buscan su lugar en el mundo". Son sólo rancios discursos de élites, no voluntades territoriales.
La hipótesis que usted me plantea no me quita la razón, creo yo. Como ciudadano de un Estado de derecho, tengo la posibilidad de dejar mi trabajo si no me gusta. ¿Alguien me lo impide? El problema es que una nación, o una región, o como se quiera llamar, no tiene una única voluntad, y eso hay que tenerlo en cuenta.
Y vamos con el agua. Mire, aragón es una abstracción, como lo es españa o cataluña. Podría entender, aunque no compartir, que los de Novillas o de Zaragoza digan que el agua es suya que pasa por su puerta. ¿Qué derecho tiene alguien de Valacloche, en Teruel a decidir sobre el agua de un río que cruza a casi doscientos quilómetros? ¿El derecho que le da compartir comunidad autónoma con un municipio que sí es surcado por el río?
en fin turambar, este simple bloguero no defiende a nadie. Reflexiona y juzga. Con sus manías y sus filias, como todo el mundo. Pero nada más.