2.8.06

Poetas

El estío se presta a las confesiones. Hay menos improbables lectores y la comunicación se vuelve más personal. Hoy, para ponerle algo de espíritu a estos trámites (jurídicos) en los que me hallo metido, voy a hablarles de poetas.

Principio por César Vallejo, supongo que el poeta que más y durante más tiempo me ha marcado. Peruano, nieto de dos sacerdotes y exiliado en París, donde le sorprenderá la muerte. Unos versos tristes, melancólicos, que aún recuerdo (Me moriré en París con aguacero / un día del cual tengo ya el recuerdo), de un hombre capaz de dibujar la tragedia en pocos trazos (ahí están los heraldos negros). Sus poemas sobre la guerra civil española, estremecedores, sobre todo aquel Masa, que fue el primer poema suyo que leí, allá por primero de bachillerato…

Luego quizá venga García Lorca, especialmente su Poeta en Nueva York (creo que los versos “No hay más que un millón de herreros / forjando cadenas para los niños que han de venir” son una de las mejores descripciones de la modernidad que he visto nunca), y su Romancero Gitano (esos versos que principian el Romance del Emplazado: “Mi soledad sin descanso”).

Luego vienen otros, Ángel González (“áspero mundo para mis dos manos”), Claudio Rodríguez, Gerardo Diego, o Gil de Biedma (qué la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender más tarde”), descubiertos también durante los años de Universidad.

Más reciente, el descubrimiento de Jon Juaristi como poeta (“nuestros padres mintieron, eso es todo”).
Más allá del ámbito lingüístico del español, poca cosa (algo de Pavese, algo de Papasseit, algo de Gabriel Aresti). Aunque lleva tiempo picándome Auden. ¿Conseguiré leer algo de él? ¿Hay algún desocupado lector que aún no esté de vacaciones y que quiera recomendarme algo de Auden?

No hay comentarios: