28.6.06

El Mundial (II)

Suelo desconfiar de la gente demasiado coherente. Son peligrosos. Ahí tienen al coherente de Arnaldo o al loco de Castro. Gente coherente de principio a fin. Digo esto porque el otro día metía aquí el rollo sobre el mundial y ayer me tragué el partido con unos amigos. Y salté con el gol de España. Y me jodieron los goles franceses. Qué incoherentes somos. O qué humanos.

Hoy en la comida, en el restaurante, un par de banderas de España. Se hace raro verlas. Personalmente, no tengo nada contra la bandera constitucional. No pertenezco a la progresía que la identifica con Franco y he de reconocer que me es más simpática que la republicana. Tampoco tengo nada a su favor. Las banderas son trapos de colores. Digo que se hace raro porque no es habitual. Las exhibiciones de símbolos y de rituales morbosos en España, en los últimos años, han sido un patrimonio de los nacionalistas periféricos. A ellos, como a tantos otros, les cae bien aquella definición que Borges dio de los pájaros en un relato sobre seres imaginarios. Unos pájaros que volaban siempre de espaldas, porque lo que les interesaba no era saber a dónde iban, sino de dónde venían.


PD: He modelado una bandera, / que como todas es para quemar / en colores negro y color sangre / por el placer de crear.


Loquillo y los Trogloditas. Piratas. 1991

2 comentarios:

Pedro dijo...

Poli Rincón en la SER:
"El que se alegre de esto que se muera."
No comments.

Pedro dijo...

Claro, tiene mucha mas audiencia un mítin un sábado por la tarde en la isla de Menorca de un partido minoritario de las Islas Baleares que no un comentarista en la radio de mas audiencia (aunque te joda) en el partido decisivo de la selección.